Cómo reducir la presencia de alergenos en el hogar

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Cada vez son más las personas que presentan algún tipo de alergia ambiental.

Aplicando una serie de medidas de control en el hogar, podemos evitar tener que recurrir a tratamientos médicos.

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Es imposible y seguramente inconveniente eliminar de la casa todos los agentes que pueden provocar una reacción alérgica. Pero entre nada y mucho existe un término medio. Conviene reducir la exposición a ácaros, mohos, pólenes y pelos de animales domésticos. Los medios caseros de control pueden ser suficientes para evitar el tratamiento médico.

ÁCAROS. El 80 por ciento de la población que presenta síntomas de alergia o asma, da resultados positivos frente a los ácaros en las pruebas de reacción cutánea. Los alergenos son los materiales fecales y los ácaros muertos que se hallan en forma de fino polvo en la cama, las tapicerías, las cortinas o las alfombras. Para reducir la presencia de ácaros y sus residuos es necesario lavar la ropa de cama cada semana con agua caliente.

Si esto no basta, se pueden utilizar fundas antialérgicas para colchones, almohadas y edredones. Los peluches y objetos textiles similares que no puedan someterse a temperaturas elevadas pueden meterse en el congelador, pues el frío también acaba con los ácaros. Por otra parte conviene aspirar las alfombras y suelos con aparatos dotados de filtros HEPA (High Efficiency Particulate Arresting). Este tipo de filtro también se puede instalar en los sistemas de aire acondicionado y sirve para retener otros alergenos, como el polen, los pelos de gato y compuestos orgánicos volátiles. Las superficies de los muebles pueden limpiarse con bayetas de microfibra que atrapan el polvo.

HUMEDAD. Tanto para evitar la proliferación de ácaros como de mohos conviene que en los ambientes interiores la humedad sea del 40 al 50 por ciento. En los lugares más húmedos, como baños, cocinas y sótanos, puede emplearse un deshumidificador.

Abrir y cerrar ventanas

POLEN. Se estima que entre el 15 y el 20 por ciento de la población española tiene alergia al polen. Entre los adolescentes, la cifra alcanza el 40 por ciento. En el mes de febrero las gramíneas y los cipreses empiezan a dar problemas. Para reducir el contacto conviene mantener cerradas las ventanas, sobre todo a primera hora de la mañana, cuando los niveles de concentración son más altos, a no ser que se instalen filtros especiales. También es útil pulverizar con agua fría en las habitaciones, porque hace caer el polen en suspensión. No conviene colgar fuera la colada durante el día, ya que se le pueden adherir partículas de polen. Finalmente, en determinados casos, puede resultar útil lavarse o aclararse el cabello por la noche, antes de acostarse. 

GATOS. Una de cada diez personas sufre alergia al pelo de los gatos. En realidad, el alergeno se encuentra en la saliva y pasa al pelo durante el aseo del animal. Además de aspirar con frecuencia la casa, conviene cepillar a diario y bañar una vez por semana al gato, que debiera pasar fuera de la casa –y sobre todo de los dormitorios– todo el tiempo posible.

MOHO. Para evitar su aparición resulta esencial mantener limpio el interior y las gomas de las puertas de la nevera y el lavavajillas, los filtros del aire acondicionado y la aspiradora, así como las cortinas y las mamparas de baño. El aislamiento de las paredes y la ventilación diaria de todas las habitaciones son también medidas imprescindibles.

Otras medidas para reducir ácaros

La recomendación para eliminar los ácaros de la ropa de cama es la lavarla a un mínimo de 60 ºC. Sin embargo, esta temperatura implica un gasto energético demasiado elevado. La alternativa es congelar la ropa de cama durante unas horas, antes de lavarla.
En general, las persianas o los estores enrollables son preferibles a las cortina,s porque acumulan menos polvo. De manera similar, los suelos duros (linóleo, madera, cerámica) son más adecuados que los blandos de moqueta. Si se desea tener una alfombra, ha de ser preferiblemente de algodón, para que se pueda lavar a alta temperatura.
Para que las sillas, sillones y sofás tapizados no acumulen polvo y otros alergenos, conviene cubrirlos con fundas de algodón, que podemos lavar una vez por semana.