La fuerza curativa de las plantas y árboles de montaña

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En Europa aprovechamos desde hace miles de años el poder de la gran genciana amarilla, de la flor de nieve, de la arnica, del apio de monte alpino y la rhodiola. También los árboles como el alerce, el pino negro y el pino cembro nos ofrecen salud en forma de aceites esenciales.

"La suerte no es un lugar, sino un camino", dice un refrán tibetano. El camino hacia la cima de una montaña es algo que toca profundamente a quien lo recorre. Cuando el alpinista llega a una cumbre se encuentra con otro mundo y experimenta la pura felicidad. Pero sin necesidad de cuerdas ni habilidades especiales se pueden recorrer los caminos a alturas medias, entre los 1.000 y los 2.500 metros, donde el aire es puro, hay bosques cerrados y prados con flores. La caminata se convierte en un bálsamo para el cuerpo, la mente y el espíritu.

Plantas y árboles con propiedades medicinales

Como decía el médico, filósofo y alquimista Paracelso, "todos los prados, montañas y colinas son farmacias". En Europa aprovechamos desde hace miles de años el poder de la gran genciana amarilla, de la flor de nieve, de la arnica, del apio de monte alpino y la rhodiola. También los árboles como el alerce, el pino negro y el pino cembro nos ofrecen salud en forma de aceites esenciales. En las zonas alpinas más elevadas, las plantas concentran sus sustancias activas. Aire, plantas y... agua que mana de entre las rocas después de filtrarse por innumerables estratos. Según el camino que haya recorrido, el agua poseerá un sabor y unas propiedades peculiares.

El mundo de las montañas: plantas y árboles sanadores

 

Ligústico (Ligusticum mutellina)
Una de las plantas alpinas menos conocidas es el ligústico, que también es valioso alimento de las vacas en los prados. Debido a sus aceites esenciales aromáticos, cuyo olor se asemeja al del hinojo o el levístico, esta planta de aproximadamente 50 cm de altura y flores rosadas también se emplea en la cocina. La aromática raíz se emplea contra gases, estreñimiento, alteraciones de hígado, riñones y vejiga, y en múltiples dolencias femeninas. La decocción de la planta es un fortalecedor digestivo.

 

Árnica (Arnica montana)
Esta planta decora con sus flores amarillas anaranjadas las praderas de regiones montañosas. Las propiedades de la árnica son muchas y van desde frenar los sangrados a disolver los hematomas, pasando por mitigar dolores e inflamaciones. Envolturas hechas con pomadas y tinturas de árnica se usan en caso de contusiones y esguinces, así como en dolores articulares y musculares. No puede faltar en el botiquín de deportista ni en la casa con niños.

 

Flor de las nieves (Leontopodium alpinum)
Esta planta, que está bajo protección, crece en alturas de entre 1.500 y 3.000 metros. Durante mucho tiempo se cogía la flor blanca que parecía no secarse nunca, de ahí que en la cultura popular se convirtiera en símbolo del amor. Es una planta rica en taninos y forma parte de algunas líneas cosméticas que la usan por sus propiedades reafirmantes. Se emplea una variedad híbrida cultivada que también es ingrediente de algunos medicamentos antroposóficos.

 

Genciana amarilla (Gentiana lutea)
Debido a sus componentes amargos, su principal indicación es la falta de apetito. Estimulan la salivación y las secreciones gástricas. Forma parte de muchos licores aperitivos. También fortalece la inmunidad y el sistema circulatorio. También está bajo protección y no debe confundirse con el eléboro blanco (Veratrum album), empleado en homeopatía, que se considera una de las plantas más tóxicas existentes.

 

Rodiola (Rhodiola rosea)
Este remedio crece por encima de los 2.300 metros de altura. Tiene predilección por los suelos húmedos, los cañones de montaña, las praderas y las turberas. El extracto de Rodiola (se vende en forma de cápsulas) ayuda en casos de cansancio físico y psíquico, así como en estados de miedo y depresiones.

 


Alerce (Larix decidua)
Es el único árbol de agujas europeo que en invierno las pierde. Le encanta la luz y se encuentra a gusto en pendientes empinadas y altitudes considerables. De este árbol se emplea sobre todo la resIna: la trementina. Fluye al practicar un corte en el tronco y se emplea en homeopatía. También se usa en preparaciones externas, debido a su efecto procirculatorio y antiséptico. Está indicado en problemas reumáticos, forúnculos, neuralgias o infecciones de vías respiratorias altas.

 

Pino negro (Pinus mugo)
Crece entre los 1.000 y los 2.700 metros con forma chata, baja y robusta, solitario o formando pequeños bosques. Su aceite esencial se emplea ante infecciones de las vías respiratorias altas. También es eficaz para dolores musculares y neuralgias. En algunos balnearios se usa su aceite en baños para combatir reumatismos crónicos.

 

Pino cembro (Pinus cembra)
Su aceite esencial tiene un efecto tranquilizante y ayuda a armonizar el estado de ánimo. Favorece el bienestar general, la fuerza, la constancia y el sueño reparador. Solo hace falta poner un trozo de su madera en la mesita de noche y añadirle algunas gotas de su aceite esencial. También sirve para hacer inhalaciones y fricciones en caso de resfriados. En Austria se emplean cojines rellenos con copos de su madera.

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