Escuchar
Escuchar es difícil. Escuchar significa que algunas cosas con las que estamos en desacuerdo tiene que quedar en el aire. Pero no hay nada más eficaz para conectar con otros, mostrar respeto, hacerlos sentir y sentirnos mejor que escuchar. Incluso a veces escuchando podemos resolver problemas juntos.
En cualquier caso, escuchar no sólo vale la pena, sino que es esencial. ¿Cuál es la mejor manera de escuchar las palabras que se dicen y las emociones y preocupaciones que están por debajo de ellas?
Lo primero que deberemos hacer es escuchar. Realmente escuchar. No concentrarnos en otra cosa que no sea la escucha, ni siquiera en lo que vamos a decir después o en mirar el ordenador de reojo para ver si llegó un email. Escuchemos lo que dice la otra persona.
Segundo, ponerse en el lugar de la otra persona. Sentir con ella, ser solidarios, lo cual no implica aceptar cualquier cosa sin rechistar, sino reelaborar la propuesta del otro teniendo en cuenta sus perspectivas y objetivos.
Tercero, preguntemos. Exploremos los sentimientos y pensamientos de la persona a la que escuchamos más profundamente. La pregunta "¿de verdad crees eso?" No cuenta, no es una buena pregunta, no estamos intentando demostrar nada sino intentando saber qué es lo que está pasando.
Recordemos que escuchar no es lo mismo que asentir, no fuerza a tomar ninguna acción. De hecho, reducirá la necesidad de hacer otra cosa más que escuchar. Todo lo que mucha gente necesita es ser escuchada. Regalémosles y regalémonos ese tiempo de escucha, es un acto de amor que se multiplica hasta el infinito.
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