El aire acondicionado engorda
Cuando es verano nos apetece tomar fruta fresca o beber, comer ensaladas, bañarnos con agua no tan caliente. Es a causa del efecto que tiene el calor reinante sobre nuestro metabolismo. Cuando llega el calor el metabolismo se ralentiza, como consecuencia de ello, nuestras digestiones también se tornan más lentas y no tenemos tanto apetito. El ser humano se adapta al medio ambiente.
Pero ¿qué sucede cuando no podemos soportar el calor y sometemos nuestro cuerpo a temperaturas inferiores a los 25 grados centígrados? Que nuestro metabolismo se acelera, nuestras digestiones son más rápidas y nos apetece comer más y alimentos más calóricos como un potaje o un cocido.
Pero si después de comer un ágape con estas viandas salimos al sol, correremos a refugiarnos lo más rápidamente posible en un lugar que tenga aire acondicionado, para poder soportar el efecto en el cuerpo de la ingesta de estos alimentos.
Además de engordarnos, este proceso nos lleva a un círculo vicioso: cuanto más aire acondicionado, más alimentos enriquecidos nos apetecerán y cuantos más de estos alimentos comamos, más engordaremos y más sensación de calor tendremos, con lo cual más aire acondicionado precisaremos. Entrando así de lleno en el proceso de engordar, siendo la causa primera de ello, el cambio en el metabolismo que produce el aire acondicionado.
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