Licuado de avena eco por unos 35 céntimos el litro y un residuo menos
Venga, vamos a hacer los números de un litro de licuado comercial de avena eco dentro de uno de los 25 millones de tetrabriks que se fabrican cada día en este país.
Su precio en estantería oscila entre los 1,8 y los 2,2 €. Nos quedamos con la media, 2 €. Hasta la estantería, el ciclo de vida es más o menos el siguiente:
Para fabricar el recipiente, cójase aluminio, petróleo, celulosa y tintas de impresión; fabríquense los componentes; ensámblense y listo el fabuloso Tetra Pack (ojo, que admiro la creación por la practicidad y prestaciones extraordinarias, y más ahora que el cartoncillo desde es certificado por el FSC, y además se recicla el conjunto al 100%). Bien, tenemos transportado el recipiente y ya está a las puertas del fabricante embasador.
Ahora nos vamos a por la avena: siémbrese, coséchese, almacénese y transpórtese hasta el fabricante del licuado.
Con todo ello, y ya en la nave de procesado, obsérvese la energía eléctrica que llega (ojalá, de comercialización limpia), la bendita por laica agua mejorada desde la red de distribución, la más avanzada tecnología, y a por el licuado.
Remójese unas horas la avena, colóquese el triturador junto con 1 litro de agua a unos 90ºC, licúensen sus nutricionales componentes, aderécese con la receta del maestro y condúzcase al envase, ciérrese este y agrúpese para que un distribuidor lo coja, lo traslade (en algunos casos hasta más de dos mil kilometros), alguien lo coloque en un almacén o estante y tú o yo lo podamos adquirir y consumir. Damos un paso atrás y comprobamos que se ha retirado la fibra de la avena, que se queda como valor añadido, pero pagado por el consumidor, para otros usos de la industria alimentaria.
Ya trasladado y en casa, calientese si procede de nuevo la dosis de licuado y, una vez consumido el total, recipiente al reciclaje (iglú amarillo). Pasa el camión, lo recoge, traslada y, una vez separadas sus partes en la planta de tratamiento de residuos, de nuevo se consume energía, agua y materias primas en nuevo destino.
Los hechos y los números son: 1 litro de agua con la esencia licuada de 50 gramos de avena y algunos aderezos en minidosis desde la fábrica a casa, una media de 60 watios para calentar la porción de liquido y un tetrabrik en nuestra propiedad.
Gracias al viaje rápido comprobamos cómo obtener unos nutrientes cuesta un exagerado consumo de materias primas, emisiones de CO2 y beneficios para la industria alimentaria.
Vamos a por la alternativa en base a reciente experiencia personal:
Encuéntrome con Salva en Biolcultura Madrid, le pillo 1 kg de avena desnuda, sembrada y cosechada con sus manos en sus tierras de Burgos, donde no cae veneno alguno. Él es agricultor ecológico, es en definitiva un cuidador de la salud planetaria y humana. Le pago 2 euros por la bolsica de papel con el fruto de su trabajo y sus aliados de la fertilidad de la vida.
Ya en casa, en la mesa, 50 gramos de la avena de Salva remojada 12 horas, un poco de aceite, una pizca de sal, esencia de vainilla y para endulzar, estevia líquida (por supuesto, aquí valen miel, agave, etc), un litro de agua de red filtrada por osmosis (pero con recuperación del agua de rechazo, otro día lo explico). La batidora tan resultona y habitual en todo cobijo y el invento del Chufamix.
Como dispongo de cocina solar parabólica —en este caso, la alSol K10—, me ahorro la media de 60 watios para llevarla a ebullición (si no se dispusiese de sol o de cocina solar, tiramos de gas o electricidad y aquí la aproximación de coste energético).
Viértase el agua en el recipiente contenedor (de plástico de calidad alimentaria), introdúzcase el tamiz, en su interior se echa la avena remojada, las dosis de complementos y ándale batidora. Con un minuto o al cambio 10 watios (pueden ser limpios si contratas comercialización como socio de Som Energía), tienes licuado el contenido y disuelto en el agua. Súbase el tamiz y désele como a la zambomba con el prensador para extraer de la fibra hasta la ultima gota. Y listos, con unos 3 minutos de tiempo laboral, 1 litro de avena eco, con receta de tu cocinillas, caliente y lista para nutrir desayunos, meriendas o cenas.
Algunos números medios:
• la dosis de avena del Salva sale por 10 céntimos;los aderezos por otros 15;
• el agua y sus procesos con amortización del sistema de osmosis sale por 0,04 centimos;
• calentar el agua con cocina solar, 0 patatero;
• electricidad por unos 0,05 céntimos;
• la limpieza de los materiales empleados sale por 0,01;
• y la amortización del Chufamix (démosle 400 litros de vida) sale por 10 céntimos.
Un total aproximado del licuado de avena eco sería 3 minutos de mi tiempo y 35 céntimos de euro, un tetrabrick menos que fabricar y trasladar, junto con el del agua y los procesos.
Me queda la fibra, pero estoy buscando receta para mezclar con puré de patatas y hacerme una bolas energéticas o algo parecido.
Por cierto, amortizo también la batidora, de aquí la clave de ecodiseño del Chufamix, que aprovecha el motor externo ya disponible en casi todos laos.
En fin, unos 6 litros por 2 euros, y un montón de bolas energéticas dependiendo de las habilidades culinarias, y también un montón de emisiones de CO2 ahorradas. Que os aproveche.
PD: En breve, en la tienda de alSol, el Chufimix con obsequio de 1 kg de avena de Salva. Y, por supuesto, cocinas solares disponibles, faltaría...
Añadir nuevo comentario