Somos muchos más los que nos sentimos prisioneros, pero hay 30, los del Ártico, en el trullo de  Murmansk, allá en Rusia. Son trabajadores del bien común, que no cotiza en bolsa y ese puede ser parte del problema. Puedo imaginar su dolor, sus sentimientos, sus gritos silenciosos desde las celdas donde están por defender los caminos colectivos hacia el mejor sistema social, ambiental y global posible. Enfrente una empresa de nombre Gazprom, que sabemos pinta mucho en el manejo político de ese gran país, al igual que sus homólogas lo hacen en otros tantos. Si, los 30 del Ártico, con sus manos en alto, no pudieron hacer nada ante los mercenarios que enviaron los molestos gestores de un sistema energético que perfora donde quiere para seguir llenando carteras y ensuciando el futuro. De piratas, los 30, ahora son denominados vándalos, que cosas.

Vándalos y piratas malos son si acaso los que solo roban recursos con sus poderosas armadas, amparados en las leyes lasas que se montan rápido para que el sistema social, ese que lidera sobre las otras especies la Biosfera, pero que no sabe liderar, siga moviéndose.

Los 30 seres humanos bondadosos y comprometidos que están en el trullo ruso por interferir pacíficamente en el sucio y peligroso camino de Gazprom, son victimas y no delincuentes. Este sistema energético no es ni suficiente, ni limpio, ni seguro, ni democrático,  ni pacífico, es un sistema energético corrupto y su cementerio está lleno de seres humanos y no humanos que pidieron, o no pidieron, que fuese más justo, más inteligente, menos sucio, sin guerras ni corruptelas. Ayer en  diversos puntos del país donde habito, otros tantos activistas salieron a visualizar la pobreza energética que afecta a muchos compatriotas, ayer me enteré de una campaña para bajar la potencia contratada desde contadores, hoy sigo leyendo la sabiduría social puesta al servicio del bien común que debe ser el sistema energético que nos permita no perforar en cualquier lugar la tierra para sacar el último combustible fósil, el último gas, el último suspiro de un planeta que no entiende, desde lo onírico, a la especie que lo altera. Él tiene todo el tiempo que le queda, nosotros no lo tenemos.

Y sí, en mis sueños imagino que los 30 del Ártico tienen por lo menos 30 millones de compañeros de especie que están a su lado, que sienten la injusticia, que piden su puesta en libertad, que los saquemos de allá para que sigan defendiendo el clima de todos, que añoramos y trabajamos por un sistema energético sostenible y limpio que no precise de bandidos y piratas económicos, que con sus armas amedrentan a los que están en el tajo y a los que estamos queriendo estarlo. Rusia y su empresa Gazprom mienten con sus fantasías de ver en un barco y 30 ocupantes a simples vándalos, porque son ciudadanos responsables, solidarios y respetuosos con el devenir de la especie humana y del sistema energético inteligente que precisamos, con urgencia.

A vuestro lado siempre, ecohéroes y ¡¡gracias!! Pronto os saludamos, cuando estéis fuera y el arcoiris siga saludando a un sociedad en Paz consigo misma.

Gracias Ekaterina Zaspa, Andrey Allakhverdov, Ruslan Yakushev, Gizeh Akhan, Marco Weber, Dima Litvinov, Denis Sinyakov, Roman Dolgov, Tomasz Dziemianczuk, David John Haussmann, Jonathan Beauchamp, Cristian D'Alessandro, Francesco Pisanu, Sini Saarela, Anne Mie Roer Jensen, Mannes Ubels, Faiza Oulahsen, Paul D Ruzycki, Alexandre Paul, Iain Rogers, Anthony Perrett, Frank Hewetson, Alexandra Harris, Kieron Bryan, Phil Ball, Ana Paula Alminhana Maciel, Colin Ruseell, Camila Speziale, Miguel Hernan Perez Orsi y Peter Henry Willcox

Veintiocho activistas, un fotógrafo y un cámara independientes han sido encarledados en Rusia por llevar a acabo una protesta pacífica en el Ártico, necesitan tu ayuda. Puedes firmar la petición que pide a las autoridades rusas que pongan en libertad a los activistas y que frenen las perforaciones en el Ártico.

Y aquí 30 cosas que puedes hacer por los Artic30, ¡¡no lo dudes!!