Árboles tutelares
Un tejo vela por su cabaña en la sierra del Cuera, desde hace siglos. La tradición manda que estos árboles se plantaran para proteger las casas y cabañas del viento y de la lluvia, del frío y del calor.
Muchos paisanos creían además que el viejo árbol totémico les resguardaba de la mala suerte y de todo tipo de maleficios y atraía la fortuna a la hacienda y la familia.
Al amparo del viejo árbol, generaciones de pastores han vivido veranos interminables en las brañas y majadas. Fresnos, tilos, tejos, hayas... toda una cultura que deberíamos reinventar de alguna manera.
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