"¿Qué tipo de dieta podría mejorar el lupus sistémico?"

El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad autoinmune con potenciales complicaciones a nivel renal (glomerulonefritis), infecciones, enfermedad cardiovascular, artritis, trastornos cutáneos y enfermedades neurológicas. Existe un subgrupo de esta enfermedad con sólo afectación cutánea y articular que tiene muy buen pronóstico, aunque no exento de riesgo de padecer una complicación sistémica [aquí más sobre los síntomas].

Aconsejamos a todos los pacientes con LES que se realicen un estudio genómico. Con los conocimientos que nos aporta la epigenética, nos permiten adaptar la dieta y la suplementación ortomolecular a las necesidades individuales de cada paciente.

Recomendamos una alimentación libre de pesticidas y de tóxicos medioambientales. Existe evidencia científica que la exposición crónica a pesticidas organoclorados causa alteraciones en la regulación inmunológica y en algunos casos se ha demostrado el desarrollo y progresión del LES. Por tanto, aconsejamos una alimentación con productos ecológicos y no manipulada con tóxicos (evitar alimentos procesados, ricos en aditivos, conservantes, etc.).

Es necesario asegurarse de que el paciente con LES recibe la ingesta mínima necesaria de hidratos de carbono, proteínas, lípidos, vitaminas y sales minerales. Éstos son esenciales y nunca deben faltar en una dieta saludable y equilibrada. 

Partiendo de esta dieta base equilibrada, aconsejamos realizar una alimentación anti-inflamatoria. Es decir: evitar la ingesta de hidratos de carbono de absorción rápida que causan hiperinsulinemia y secundariamente inflamación, evitar los alimentos ricos en prostaglandinas (carnes rojas, embutidos etc...), evitar alimentos ricos en grasas trans, y evitar la leche de vaca y sus derivados por la capacidad que tienen sus proteínas de ocasionar intolerancias alimentarias y contener factores de crecimiento pro-inflamatorios. 

Es necesario asegurar el aporte de alimentos no procesados ricos en omega-3 con grasas no saturadas y a la vez realizar una dieta rica en antioxidantes con abundantes verduras y hortalizas, frutas, y especies como la cúrcuma (muy interesante en este caso por su efecto anti-inflamatorio a nivel articular). 

Diferentes autores recomiendan una dieta libre de gluten en todas las enfermedades autoinmunes. El Dr. Seignalet obtuvo una respuesta positiva con la indicación de una dieta ancestral rigurosa. La dieta libre de gluten tiene un importante coste económico y social, requiriendo la máxima implicación del paciente. Una opción es indicar una dieta sin gluten durante 3 meses. Si el paciente se encuentra bien con el nuevo régimen, permitir un nuevo producto alimentario cada semana.  El paciente deberá anotar los síntomas que aparecen a medida que se incorporan los distintos alimentos: cefalea, cansancio, dermatitis, aftas, artralgias, artritis, etc. Con todo ello se valorará su continuidad.

Otros autores han demostrado que las mujeres con LES tienen el metabolismo estrogénico desbalanceado hacia 16 alfa-hydroxyestrona. Este metabolismo estrogénico puede estimular la actividad de la enfermedad y es el causante de otras enfermedades relacionadas con los estrógenos. La ingesta de crucíferas (brócoli, coliflor, coles de Bruselas etc...), de rúcula, mostaza, nabos y berros, ayudará a su regulación. En algunos casos concretos puede ser necesaria la suplementación ortomolecular. También se aconseja evitar los productos que contengan fitoestrógenos como la soja.  Se ha observado en estudios experimentales realizados con animales que la soja podría actuar como factor de riesgo en el desarrollo del LES. Otro factor de riesgo de activación del lupus se encuentra en los brotes de alfalfa. 

Los alimentos ricos en apigenina (flavonoide vegetal) tienen un efecto beneficioso en el lupus. Destacamos el apio, las alcachofas, las manzanas, las cerezas, la uva y el vino. También son ricas en apigenina muchas especies i plantas aromáticas como el perejil, la manzanilla, el estragón, el cilantro, el regaliz, la menta, la albahaca y el orégano.

Existen estudios que demuestran que los ayunos son beneficiosos en la mejoría de las manifestaciones clínicas de las enfermedades autoinmunes y también el LES. Durante los ayunos se produce una importante reducción de los niveles circulantes de leptina que a su vez mejora la función reguladora de los linfocitos T. Por tanto, se pueden recomendar los ayunos (entiéndase a la ingesta de caldos vegetales y zumos de frutas naturales) en función del estado de salud del paciente y siempre bajo supervisión médica.