"¿Cuál es el tratamiento integrativo de la psoriasis interna?"

20.5.2014
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PREGUNTA: "Me han diagnosticado psoriasis interna. Empezó por las ingles y caderas, y luego se extendió a rodillas, hombros y manos. Ahora estoy con tratamiento a base de metotrexato 17,5 y 7,5 cortisona, y antiinflamatorios. Me encuentro muy dolorido. Quisiera saber qué dieta y ejercicios puedo hacer. Estoy yendo a sauna y un poco de piscina." Antonio Caro.

RESPONDE:DR. JAUME CONDOMINES, especialista en Reumatología de la CLÍNICA OMEGA ZETA.

La dieta en la enfermedad psoriásica (tanto en su forma cutánea como en la articular) es una pieza fundamental de su tratamiento. Desde los años noventa existen pruebas de que la alteración de la flora intestinal o disbiosis es el principal precipitador y perpetuador de la psoriasis (Noah PW. The role of microorganisms in psoriaisis. Semin. Dermatol. 1990 Dec;9(4):269-76). Por otro lado, la psoriasis es una enfermedad inflamatoria autoinmune, y como tal, requerirá una especial atención como veremos más adelante.

Antes de hablar de dieta, es necesario realizar estudio para descartar una hiperpermeabilidad intestinal (“leaky gut”) con el estudio de lactulosa/manitol y corregir la disbiosis con un estudio de heces que incluya cultivos de baceterias y levaduras, hongos (Cándidas) y parásitos. En caso de hiperpermeabilidad y/o disbiosis, nuestra misión será corregir estas dos alteraciones.

Es también recomendable descartar una enfermedad celiaca oculta. Hay que recordar que determinados medicamentos contribuyen a la hiperpermeabilidad intestinal: los antiinflamatorios, la cortisona y el omeprazol en su caso. Habría que evitar su consumo y substituir por antiinflamatorios de origen natural como la terapia enzimática oral con enzimas proteolíticos (bromelina, tripsina), fitoterapia (Harpagofito, Boswellia serrata, Uña de gato, Ashwaganda, Cúrcuma, etc.), sulfato de glucosamina y condritin sulfato, quercitina, etc. 

La finalidad de la dieta es suprimir la inflamación en su mayor medida a través de una correcta elección de los alimentos que vamos a ingerir. Es necesario, evitar alimentos pro-inflamatorios. Estos alimentos pro-inflamatorios activan las vías de la inflamación de una forma directa o indirecta. En otras palabras más sencillas, si la inflamación es “fuego”, tenemos que echar “agua” y no “alcohol”. Evitaremos:

• Alimentos fuente de ácido araquidónico como son las carne rojas (ternera, cordero, cerdo) y la leche de vaca
• Las grasas saturadas (mantequilla, tocino, bollería, pastelería, etc.) promueven la inflamación y la oxidación.
Alimentos de alto índice glucémico que causan estrés oxidativo, activan la inflamación vía estimulación factor de necrosis tumoral kappaB y también promueven la disbiosis. Evitaremos azúcar, pan blanco, pasta no integral, harinas no integrales, cereales, patata, etc.
• Los alimentos a que seamos alérgicos.

La dieta saludable ideal es la que contiene un abundante consumo de frutas, vegetales, semillas, frutos secos, ácidos grasos monosaturados (abundante aceite de oliva) y Omega-3, fuentes magras de proteínas como la carne blanca (pollo, pavo), pescados grasos ricos en Omega-3 (pescado azul, salmón), la quinoa, soja y proteínas del suero. Evitaremos productos que contengan conservantes, colorantes y aditivos, es decir, productos manufacturados. Evitaremos el consumo de alcohol que incrementa la permeabilidad intestinal y exacerba la psoriasis.

Son también útiles las dietas vegetarianas y las dietas sin gluten como se han probado en diferentes estudios en otras enfermedades autoinmunes. También son muy útiles los ayunos terapéuticos de corta duración y bajo control médico. Son muy útiles porque tienen una acción antiinflamatoria inmediata y pueden permitir frenar un brote de la enfermedad. Posteriormente, permite una introducción progresiva de los alimentos y nos puede ayudar a identificar alimentos que nos hagan ser alérgicos o intolerantes.

Es importante la suplementación con vitaminas, minerales y  sobre todo de ácidos grasos saludables (ALA, GLA, EPA, DHA) a dosis altas. También será necesaria la suplementación de vitamina D3.

Los pacientes con psoriasis tienen niveles bajos de ácido fólico y niveles altos de homocisteína. Se recomienda la suplementación de 5-20 mg por día de ácido fólico. Es recomendable asociarlo con 2 mg de vitamina B12 (hidroxi o metilcobalamina).

También es útil reducir o modular el factor de necrosis tumoral kappaB que es estimulador de la transcripción génica pro-inflamatoria. Será por tanto muy útil la vitamina D, cúrcuma (requiere la pimienta para su absorción), el ácido lipoico, el té verde, ácido ursólico (se encuentra en el romero, tomillo, orégano, menta y en muchos otros fitonutrientes), extractos de semilla de uva, própolis, zinc, altas dosis de selenio, indol-3-carbinol, N-acetil-L-cisteína, resveratrol, isohumulonas (lúpulo), GLA, EPA, etc.

Respecto al ejercicio, es recomendable la actividad deportiva 4-5 veces por semana por su acción anti-inflamatoria. En caso de brote inflamatorio articular, es recomendable reposo articular y evitar sobrecarga en las articulaciones inflamadas. Esta situación condiciona sumamente el tipo de ejercicio a realizar. La natación puede ser una buena opción cuando existe afectación en las articulaciones de carga.

La hidroterapia con hipertermia y sal y la sauna favorecen la detoxificación de tóxicos y pueden favorecer pacientes con determinados polimorfismos genéticos del Citocromo P450 que se han correlacionado con pacientes con formas severas de psoriasis.
 

 

 

Jaume Condomines
Mi actividad profesional se inició tras realizar la especialidad de Reumatología en el Hospital de la Esperanza (Barcelona), adquiriendo una formación sólida médica y científica.

Después de una serie de vicisitudes personales y profesionales, conocí la homeopatía y me formé en dicho campo. La Medicina que yo defiendo es la que busca la mejor terapia en cada caso concreto, recogiendo lo mejor de la tecnomedicina de vanguardia, lo mejor de la medicina tradicional y lo mejor de la medicina homeopática, naturista y otras terapias alternativas. Dicha medicina es la que hoy conocemos como Medicina Integrativa.