Música para niños

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Interpretar música o escucharla en directo es más efectivo que oír cedés de Mozart.

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La alquimia del sonido binaural

La repercusión del “efecto Mozart” ha hecho creer a los padres que la música clásica haría que sus hijos fueran más inteligentes y felices. La realidad es otra. Lo que más necesitan es música real, en directo, y a ser posible interpretada por ellos mismos.  

Lo importante es tocar. Como dice el investigador Robert Zatorre, “si desea que su hijo aprenda matemáticas, llévelo a estudiar matemáticas”. Los juegos rítmicos y musicales desde la primera infancia dan forma y desarrollan el mundo sonoro interior. Éste guarda más relación con el equilibrio anímico que con la inteligencia necesaria para resolver cálculos.

Piensan más rápido. Interpretar música no solo mejora la coordinación física y otras habilidades motoras, sino que estimula muchas áreas cerebrales y aumenta en general la velocidad y la calidad del pensamiento. 

Música en directo. Estudios realizados en el hospital israelí de Netanyá con bebés premamaturos demuestran que resulta más beneficioso el efecto de la música en directo (una cantante acompañada al arpa) que el de la grabada. Al parecer los bebés captan diferencias sutiles en el timbre, el eco y otras variables.