María Clè Leal: “Otra moda no solo es posible, sino necesaria”

María Clè Leal ha recogido el testigo de Moisés Nieto y ha llevado la moda sostenible a la pasarela de la Mercedes Benz Fashion Week de Madrid. Los jardines de Cecilio Rodríguez sirvieron de escenario natural para la presentación de “Cristalinos”, la colección con la que la diseñadora alavesa por antonomasia (aunque nacida en Madrid, 1980) marca un nuevo hito en el aprovechamiento de tejidos fabricados a partir de materiales reciclados. María Clè fue la vencedora del certamen El Laboratorio, con el que Ecoembes promueve la innovación y la sostenibilidad en un sector identificado hasta ahora con la imagen del “usar y tirar”.

¿Otra moda es posible?
Otra moda no solo es posible, sino que es necesaria. Tiene que cambiar la manera de funcionar de las grandes empresas. Las pequeñas, a nuestro modo, ya lo estamos intentando… Se acaban los recursos, hay que minimizar nuestro impacto, tenemos que cuidar de las personas y del planeta. Somos cada vez más los diseñadores concienciados que buscamos otra manera de hacer las cosas, más en consonancia con nuestros valores.

¿Es compatible la moda sostenible con el buen diseño? La imagen que ha prevalecido hasta ahora es la de una moda alternativa tirando a “espartana”…
Lo es hasta cierto punto cierto. Dices “moda con material reciclado” y la gente piensa inmediatamente en un bolso hecho con latas de refrescos o con un vestido de papel periódicos… Hay que hacer un esfuerzo por cambiar la estética de la moda sostenible, que no tiene por qué ser menos atractiva que la “otra” moda. Para mí el valor está en unir el buen diseño con la ropa bien hecha, con un patronaje cuidado y con tejidos que pueden ser o no ser reciclados.

¿El hecho de usar tejidos fabricados a partir de material reciclado ha sido una limitación o un reto?
El reto ha sido lograr que la gente no lo note. Si no lo digo, la gente no vería la diferencia. Y cuando se enteran a posteriori se sorprenden: les cuesta creer que el 80% de los tejidos usados en Cristalinos proceden del PET de las botellas de plástico, muchas veces recicladas del fondo de los mares. Yo he sido también la primera sorprendida. Unos tejidos han requerido más paciencia y trabajo. Pero con algunos me he familiarizado fácilmente. Hay uno blanco que es parecidísimo al algodón, como en las camisas de toda la vida. Hay otro de un color gris plata que me ha estimulado mucho y que me ha servido para dar personalidad a la colección. Eso sí, he tenido que conseguirlos en Italia. Ojalá se hicieran también en España y estuvieran en el mercado con más facilidad.

Colección Cristalinos-Ecoembes de María Clè Leal.

¿Fue antes la idea o el tejido?
Las dos cosas vinieron casi al mismo tiempo. Yo pensaba rescatar para mi próxima colección los recuerdos de mi infancia. Yo nací en Madrid, pero me fui de pequeña a Vitoria y me considero alavesa. A veces me dicen: “Eres tan vasca en tus diseños”. Y a lo mejor es verdad, me sale de dentro diseñar de una manera sobria, con líneas muy sencillas y a la vez muy estudiadas y trabajadas… Mi infancia en el País Vasco es también el contacto con la naturaleza, y la vida en una ciudad muy humana, donde reina el silencio. Nada que ver con ver con el bullicio de Madrid.

¿Habrá un antes y un después de esta colección? ¿Te has propuesto elevar el listón de la sostenibilidad con tu marca?
Sí, creo que es una evolución coherente, porque refleja también mi preocupación por la sostenibilidad en mi vida diaria. Me despierta mucha curiosidad seguir experimentando. Y me gustaría y comercializar la colección, porque veo que a la gente le interesa mucho. Lo veo como un proyecto totalmente viable. Me interesa seguir probando con tejidos nuevos, a partir de material reciclado, y también rescatar tejidos antiguos que llevan años en los almacenes y que nadie conoce.

¿La idea de la moda “circular” o de reaprovechamiento total de los recursos está empezando a calar”?El Slow Fashion, como antídoto al Fast Fashion que promueven las grandes marcas, también es otro concepto que está calando ¿Hasta qué punto te sientes identificada con él?
En el mundo de la moda estamos metidos en una rueda: todo va tan rápido que a veces te marea. A mí, como consumidora, me genera incluso angustia. Como diseñadora, considero inviables los tiempos que se están marcando para las colecciones, con lo poco que te dejan para investigar, crear y hacer bien las cosas. Cuanto más rápido vas, con menos cariño haces las cosas. Es necesario pararse a pensar y hacerlo de otra forma. No creo que perdamos nada por ir un poco más despacio: seguramente ganemos mucho. Yo aspiro a dar valor a mi profesión.

¿La idea de la moda “circular” o de reaprovechamiento total de los recursos está empezando a calar”?
Es un concepto que aún resulta difícil de explicar, y más en un mundo trepidante como este, que funciona desde hace tiempo con la mentalidad del “usar y tirar”. Pero tiene que funcionar. Es más, yo creo que acabará imponiéndose no solo como un concepto, sino como una filosofía que hace especial tu marca y la refuerza.

Colección Cristalinos-Ecoembes de María Clè Leal.

¿Alguna vez has tenido la sensación de ser un “bicho raro” dentro del mundo de la moda?
Muchas veces me he sentido fuera del lugar, es cierto. Pero algo se está moviendo en el mundo de la moda y las grandes marcas están entrando ya. Todo debería cambiar, aunque solo fuera por sentido común…

¿Saber que la industria textil es la segunda más contaminante del mundo (después del petróleo) no te crea cargo de conciencia?
Yo intento hacer las cosas lo mejor que puedo, dentro de lo que está en mi mano. Cargo de conciencia puedo sentir cuando leo algo sobre el impacto de la industria, y ves que se están haciendo barbaridades. Pero yo intento ser fiel a mi filosofía y por supuesto actuar en consecuencia. Dentro de lo que cabe, mi conciencia está tranquila.

¿Hay una voluntad de cambio real en el mundo de la moda? ¿No hay también mucha imagen y “greenwashing”?
Yo creo que empieza a haber ya una mentalidad de cambio, aunque será un proceso lento. Pienso que los pequeños actos generan cambios, y eso en eso estamos casi todos los diseñadores con los que me relaciono. No solo hablamos de incorporar tejidos reciclados, de hacer prendas duraderas o de rescatar procesos artesanales. Hablamos también de un compromiso ético que hace mucha falta en una industria como la nuestra.

¿Y no falta finalmente un cambio de mentalidad en los consumidores? ¿La gente está dispuesta a pagar más por una moda más ética y más sostenible?
Cuando la gente conoce la historia que hay detrás, cuando sabe que apoyas unos valores y que hay buen trabajo detrás, entonces entiende que el precio se justifica totalmente. Pero tiene que ser una diferencia asumible, y ésa es el problema que tenemos la mayoría de los diseñadores: cuanto más produces, el precio puede reducirse… Pero está también la otra cara de la moneda: posiblemente no necesitemos ni la mitad de las cosas que consumimos. Las cosas hay que comprarlas no solo con el corazón, también con la cabeza, y saber el uso que le vas a dar. Y comprar algo de calidad, en vez que algo que saber que acabará en el fondo del armario en cuanto pase la temporada. Te pones algo porque te gusta, y no te importa que ya no se lleve. A mí me encanta pensar en prendas intemporales…