Llegan los platos de hojas de plantas para desbancar a los de plástico
Estamos a las puertas del fin de los platos, vasos y cubiertos de plástico de un solo uso.
Países como Francia ya han anunciado que, a partir de 2020, estará prohibido vender estos utensilios plásticos, que deberán ser reemplazados por otros que al menos cuenten en su fabricación con el 50% de sustancias biodegradables procedentes de materias orgánicas, como el almidón o la fécula de patata.
La decisión del Gobierno francés irá contagiando irremediablemente las directivas legales de otros países, puesto que la contaminación por plásticos se ha convertido en un problema de impacto mundial: desde mitad del siglo XX, se han producido alrededor de 5 mil millones de toneladas de plásticos y, de no reciclarse adecuadamente, "en el 2050 habrá más plástico que peces en los mares y océanos del mundo”, advierte el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Según las organizaciones ecologistas, los productos plásticos de un solo uso, como platos, vasos y cubiertos, tan prácticos en festejos y comidas al aire libre, son al mismo tiempo los más irracionales, ya que el servicio que dan es mínimo –apenas se usan unos minutos y se desechan–, pero pueden contaminar el medio ambiente hasta 300 y 400 años.
Los ecodiseños vienen a sustituir al absurdo plato de plástico de un solo uso con alternativas biodegradables que hacen la misma función y que cumplen con el virtuoso recorrido de la economía circular. Ya hay muchos ejemplos inspirados en las soluciones de culturas con pocos recursos como las asiáticas. Uno de ellos es la propuesta de Leaf Republic.
El reto de esta empresa ha sido imitar la alta eficiencia de las hojas de platanero usadas sobre todo en el sur de la India como práctico plato. El sistema indio es totalmente respetuoso con el medio ambiente, puesto que la hoja se degrada rápidamente, es higiénica, requiere una limpieza sencilla con agua o jabón, es grande, resistente al agua e incluso saludable, pues contiene antioxidantes beneficiosos que se pueden transferir a la comida.
Con esa hoja de platanero como referencia, esta compañía alemana ha adaptado la idea para comercializarla a nivel mundial y acabar con los platos de plástico. Uno de los fundadores, Pedram Zolgadri, tras observar asombrado la cantidad de platos y fuentes de plástico que se usaban en una fiesta de cumpleaños a la que asistía su hija, pensó en las maneras de evitar esa enorme cantidad de residuos plásticos. En un viaje por Asia descubrió que la gente, cuando come en un puesto callejero, usa hojas de plantas como platos.
Y se empeñó en traer esta idea a Europa. El resultado de su investigación de tres años son platos totalmente biodegradables, puesto que están realizados con hojas, son totalmente orgánicos y no necesitan cortar la planta entera.
Aseguran que su sistema de recolección es el mismo que el de las culturas locales de donde se abastecen, y para ello trabajan con ONG locales y empresas gubernamentales. «Las hojas provienen de una enredadera tropical que normalmente crece en Asia (India, Bangladesh, Nepal, Myanmar…). Es una planta de rápido crecimiento que se ha utilizado durante siglos para producir platos y se puede encontrar en los bosques tropicales. Pero estamos buscando otros tipos de plantas que crezcan en el continente europeo y tengan las mismas propiedades (fuertes y resistentes al agua) como la enredadera que estamos utilizando actualmente», explican a El Correo del Sol desde Leaf Republic.
Los platos se componen de dos capas de hojas, y entre ellas una de papel para impermeabilizar. No se usan colas ni aditivos sintéticos, puesto que las hojas se cosen con fibras vegetales. Todo el conjunto se prensa para darle la forma y la estabilidad de un plato. Y después de usarlos se descomponen en tan solo 28 días sin dejar ningún tipo de residuo inorgánico. Son puro abono, como todo en la Naturaleza.
En cuanto a qué procesos siguen para garantizar la higiene, aseguran que estos platos son adecuados para comer, ya que las propias hojas son antibacterianas y antisépticas. Además, «después de la recogida se secan, lo que garantiza que no se desarrolla moho durante el transporte. Se almacenan siempre en un lugar oscuro y fresco. En Alemania, se prensan con calor y también se esterilizan con rayos UV antes del embalaje. Hacemos pruebas periódicas que demuestran que no quedan sustancias nocivas activas».
¿Están pensados estos platos orgánicos para el público occidental, tan familiarizado con el hábito de usar y tirar? «Estamos llegando incluso a la isla Reunión y a Bora-Bora y otras islas del Pacífico». Así es: al dichoso plato de plástico hay que declararle la guerra hasta en Bora-Bora.