Lanzamos peligrosos plásticos al mar que los corales comen pensando que son delicatessen
Ocho millones de toneladas de plástico se vierten cada año en los mares y se han documentado más de 200 especies que comen trozos de este colorido material cuando los ven en el agua.
En experimentos de laboratorio se ha comprobado que incluso los pequeños corales, los organismos que componen los arrecifes, se alimentan con fragmentos de plástico similares a lo que pueden encontrarse flotando en las profundidades.
Un reciente estudio ha hallado que los corales, tan vulnerables ne todo el planeta, no solo consumen plástico porque flota llamativo en el agua sino también porque algunos de los productos químicos que componen el plástico en realidad tienen un sabor muy parecido a los alimentos de los corales, tal y como informa The New york Times.
Aún no está claro cuánto plástico consumen los corales en la naturaleza ni qué daño podría causar a estos importantes organismos marinos, que ya están amenazados por peligros ambientales como el calentamiento de los mares y la contaminación.
Cientos de sustancias químicas componen los plásticos para lograr determiandas texturas, ductibilidad, etc. Los corales notan la presencia de alimentos con receptores, así que podría ser que algunos aditivos químicos imitaran las sustancias que desencadenan el apetito de los corales, han deducido los científicos Alexander Seymour y Austin Allen, que han dirigido este estudio de la Universidad de Duke (EEUU).
En su experimento, los investigadores ofrecieron dos tipos diferentes de plástico a los corales recogidos en las aguas costeras de Carolina del Norte para ver cuál sería el mejor aceptado: plástico viejo, medio degradado en agua de mar y cubierto con una capa delgada de bacterias o bien plástico recién salido de la fábrica.
Los corales parecían preferir el plástico más nuevo, comiendo más porciones de este que del más antiguo. La diferencia entre preferir uno u otro podría reducirse a las concentraciones de aditivos químicos en estos plásticos. Quizás los microbios del plástico degradado impiden que esas sustancias lleguen a los corales rápidamente. O tal vez los microbios producen sustancias que impiden que los corales los coman deprisa.
Otro investigador, Daniel Rittschof, y otros miembros del laboratorio están ahora trabajando en verificar si las sustancias específicas en el plástico son sabrosas para los invertebrados marinos. "Si se fabrican plásticos con sabores atractivos, tal vez podamos fabricar plástico que tengan un gusto repulsivo", declaró Seymour a The New york Times. «Aunque lo primero de todo es que quizás podemos evitar que las criaturas coman plástico».