Greta Thunberg: "Las cumbres del clima son una estafa"
La activista denuncia "el simbolismo de celebrar la COP27 en un paraíso para turistas y en un país que viola los derechos humanos"
Greta Thunberg ha alertado contra "el valor simbólico de celebrar la COP27 en un paraíso para turistas y en un país que viola sistemáticamente los derechos humanos". No la veremos pues en Egipto, pero no precisamente por la lejanía: "Los activistas tenemos que hacer ver a la gente que esto es una estafa y que este sistema nos está fallando".
"Las Cops se han convertido en una ocasión para que los poderosos mientan, engañen y hagan el lavado verde", denunció la activista sueca en la presentación multitudinaria de "El libro del clima" en Londres. "Las cumbres pudieron tener sentido hace viente o treinta años. Pero lo cierto es que han fallado a la humanidad a la hora de propiciar grandes cambios y los avances han sido muy lentos".
"La Cops han servido al menos como una oportunidad para la movilización", precisó la fundadora de Fridays for Future, con la experiencia de su paso por la COP25 de Madrid y la COP26 de Glasgow. "Pero eso no va a ser posible en Egipto porque no va a haber sitio para la sociedad civil en un lugar como Sharm El Sheikh".
Greta Thunberg se sumó la semana pasada a la petición firmada por cerca de 1.500 grupos de derechos humanos y oganizaciones ambientales pidiendo a las autoridades egipcias la apertura de una espacio civil y la liberacion de presos políticos. Thunberg se entrevistó por el domingo por la mañana con la hermana de Alaa Abd el-Fattah, el activista británico-egipcio que lleva más de seis meses en huelga de hambre y que se ha convertido en el centro de la campaña.
Se estima que el régimen del presidente Abdel Fatah al-Sisi tiene encarcelados a unos 60.000 presos políticos, entre ellos decenas de activistas ambientales. Las peticiones al Gobierno egipcio por la cuestión de los derechos humanos han abierto un cisma entre los grupos ecologistas (con la destacada ausencia de Greenpeace) que amenaza con empañar la COP27 de principio a fin.
"El cambio no vendrá desde el poder porque la política, tal y como funciona en este sistema, es una manera de perpetuar el status quo", afirmó Greta Thunberg. "El momento de los pequeños cambios individuales ya quedó atrás. Todos podemos contribuir a nivel personal, pero lo que hace falta ahora es una movilización masiva para presionar a los que están en poder".
"Yo no pienso dar el salto a la política y espero que los que estén cerca de mí no me dejen si algún día lo anuncio", agregó la activista de 19 años, aún en el instituto. "Mi labor va a seguir siendo presionar desde fuera, aunque no tengo ahora un plan preconcebido sobre cómo seguir. Tampoco pensé que lo que hice iba a acabar siedo un "movimiento": mis padres pensaban que volvería aburrida, al cabo de una hora, cuando me planté con mis panfletos y el cartel de "En huelga por el clima" ante el Parlamento sueco".
A su manera, Thunberg dio su bendición al activismo radical de Extinction Rebellion y Just Stop Oil, que tras lanzar sopa de tomate sobre los girasoles de Van Gogh en la National Gallery han decidido pintar de naranjas las dependencias del Gobierno británico por la falta de acción ante la crisis climática...
"Estamos en una situación desesperada y mucha gente se está desesperando e intentando encontrar nuevos métodos, porque todo lo que hemos hecho hasta ahora no ha funcionado. Ha habido muchas acciones y no puedo generalizar, pero es razonable esperar que los activistas intenten encontrar nuevas formas de atraer la atención de los medios. Molestar hasta cierto punto no es lo mismo que causar daño a la gente".
En una larga charla con la periodista de la BBC Samira Ahmed, ante una audencia de más de 1.500 espectadores en el Southbank Center (el mismo escenario usado por Michelle Obama para presentar su autobiografía), Thunberg habló de la "crisis de información" y del fallo sistemático de los medios a la hora de trasmitir la "emergencia" en la que estamos y a "unir los puntos entre las inundaciones que han cubierto una tercera parte de Pakistán y la sequía extrema en el cuerno de Africa".
"Los que vivimos en el norte global tenemos al menos la opción actuar, pero quienes están sufriendo el mayor impacto no la tienen, por eso tan importante reivindicar el concepto de justicia climática", recalcó Thunberg. "Yo no quiero sermonear a la gente, ni pedir a todo el mundo que deje de volar en avión. Yo dejé de hacerlo y convencí a mis padres, pero ellos llegaron también al final hasta ahí por convicción propia".
Con unos vaqueros rasgados por la rodilla y una camiseta con un corazón rojo, más sonriente y más "llenita" que hace un año en Glasgow, Greta presentó "El libro del clima" (Lumen) como su "proyecto personal durante la pandemia" y como reacción ante la supuesta "vuelta a la normalidad".
"La "normalidad" era la crisis que ya teníamos y que se va agudizando año tras año", advirtió de entrada. "El informe de la ONU sobre el bache de emisiones lo ha dejado claro estos días: avanzamos hacia un escenario de más de 2,5 grados y es posible que esta misma década lleguemos a un aumento de las temperaturas de 1,5 grados. Hace falta una transformación sistémica y hay que embarcar a todo el mundo".
"El libro del clima", asegura, es un intento "educativo" ("valga la contradicción, teniendo en cuenta que todo esto empezó con la huelgas escolares") para intentar llegar explicar cómo está cambiando nuestro planeta, cómo nos afecta, lo que se ha hecho hasta ahora y lo que nos queda por hacer: "Cuando la gente me preguntaba por dónde empezar, les daba una lista de libros, cada uno desde un ángulo diferente. Así nació la idea de ponerlo todo junto en un libro, y de contar con los mejores expertos".
Pioneros de la ciencia del clima como Michael Oppenheimer, Johan Rockström, Michael Mann o Friederike Otto, economistas como Thomas Piketty o Nicholas Stern, periodistas como Elizabeth Kolbert, David Wallace-Wells o George Monbiot, autoras como Margatet Atwood o Naomi Klein. Más de cien voces componen el peculiar coro del clima, con Greta Thunberg llevando la batuta y punteando la partitura con serveras advertencias...
"El clima está cambiando con esteroides". "La bola de nieve está en marcha". "Está más cerca de lo que pensamos". "No todos estamos en el mismo bote". "Siguen diciendo una cosa y haciendo otra". "Una manera completamente nueva de pensar". "La esperanza es algo que tenemos que ganarnos".
"La transformación necesaria para quedarnos por debajo de 1,5 grados o incluso dos grados nos puede parecer políticamente imposible hoy", advierte Greta. "Pero somos nosotros quienes podemos determinar lo que es políticamente posible mañana".
"La destrucción de la biosfera, la desestabilización del clima o el deterioro de las futuras condiciones de vida no es algo predestinado o inevitable", concluye la activista sueca. "No es la naturaleza humana y nosotros no somos el problema. Todo esto está pasando porque no somos conscientes de la situación o de las consecuencias. Pero en cuanto entendamos la naturaleza de la crisis en la que estamos, seguramente actuaremos".