Elimina el dolor respirando
No somos conscientes del poder que tiene la respiración. Inhalar y exhalar correctamente produce beneficios inmediatos y a largo plazo. Puede, incluso, convertirse en una herramienta eficaz contra el dolor.
Cuando tienes cualquier tipo de dolor, algo tan básico como la respiración puede tranquilizarte y mitigarlo. Puede parecerte raro, pero lo primero que te conviene hacer no es oponerte a él, no ponerte a la defensiva y no combatirlo, sino hacerte consciente de la sensación que experimentas, aunque sea desagradable. Si lo consigues, el cuerpo va a verter sus propios “remedios” analgésicos, las endorfinas, y poco a poco el dolor se irá reduciendo.
En cambio, si tomas el dolor como un enemigo, la respiración se hace irregular, se vuelve más superficial e intermitente, y bloquea el vertido de endorfinas. Con el siguiente ejercicio respiratorio se puede ayudar a lidiar con el dolor y tal vez incluso desaparecerá.
Pero recuerda que el dolor es una señal de alarma. Si conoces su origen, adelante, pero si no sabes a qué se debe, no dudes en acudir a un médico para averiguar la causa.
Ejercicio
Túmbate en el suelo boca arriba o síentate cómodamente en una silla.
Coloca una mano o ambas en la zona del dolor.
Cierra los ojos y con cada inspiración imagina que atraes una fuerza vital, que puedes imaginar como una luz dorada, que va a parar a esa zona a través de tus manos.
Al espirar, imagina que sueltas todo el dolor y todas las sensaciones desagradables que genera, incluso las anímicas.
Realiza este ejercicio durante un rato y date cuenta como la sensación de dolor va mitigando poco a poco.
Este ejercicio te puede ayudar a evitar los fármacos analgésicos, que no están libres de efectos secundarios negativos.