"El lobo es el animal que mejor representa el espíritu salvaje"

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Entrevistamos a Andoni Canela, fotógrafo de naturaleza, que anda inmerso en la aventura de capturar con su cámara los siete animales más salvajes del planeta.

Veinte años con sus cámaras fotográficas recorriendo el lado más salvaje del planeta. Por su objetivo han pasado osos polares, orangutanes, ballenas grises, tigres de Bengala, lobos, pandas gigantes... Y su trabajo ha sido reconocido y publicado en los mejores de medios de todo el mundo, desde National Geographic o Time hasta La Vanguardia y El País. A eso hay que sumar una docena de libros.

Andoni Canela consigue que te quedes "pillado" ante sus imágenes, que se te erice la piel y que tu instinto biofílico adormecido se despierte de golpe. Parece fácil, pero no lo es, requiere mucho rodaje y mucha pasión por lo que hace.

Nos hubiera gustado tener una charla tranquila con Andoni tomando un café, que nos explicara mil y una anécdotas sobre los animales y paisajes que ha fotografiado, pero anda embarcado en un nuevo proyecto que lo tendrá lejos de casa durante más de un año.

Su nueva aventura se llama Looking for the Wild, que puede seguirse desde su blog, y esta vez se ha llevado a toda la familia con él, a su compañera y a sus dos hijos. Así que, aprovechando que ha lanzado una campaña Verkami para publicar su libro Durmiendo con lobos, nos ponemos en contacto con él gracias al correo electrónico para que nos explique en qué consiste este proyecto y cómo lleva la peripecia de trabajar junto con los niños y su pareja.

Looking for the Wild plantea una vuelta al mundo para fotografiar un animal de cada continente que represente un hábitat de alto valor ecológico y que esté amenazado

¿Dónde te pillamos, Andoni? ¿Dónde estás exactamente ahora?
Estamos en Australia, concretamente en Cooktown. Un pueblo de unos 2.000 habitantes muy al noreste de Queensland, junto al mar de coral y el río Endeavour, en la colina donde los europeos vieron los primeros canguros. Es el trópico más trópico. Bajo las palmeras, junto a la selva y al lado de los manglares. Un lugar perfecto para salir en busca de los cocodrilos marinos, el objetivo de Looking for the Wild en Australia.

Te has embarcado en un apasionante viaje fotográfico por todo el mundo en busca de los animales más salvajes. Explícanos el proyecto Looking for the Wild, el recorrido y los objetivos.
El proyecto plantea una vuelta al mundo durante quince meses con el objetivo de seguir, estudiar y, por supuesto, fotografiar un animal de cada continente que represente un hábitat de alto valor ecológico y que, por un motivo u otro, se encuentre amenazado. Así pues, son siete lugares y siete animales en poco más de un año.
Paralelamente creamos el proyecto educativo "Learning in the Wild" con Unai [su hijo de 10 años] como protagonista, dirigido a escuelas, familias y asociaciones relacionadas con la educación medioambiental. Lo lleva mi compañera, Meritxell Margarit. Ella es periodista y escritora, y hace más de veinte años que se dedica profesionalmente a desarrollar proyectos educativos. Muchos de ellos con PAU Education, que, a través  de "Aulas Creativas", es quien nos ha dado soporte para llevar a cabo el Learning in the Wild. 

De toda la fauna salvaje que has fotografiado, ¿con qué animal has sentido una emoción especialmente intensa? ¿Cuál ha sido el más difícil de encontrar y fotografiar?
Creo que de momento han sido el lobo ibérico y el puma. También han sido esos dos mismos animales a los que he tenido que dedicar más amaneceres y anocheceres. Luego hay sorpresas como encontrarte una foca leopardo en el hielo de la Antártida que son regalos de un valor incalculable para los sentidos y la memoria. También observar al casuario (la enorme ave-dinosaurio) en las selvas prehistóricas de Australia acompañado por Unai ha sido nuestro último gran encuentro que estoy seguro nunca olvidaremos.


En plena crisis de la profesión periodística, ¿un fotógrafo de naturaleza lo tiene más fácil que otros o te cuesta muchísimo que publiquen tu trabajo? 
Quizás sea algo más difícil pero tampoco era fácil antes. Hoy en día que te publiquen tu trabajo es muy fácil. Que te lo paguen razonablemente, es muy complicado. Los medios que pagan bien son muy pocos. Hay que buscar caminos alternativos como, por ejemplo, la opción que he seguido ahora para publicar el libro del lobo.

¿La era digital ha cambiado la forma de trabajar de los fotógrafos de naturaleza?
De algunos, mucho. De otros, no tanto. En mi caso, creo que en la técnica de edición y poco más. De hecho, no descarto (aunque suene a locura) volver cualquier día de estos a la diapositiva.

'Durmiendo con lobo' es un libro muy especial, un homenaje a la especie más emblemática de la fauna ibérica, a la que se persigue y mata en muchos puntos de España. ¿Qué sientes cuando tienes una manada delante? ¿Qué mensaje quieres hacer llegar a la sociedad con tus fotos?
Tener un lobo delante es emocionante. Pero cuando ves a una manada grande quedas… realmente impactado. Impresiona ver su jerarquía social. Recuerdo, por ejemplo, observar la reunión de un grupo de 13 lobos: cómo se excitaban de alegría al encontrarse los cachorros con los adultos, cómo los jóvenes lobos jugaban entre ellos...  La manada vive como una gran familia.
Pero también es especial porque el lobo es el animal que mejor representa el espíritu más salvaje de la naturaleza. Una magia que contrasta con la dura persecución que ha sufrido y todavía sufre por parte del hombre. Es necesario y prioritario hacer difusión de esa situación amenazada para promover las acciones necesarias para su conservación. 

El libro está en formato digital y has organizado una campaña Verkami para poder publicarlo impreso. ¿Por qué sacarlo también en papel?  
Llevo ya una docena de libros en papel. La verdad es que estar tumbado en un sillón o en el sofá y pasar las páginas de un buen libro sigue siendo una experiencia inigualable: el papel, el tacto, el olor, la impresión física… Aunque los libros electrónicos dan valores añadidos como el sonido, muy importante en la naturaleza, y el vídeo en movimiento. Y también te lo puedes llevar al monte sin tener que preocuparte de la batería.

Nuestros hijos forman parte de nuestro proyecto desde el inicio. En ningún momento pensamos: "¿qué vamos a hacer con ellos?". Fue más bien: "¡vamos a hacer algo juntos!"

Si un fotográfo tan prestigioso como tú necesita una campaña de 'crowdfunding', ¿significa eso que no les interesan a las editoriales los libros de naturaleza de estas características?
Por un lado, la crisis está en los medios de comunicación y en las editoriales. Pero, por otro lado, si hay interés suficiente, quizás no es necesario una editorial. Además, contando con el trabajo de profesionales de primera en el diseño y la edición e imprimiendo en una buena imprenta, el resultado es también de máxima calidad. Y lo que es más importante, la respuesta de la gente. Puede ser a través de internet o de otra manera más directa, pero emociona mucho que la gente que valora tu obra o tiene interés por especies tan emblemáticas como el lobo sea capaz de colaborar e implicarse para que un proyecto sea posible. Se agradece mucho y se valora por la confianza que depositan en ti y en tu trabajo.

En este viaje, vas acompañado de tu familia, tu compañera y tus dos hijos, de tres y diez años. ¿Qué os decide a emprender esta aventura con dos niños pequeños?
Nuestros hijos forman parte de nuestro proyecto desde el inicio. En ningún momento pensamos: "¿qué vamos a hacer con ellos?". Fue más bien: "¡vamos a hacer algo juntos!". Mi profesión y el descubrimiento de la naturaleza siempre han formado parte de sus vidas, y ahora no es distinto. Looking for the Wild / Learning in the Wild fue un proyecto profesional y familiar desde el principio, así nos lo planteamos y así lo vivimos. Y los niños también.


¿Y cómo os organizáis? 
La organización familiar depende del lugar. Tardamos unas semanas hasta tener la logística preparada y nuestra 'rutina' establecida. Intentamos tener un 'campo base' en los sitios que visitamos (cabañas, casa alquilada…) que nos permita cierta vida familiar, donde podamos cocinar, donde los niños se sientan como en casa… En Estados Unidos, por ejemplo, estuvimos la mayor parte del tiempo en casa de una amiga. Para movernos, también depende del lugar: por ejemplo, en Estados Unidos, compramos una furgoneta de segunda mano en la que pasamos también muchas noches. Allí también dormimos en tienda de campaña en muchos parques nacionales, igual que en la Patagonia y en Australia… En la Patagonia salíamos a buscar pumas en 4x4 y andando. En Australia salimos a buscar cocodrilos en lancha o barca con motor. Depende. Los niños se adaptan a todo. En cuanto el tema escolar, por ejemplo, cuando ha sido posible (en Estados Unidos y Australia), han ido a la escuela, y cuando no, 'escuela en casa'. Ahora, para Unai, el inglés es casi tan natural como el castellano y el catalán.

¿Cuál es vuestro próximo destino y cuándo volveréis?
El siguiente será Tailandia y Laos, las selvas donde vive el cálao bicorne. Después vendrá Namibia y Botswana con los elefantes. Regresaremos a casa al comienzo del otoño.

Estas dos preguntas son para Unai: ¿Has hecho muchas fotos, qué animal te ha gustado más para fotografiar?  
Sin ninguna duda, el pingüino rey. Porque desde que era pequeño he visto historias, películas y miles de cosas sobre pingüinos, y el pingüino cada vez me parecía más y más curioso (me encanta Locos por el surf!). Y cuando vi esos pingüinos, fue un de esos momentos más sorprendentes en mi vida. 

Cuando vuelvas a tu casa, en Banyoles, después de tantas aventuras, te va a parecer todo muy aburrido, ¿no?
Sí, un poco, pero no mucho. Aunque haya visto miles de cosas impresionantes y lugares extravagantes, no olvido las montañas de Castellar de n'Hug y del Estany de Banyoles.