Contaminantes y grasas pueden favorecer el cáncer de próstata

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La sinergia de un tipo de contaminantes persistentes y comunes en el hogar puede favorecer el cáncer de próstata, según un estudio realizado con animales. 

Foto: Pexels

La exposición a unos contaminantes denominados PFAS y la dieta alta en grasas impulsan el metabolismo de las células de la próstata a un estado procancerígeno: la grasa de la dieta se sinergiza con PFAS para desencadenar el cáncer en las células benignas y acelerar el crecimiento tumoral en las células malignas.

La exposición a PFAS, una clase de sustancias químicas sintéticas utilizadas en envoltorios de alimentos, utensilios de cocina antiadherentes y otros productos, reprograma el metabolismo de las células prostáticas humanas benignas y malignas a un estado de mayor eficiencia energética que permite que las células proliferen tres veces más rápido que células no expuestas, según un estudio realizado con animales de laboratorio.

Las grasas dietéticas aumentan el efecto de los PFAS

Consumir una dieta alta en grasas acelera significativamente el desarrollo de tumores en los ratones expuestos a PFAS, según el estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Illinois Urbana-Champaign y la Universidad de Chicago.

Los PFAS son sustancias como el perfluoroalquilo, el polifluoroalquilo y el sulfonato de perfluorooctano (PFOS), que se definen como contaminantes ambientales persistentes porque no se degradan de forma natural. Los estudios han asociado el PFAS con efectos nocivos en animales de laboratorio.

"Nuestros datos sugieren que la exposición a PFAS se sinergiza con la grasa de la dieta para activar el gen PPARa, alterando el metabolismo de las células de manera que aumenta el riesgo carcinogénico en las células normales de la próstata mientras impulsa la progresión del tumor en las células malignas", explica el doctor Zeynep Madak-Erdogan, investigador principal del proyecto.

Estas alteraciones en el metabolismo celular, que ocurren después de la activación de PPARa, pueden respaldar el aumento del riesgo de cáncer de próstata observado en hombres que están expuestos a PFAS.

En sus análisis de la actividad de transcripción genética, los científicos encontraron que PPARa se expresa en niveles significativamente mayores en las células tumorales de los ratones expuestos a PFAS que consumen la dieta alta en grasas. El gen PPARa controla la proliferación y diferenciación celular, ayuda en las respuestas inmunes e inflamatorias y se ha descubierto que juega un papel clave en el desarrollo de cánceres de hígado y riñón.

Estudios anteriores, incluidos algunos realizados en humanos, vincularon los PFAS con una variedad de problemas de salud graves como el cáncer de próstata, el cáncer masculino más común.

El estudio publicado en la revista Nutrients observa que el crecimiento tumoral más rápido ocurrió en el grupo de ratones que comieron la dieta alta en grasas y recibieron exposición al PFOS, lo que sugirió una interacción sinérgica entre los dos agentes.

¿Dónde se encuentran los PFAS?

Las PFAS se han fabricado y utilizado en una variedad de industrias en todo el mundo desde la década de 1940. Las PFAS pueden encontrarse en:

  • Alimentos envasados en materiales que contienen PFAS, procesados con equipo que utilizó PFAS, o cultivados en tierra o con agua contaminados con PFAS. En los alimentos de origen animal con contenido graso puede haber PFAS.
  • Productos domésticos comerciales, como telas repelentes de manchas y agua, productos antiadherentes (como Teflon), compuestos para pulir, ceras, pinturas, productos de limpieza y espumas para combatir incendios.
  • Lugares de trabajo, como plantas de producción o industrias (por ejemplo, fabricación de cromados y de productos electrónicos o recuperación de petróleo) que utilizan PFAS.
  • El agua potable puede ser una fuente de exposición si el agua llegó contaminada a la planta potabilizadora.