El resfriado común o catarro es una infección aguda de carácter leve que puede estar provocada por distintos tipos de virus y que afecta únicamente a las vías respiratorias altas. La enfermedad se transmite a través del aire, mediante las gotitas que se expulsan cada vez que estornudamos. No debemos confundirlo con la gripe, que es una enfermedad epidémica que aparece a finales de otoño e invierno, y que suele dar bastantes más problemas que el simple resfriado, requiriendo en ocasiones que visitemos a nuestro médico.
Habitualmente el resfriado común desaparece a los pocos días, pero hay ocasiones en las que puede complicarse con otras infecciones respiratorias. Por esto es muy importante prevenir la aparición de resfriados y, en el caso de que ya haya aparecido, tratar de curarlo lo antes posible y evitar el contagio a otras personas.
Para prevenir resfriados debemos mantener una buena higiene de las manos, lavándolas adecuadamente y de forma habitual, y cubrirnos la boca con las manos o un pañuelo al toser o estornudar. También es muy importante no tratar estas infecciones con antibióticos. Hay muchas personas que todo lo arreglan a base de antibióticos, pero hay que tener cuidado con esto. Para empezar, en el caso de los resfriados comunes no servirá de nada, ya que los virus no responden a este tipo de medicamentos y, además, al tomar antibióticos se ven menguadas nuestras defensas naturales, por lo que en realidad estamos más expuestos.
 Otra cosa importante a la hora de prevenir resfriados es evitar los cambios bruscos de temperatura y el frío, ya que aunque no está demasiado clara la relación que se establece entre el frío y la infección, parece que con el frío los virus tienen más facilidad para desarrollarse. En estas circunstancias, el virus mejora sus condiciones para atacar a nuestro organismo, y esto, unido a la disminución de las defensas locales por la ralentización de la circulación de la sangre a causa del frío, facilita la aparición de resfriados.
 Recomendamos altamente el uso de aceites esenciales quimiotipados tanto para prevenir la aparición de resfriados como para atenuar sus síntomas. En concreto, los aceites esenciales con acción antiviral, expectorante y mucolítica, como son los de Eucalipto (especialmente el Eucalyptus radiata), Niaouli (Melaleuca quinquenervia) o Ravintsara (Cinnamomum camphora qt cineol).
Recomendamos utilizar estos aceites esenciales para humidificar la atmósfera de la habitación donde estemos, en concreto el aceite esencial de Eucalyptus radiata, y poner unas gotitas en un pañuelo para ir realizando inhalaciones a lo largo del día. Otra opción es realizar vahos con estos aceites, así se facilitará la descongestión de las fosas nasales y la expulsión de mocos.
 Otra forma de emplear los aceites esenciales sería la aplicación cutánea en la zona pectoral o en la planta de los pies, sobre todo en los niños. Aconsejaos una dilución al 5% en aceite vegetal, de la que tomaremos unas gotas para aplicar 2-3 veces al día.
Para una posología más cómoda, Pranarôm ha creado un producto con estos 2 aceites esenciales: Aromaforce loción resistencia y defensas naturales. Si el resfriado se complica  En caso de que el resfriado se complique y haya presencia de infección bacteriana (mucosidad verdosa o amarillenta) serían de mucha ayuda los aceites esenciales de Tomillo (Thymus vulgaris quimiotipo timol) o de Orégano de inflorescencias compactas (Origanum compactum).
Estos dos aceites esenciales son potentes antibacterianos de amplio espectro, es decir, actúan frente a un grupo más numeroso y diverso de bacterias, siendo comparable su acción a los antibióticos de síntesis de amplio espectro, pero sin afectar a nuestra flora intestinal ni crear resistencias.
La actividad de estos aceites esenciales tan potentes como antiinfecciosos se debe a su elevado porcentaje en fenoles (carvacrol y timol). Están especialmente indicados en infecciones ORL (anginas, otitis, sinusitis...) y pulmonares (bronquitis).
Siempre deben tomarse bajo supervisión de un terapeuta especializado en aromaterapia, sobre todo en caso de niños o durante el embarazo y la lactancia, en cuyos casos hay muchos aceites esenciales que no se deben tomar. Para una posología más exacta y cómoda, aconsejamos el aceite de orégano en cápsulas de gelatina blanda (Oléocaps 1, de Pranarôm).
 
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