La lavadora eficiente

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Los nuevos modelos presentan innovaciones positivas y negativas

SXC

Cuando una lavadora ya está entrada en años o se avería,  surge la pregunta: ¿es mejor repararla o comprar una nueva? Para contestar es necesario conocer la eficiencia energética de la máquina y cuánta agua consume en cada lavado. Lo cierto es que en los últimos años han cambiado mucho las cosas en el mundo de las lavadoras y es muy difícil que un modelo antiguo esté a la altura de los actuales. Los aparatos de la década de 1950 precisaban de 200 litros de agua por colada. A principios de los años noventa, la cantidad se redujo a 70 litros. En la actualidad, se ha alcanzado un consumo de 35 a 50 litros por lavado.

Aunque los avances han sido enormes, no se detienen. Existen prototipos que pueden usar el agua en varias coladas y otros que prácticamente no la necesitan. Lo veremos en el futuro, pero otras innovaciones que están aquí pueden tener consecuencias negativas. Ya están a la venta lavadoras con nanopartículas de plata para desinfectar la ropa. El problema es que las nanopartículas puedan alterar la vida acuática o afectar la salud de las personas, según numerosos expertos.

Además de elegir un modelo eficiente y sin adelantos innecesarios, es importante el uso que damos a la máquina. La lavadora más avanzada puede convertirse en un agujero sin fondo si no organizamos las coladas. Hay que tener en cuenta que la ropa ligeramente sucia, así como la ropa de color y los tejidos sintéticos sale limpia seleccionando el programa de 30 o 40 ºC. El consumo de electricidad es la mitad que si se efectúa a 60ºC. La ropa algo más sucia se puede lavar a la misma temperatura si se utilizan aditivos contra la calcificación. Los programas de las lavadoras de clase A ahorran trabajando tiempos mayores a temperaturas menores. El consumo de agua y energía son proporcionales: cuanto menos agua se emplee, menos energía se consume para calentarla (el 90% de la electricidad se destina a elevar la temperatura y el 10% restante, a girar el tambor).

Máquina a tope

Forma parte del uso eficiente de la lavadora realizar coladas con el tambor realmente lleno. La mayoría de la gente tiende a pensar que lo está cuando aún cabe más ropa. No es una mala idea pesar la colada, colocándola dentro de un barreño sobre una balanza. Después de unas cuantas pesadas, habremos aprendido a estimar a ojo la carga máxima de la lavadora, que está claramente especificada en la etiqueta energética. Esto es más eficaz que apretar la tecla de ahorro.

Por otra parte, las máquinas actuales no suelen apagarse al terminar el programa. Se quedan en modo de espera, lo que ocasiona un gasto innecesario. Por tanto conviene apagarla manualmente.

A la hora de elegir una máquina, hay que observar la calificación de la etiqueta energética europea, pero además de la nota global, es importante tener en cuenta las calificaciones parciales y otros datos: el consumo energético, la eficacia de lavado, la eficacia de centrifugado, la capacidad de carga y el consumo de agua. Así dispondremos de más elementos de comparación para realizar una buena y ecológica compra.

 

La Flor Ecológica Europea

Los modelos que exhiben la Flor Ecológica Europea no solo ofrecen la más alta calificación energética sino que su fabricación implica un impacto ambiental menor que los modelos de la competencia.

Las lavadoras con carga frontal son en general más eficientes que las de carga superior: gastan un 40 por ciento menos de agua y de un 30 a un 50  menos de energía eléctrica. Además, alcanzan mayores velocidades de centrifugado. Se recomiendan los modelos que alcanzan las 1.600 revoluciones y se desaconsejan los que no alcanzan las 1.200 porque la ropa sale más seca y se reduce el gasto energético de la secadora. No obstante, cuando hace buen tiempo, podemos elegir una velocidad baja y colgar la ropa al sol.