Naturismos sobre el VERDE
"El verde de los árboles es parte del rojo de mi sangre"
Fernando Pessoa
"Solo por los colores merecería la pena vivir eternamente"
Elías Canetti
Como mayo abren la puerta de par en par a los verdes me acucia entregaros estos naturismos por si fueran capaces, también ellos, de colorear algo vuestros ojos como seguro que están haciendo ahora mismo las arboledas y los prados.
El verde sostiene a la primavera que es la primera materia prima de la vida en nuestras latitudes.
Hay colores que respingan como la misma hierba que tiñen.
El verde ha pactado una estrecha alianza con todos los otros colores a los que suele cederles el punto más alto de sus construcciones para el futuro, eso que llamamos flores.
¿Cómo no va a ser el color de la esperanza si todo depende de que crezcan los verdes ?
Convendría añadir a esa identificación con la esperanza que el verde es también la tonalidad la compasión, la ternura y la mejor.
Se nos quiere olvidar que el 99 % de la vida de este planeta es vegetal. Por tanto verde.
El verde es la sangre de la vivacidad.
Cuando a los enamorados de la vida y, claro, sus defensores se nos llama verdes se cae en una cierta redundancia.
Hay un idioma en el que se usa una misma palabra para nombrar al verde y al color en general.
El verde de mayo disuelve, como el agua, la vejez del mundo.
Los verdes son un masivo desentierro de lo esencial, la formidable resurrección de lo que importa.
Hay días en los que la hierba es pura algarabía; en las praderas se escuchan risas alegres.
Los verdes cantan en cuanto se mueve el aire en las arboledas.
Aunque lo afirme la letra de una conocida canción nada menos traidor que el verde.
Brotar, acaso lo más bello y necesario, es inseparable del verdear.
El verde restaura, a cada paso, el mejor sentido de la vida que no es otro que querer seguir viviendo.
¡Qué larga caricia a la piel del mundo!
El verde se inmola incesantemente entregándose, directa o indirectamente, a todas las dentaduras.
Una cierta condición de espejo alberga toda pradera, todo bosque.
Bien mirado el verde nos hace a todos hermanos.
¡Qué buen vecino!
Lo verde a menudo es lo único que refresca la mirada en las ciudades.
Aunque tienen el color de todos los ojos que las han mirado, las aguas, cuando son verdes pactan la admiración.
El sosiego es untarse la mirada de los más verdes posibles.
La palabra verde está demasiado secuestrada por la política, casi toda ella nada verde.
Nunca es uno pobre contemplando las tareas de mayo: los cuantiosos verdes inrgresanrdo en la cuenta de ahorros de la vivacidad.
La erosión provoca paisajes que gritan; el verde paisajes que sonríen.
El verde debería cotizar en la bolsa de valores. De valores morales y estéticos, claro.
Es el color de la vida que comienza y que continúa. Lo que existe para que exista toda la demás vida.
La clorofila logra además la libertad de movimientos que ella no tiene.
Nada, ni nadie, está solo si algo verdea en alguna parte.
Color manantial.
Color abrazo.
Color regalo.
EL COLOR; EN FIN: como en euskera.
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