Naturismos sobre el suelo
Estamos en el año internacional del suelo sin duda la parte más crucial y desconocida de la Natura. Solo por residir allí buena parte del proceso del que dependen casi todas las formas de vida no acuática ya merecería la pena dedicarle algo más de atención. Si sumamos que en el suelo se dan varias de las mayores y más complejas asociaciones de vida del planeta queda todavía más claro que pisamos, como mantuvo Jorge Guillén, tesoros.
Nada ni nadie, terrestre, conseguiría estar en pie sin los suelos. Tampoco tumbado.
Nada, ni nadie, terrestre, conseguiría vivir sin los suelos. Tampoco morir.
Todo acaba en el suelo que es donde empieza todo. Insolación excluida.
Conviene no olvidar que los suelos respiran, beben y comen tanto o más que todo lo que vive de los suelos.
La mayor parte de la estabilidad de la Biosfera vive enterrada.
Para red de redes la de las raíces.
Que hasta cien billones de seres vivos diferentes puedan vivir en cada metro cuadrado de suelo fértil requiere bastante más atención por parte de los que entierran a la tierra.
A los pavimentadores, urbanizadores, deforestadores, erosionadores e incendiarios se les quiere olvidar que entierran a la tierra. Que asuelan al suelo.
Máximos de confluencia y reciprocidad se dan en los suelos. No hay suelo sin el diálogo incesante entre sol, aire, agua y tierra. No hay suelo sin que lo creado por el suelo se ponga a crear suelo.
El suelo, pues, es hijo de sus hijos.
Todo lo que crece hacia arriba crece todavía más hacia abajo.
Que insoslayablemente vayamos a ser suelo debería mejorar mucho nuestras relaciones con el mismo.
Erradicar a las raíces, como hace la desertización es demasiada crueldad que se volverá contra todos nosotros.
¿Cuándo le darán tres estrellas Michelín a la fertilidad natural?
Cultivando la tierra tus manos llegan a ser raíces.
Poco, o nada, ama tanto como las raíces que se abrazan a casi todo, incluso al agua y al aire.
Poco, o nada, tan perverso como las raíces al sol.
¿Qué escriben las raíces que jamás podremos leer?
La creación de un suelo puede demandar desde unos pocos siglos a muchos milenios. Su destrucción puede producirse, si quedan desnudos, en un solo día.
La fertilidad natural es un proceso del que depende la gran mayor parte de las comunidades terrestres.
El humus es el resultado final de las tenaces destrezas del suelo. Humano, acaso la palabra crucial, quiere decir del humus.
Contaminar los suelos es, por tanto, un atentado a nuestro origen y a nuestro destino, a nuestra esencial condición. Somos, incluso semánticamente, una emanación de la tierra fértil.
Lo que cimienta casi todo, lo natural y lo artificial, no puede quedar desnudo.
La mejor lección de los suelos es de economía. Es un consumidor que, como se consume a sí mismo, no puede consumirse del todo, es decir agotarse.
Solo conozco algo que cada día que pasa es más joven. Me refiero al suelo fértil cuando es fertilizado por sus hijos vegetales, es decir por sí mismo o por el agricultor ecológico.
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