NATURISMOS SOBRE NUESTROS PARQUES NACIONALES
Una nueva ley amenaza a nuestros parques nacionales a pesar de ser los espacios más sólidamente protegidos por la ley. No saciados con la privatización de casi todo, ahora se quiere potenciar todavía más el interés privado en territorio de lo público. Necesitamos a estas diseminadas y diminutas islas de vivacidad y sosiego precisamente para que nos contagien ambas descomunales prestaciones. Valgan estos pensamientos, casi todos ellos vividos en tales enclaves, para acompañar al manifiesto "Parques Nacionales en la España del siglo XXI el valor de un símbolo para nuevos tiempos".
Unos fogonazos descriptivos para empezar, es decir una sola frase, muy escueta, que pretende resaltar la primera impresión que recibí al conocer estos lugares. Casi todos ellos fueron ya utilizados como títulos de mis libros o prólogos sobre nuestros parques nacionales.
Picos de Europa: Los desobedientes techos sin techo
Ordesa: tan tanto...
Teide: La sangre del fuego
Caldera de Taburiente: Vemos allí lo que falta o de las ausencias presentes.
Timanfaya: Donde el calor parió al color.
Garajonay: El bosque que llora
Aigües Tortes: Emboscada manada de torrentes e ibones.
Doñana: Como una fruta madura
Daimiel: Tablas, sí, pero del naufragio de nuestros aguazales.
Cabrera: Una guerrilla de islotes que lucha contra el imperio del cemento.
Cabañeros: Campos de maniobras para la paz.
Sierra Nevada: Las almohadas del vértigo
Islas Atlánticas: Dando sentido a las olas.
Monfragüe: La espesura que atalanta
Guadarrama: Serena tenacidad altiva.
Naturismos
Como en otras ocasiones, añado algunos ejemplos de lo que podría ser definido como una micorriza, es decir, un vínculo, una alianza entre varios géneros que, como en el caso de plantas y hongos, se asocian para obtener mutuo beneficio. En el caso de estos naturismos pretendo unir el clásico aforismo, un poema de un solo verso y una definición más o menos clásica de naturalista.
Los parques nacionales:
Son mucho más espacios protectores que protegidos
No hay mejor plan de uso y gestión que hacer poco uso y no gestionar nada. También hay que proteger a nuestros espacios protegidos de la burocracia.
La contemplación de un paisaje casi íntegro es una buena forma de recuperar nuestra integridad.
La función más olvidada de un Parque Nacional es que lo consideremos nuestro, es decir un bien común que debe reforzar la idea de que compartimos algo más que una nacionalidad.
Son descomunales museos, cimas de la estética al demostrarnos que todo puede ser bello sin una sola intervención nuestra.
Los parques nacionales sonríen ufanos de no producir nada para la codicia que no duerme y que es su principal enemiga.
Son de todos y para el todo; para el poco todo que nos queda.
Demuestran rotundamente que el verdadero tesoro es la isla.
Son pasados ilesos y cumplen la imprescindible misión de que nos quede algo de futuro.
Todos nuestros parques nacionales producen los más necesarios tangibles como agua, oxígeno, multiplicidad vital, suelos...pero no menos intangibles como sosiego, libertad, emoción, arte...
Los parques nacionales son clara demostración de la primera y más olvidada finalidad de la inteligencia que es la previsión.
Antídotos, los retazos no desvalijados de nuestro entorno, son farmacias para almas cansadas.
La protección de la Natura no limita progreso alguno lo asegura.
GRACIAS Y QUE LOS PARQUES NACIONALES OS ATALANTEN COMO LO HAN HECHO DURANTE YA MÁS DE CIEN AÑOS CON CENTENARES DE MILLONES DE PERSONAS
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