Una rueda high-tech convierte cualquier bici en eléctrica

La bici es la aliada número uno de las ciudades sostenibles e inteligentes. Por ello, muchos diseñadores andan buscando la manera de que sea más y más popular.

Los lumbreras del MIT (Massachusetts Institute of Technology), que siempre son capaces de dar una vuelta de tuerca a la tecnología, han inventado la Copenhaguen Wheel (la rueda de Copenhague), un dispositivo que va incorporado a una rueda trasera de la bici y almacena la energía de frenada, o cuando se baja una pendiente, en una batería de litio integrada para poder usar esa energía más tarde e impulsar la bicicleta en los momentos en que cueste pedalear (por ejemplo, una cuesta arriba). Es decir, tu bici de siempre se convierte en una bici eléctrica cuando vayas con la lengua fuera.

Además, recoge información tanto del usuario como del entorno. Como este dispositivo se controla mediante un Smartphone vía Bluetooth, permite bloquear la bicicleta, medir el esfuerzo realizado o acceder a las redes sociales y compartir información.

Y, por si fuera poco, mide los niveles de contaminación del aire –algo muy importante si vas en bici y quieres cuidar tus pulmones-, la situación del tráfico o el estado de las carreteras. Incorpora un sensor que capta información a tiempo real sobre la ciudad por donde circula, lo que premite una movilidad urbana más eficaz y que salir con la bici al trabajo sea una experiencia mucho más gratificante que ir en coche.

Al menos esa era la idea de sus desarrolladores. Hasta ahora la Copenhaguen Wheel era solo un prototipo, desarrollado inicialmente por SENSEable City Lab del MIT como un proyecto de investigación patrocinado por el alcalde de Copenhague.

Pero este prototipo va a ser una realidad muy pronto: a principios del 2014, la empresa americana Superpedestrian (desarrolladores de vehículos eléctricos ligeros con plataformas integradas en línea) empieza a comercializar esta avanzada rueda y han abierto una lista de pedidos a un precio de 699$. Ya se sabe, la última tecnología suele tener un precio poco popular.