Bolsa africana para cocinar con el mínimo de energía... y mucho tiempo

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Wonderbag es una enorme bolsa térmica para meter la olla y cocinar con calor retenido.

He aquí un sencillo invento, el Wonderbag, basado en una sabiduría milenaria: para cocinar alimentos, no es preciso que los tengamos al fuego durante todo el proceso de cocción, se pueden acabar de cocinar con el calor retenido y, así, se ahorra energía.

Aunque desde hace años hay ollas especiales preparadas para esto, el Wonderbag es en realidad una especie de gran bolsa térmica, rellena de materiales aislantes, en la que se puede cocinar cualquier cosa, unas sencillas verduras o arroz e incluso un guiso de carne.

El funcionamiento es muy simple: pones en el fuego convencional la comida y, cuando se inicia del proceso de cocción, apagas el gas o la electricidad y colocas la olla en el Wonderbag. Las propiedades aislantes de esta bolsa acabarán de preparar la comida sin usar más combustible.

Vaya, es como cuando preparamos una paella y quitamos el fuego antes de que se haga el arroz; acaba de cocerse con el calor residual. En este caso, se necesitarán unos minutos de ebullición pero se necesitarán unas horas para que la comida se cocine del todo dentro de la bolsa.

¿Qué se consigue con este artilugio? Primero, ahorrar energía, hasta un 30% de la usada en cocinar, según informan en su web. Segundo, no estar pendientes de si se queman los alimentos. Tercero, se gana en sabor y en calidad nutritiva, ya que la cocción es lenta y no se escapa vapor. Cuarto, facilita la vida de la gente con pocos recursos energéticos, sobre todo en aquellos países donde el acceso a los combustibles es difícil o demasiado caro. Quinto, se ahorra agua y alimentos, pues calculan que el 20% de los alimentos básicos se queman en África al tener que cocinar con ollas en chimeneas y hornillos mal regulados. Y, sexto, ayuda a reducir emisiones de CO2 y mitiga de alguna manera la deforestación en aquellos lugares donde se cocina necesariamente con carbón o leña por no disponer de otras fuentes de energía.

Eso sí, es indispensable la paciencia y planear la comida con mucha antelación: un guiso de carne de esos de "chup-chup" requerirá unos 20 minutos de fuego y 5 horas en el Wonderbag; uno de verduras, 5 minutos de ebullición y una hora de bolsa térmica.


La idea la tuvo Sarah Collins, fundadora de Wonderbag. Collins creció en Suráfrica y tiene una larga experiencia en proyectos de desarrollo social sostenibles. Durante una serie de apagones eléctricos en Sudáfrica que la dejaban siempre con la comida a medio hacer, recordó que su abuela envolvía las cacerolas con cojines para que la comida acabara de cocinarse ya con el fuego apagado. Su amiga Moshy Mathe cosió el primer protopito y ¡funcionó! Llevaban la comida a ebullición durante unos minutos, luego la metían en la bolsa  y conseguían mantenerla caliente durante 12 horas. En la actualidad, son socias en un negocio que, desde internet, lleva su invento a diferentes países del mundo, especialmente africanos.

El modelo más sencillo, con aislante de gránulos de poliestireno reciclado, cuesta 11 € en Suráfrica y 30 € en Gran Bretaña. El modelo "de luxe", con espuma de poliuretano, cuesta 60 €. Y para quien quiera ahorrar de verdad y se le dé bien la costura, siempre puede probar hacerse su propia bolsa térmica.