La alquimia del sonido binaural
Los pulsos binaurales fueron descubiertos por Heinrich Wilhelm Dove en 1839.
Son pulsaciones de baja frecuencia que aparecen en el cerebro al escuchar por cada oído tonos ligeramente diferentes.
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El patrón de ondas cerebrales puede modificarse por efecto de los pulsos binaurales. Pueden, por ejemplo, favorecer las ondas alpha, relacionadas con la relajación, o las ondas beta, propias del estado de alerta. Se considera que los pulsos binaurales ayudan a conseguir el estado de conciencia deseado, desde el sueño a la euforia.
Un estudio realizado en el Instituto de Investigación Helfgott (Estados Unidos) muestra que pueden utilizarse para reducir la ansiedad y aumentar el bienestar. Otros estudios los consideran útiles para tratar las adicciones.
También se emplean para favorecer el aprendizaje, para provocar estados de meditación profunda, para concentrarse o para estimular la creatividad artística. Algunos autores sugieren que la inducción de determinadas ondas cerebrales puede provocar la segregación de las hormonas deseadas. Indican incluso que puede reproducir el efecto de cualquier droga psicoactiva.