Puertas giratorias en el sector energético: de la corrupción a la estafa
Que el sistema energético del Estado español siga a día de hoy sin experimentar cambios transformacionales de calado no es debido a limitaciones naturales o tecnológicas, ni a la falta de duchos emprendedores en el sector de las renovables, por citar algunos ejemplos. Lamentablemente, las principales causas de este retraso son fruto de falta de voluntad política por parte de quienes legislan, y de las peligrosas dinámicas establecidas entre éstos y los consejos de administración de las empresas energéticas, el conocido fenómeno de las revolving doors (“puertas giratorias”). A causa de la complejidad de esta materia, este artículo desvela al lector ciertas informaciones que sólo aparecen ocasionalmente en los grandes medios, si bien merecen ser conocidas por el gran público, para que podamos indignarnos y levantar la voz en contra de la mayor estafa que ha sufrido jamás la democracia española.
Cantos de sirena envenenados
En 2008, tras una llamada a la inversión privada por parte del Gobierno socialista con el fin de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y devolver a España a la senda del Protocolo de Kioto, miles de personas españolas decidieron invertir sus ahorros en pequeñas instalaciones fotovoltaicas.
Ya en plena recesión, los socialistas redujeron en 2010 un 30% las primas prometidas a los productores fotovoltaicos. El Partido Popular en su momento criticó duramente estas medidas, no obstante, al llegar al poder, no sólo hizo suya esa reducción del 30%, sino que además volvió a regular en contra de los intereses del sector de las renovables: aprobó un 7% en concepto de impuesto de generación y, recientemente, ha congelado la subida del IPC en un 3%. Así, a lo largo de los años, se han reducido un 40% las primas reguladas a través del Boletín Oficial del Estado. Y eso, ¿por qué? Porque es lo que le conviene a UNESA, la patronal de las cinco eléctricas de este país, poderosa y añeja asociación versada en la ‘autorregulación’ y el oscurantismo que ha empujado a la ruina a miles de ciudadanos y ayuntamientos.
Las puertas giratorias españolas son 'elécricas'
En política, el concepto de “puertas giratorias” se entiende como el paso de una persona con un cargo político al consejo de administración de una empresa y viceversa. Esta “simbiosis” entre el sector público y el privado suele perpetuarse en el tiempo causando peligrosas dinámicas de poder, normalmente en contra del interés general y a favor de los privilegios de unos pocos.
Este fenómeno se da desde hace muchos años en la mayoría de países occidentales, aunque en España se destaca por su intensidad y su desfachatez, especialmente en el sector energético. Se podría decir que la “puerta giratoria” española es eléctrica, cosa que no sorprende: empresas con grandes beneficios que dependen de la regulación pública y que necesitan que ‘alguien’ les abra las puertas en el exterior.
En la imagen que encabeza este texto se expone una lista con algunos ejemplos de políticos españoles relevantes que han estado (o están) en nómina por empresas energéticas. La fuente es la Asamblea de Logroño, 2013.
Iniciativas populares sociales para retar el sistema actual
El actual modelo de negocio de las compañías eléctricas está basado en situar la oferta como paradigma, es decir, en considerar que cualquier demanda puede ser asumida por la oferta en una red de distribución pasiva. Este modelo, y no otro, es el que ha puesto de manifiesto graves problemas como el déficit de tarifa (la diferencia entre los costes reconocidos del sistema eléctrico y lo que el sistema ingresa vía tarifas), y los windfall profits (“beneficios caídos del cielo” para instalaciones sobradamente amortizadas como las centrales nucleares e hidráulicas). Si sumamos las pérdidas energéticas, el deterioro ambiental y que la factura de nuestro recibo de la luz se ha triplicado en los últimos diez años, la tarea de retar a este sistema se vuelve imperiosa.
El creciente tejido social en el Estado español que lucha por cambiar este status quo promueve, por un lado, la democracia energética, es decir, poner en el centro del sistema a las personas y sus necesidades, y por otro, la soberanía energética, o bien la capacidad de generar tu propia energía limpia sin tener que invertir fuera en costosos combustibles fósiles causantes del cambio climático.
Te invito a descubrir las iniciativas existentes con la esperanza de que te conviertas en un agente energético cansado de las argucias de las grandes eléctricas: Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, Fundación Renovables, Som Energia, Goiener, Gesternova, Zencer, Ecooo, Eolpop, Guerrilla Solar y, por supuesto, el trabajo divulgación o lobby de asociaciones ambientalistas como Amigos de la Tierra.
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