Varios países presionaron a la ONU para "suavizar” sus informes del clima

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Varios países presionaron a la ONU para "suavizar” sus informes del clima

© Alliance / Dpa

Una larga decena de países, como Australia, Arabia Saudita, Argentina, Brasil, China, India, Japón, Suiza, Noruega o Polonia, han ejercido presiones sobre la ONU en la última década para rebajar las conclusiones del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC), según revela la BBC.

A falta de diez días para el arranque de la COP26 de Glasgow, criticada de antemano por la falta de acción climática, la televisión pública británica ha tenido acceso a 32.000 "comentarios" elevados por los Gobiernos. Aunque la mayoría de las alegaciones son "positivas y constructivas", las revelaciones de la BBC dejan a la luz la labor obstruccionista de una larga decena de países.

Australia, el mayor exportador de carbón del mundo, es posiblemente el país que más objeciones ha puesto a los informes del IPCC, cuestionando conclusiones como "la necesidad de cerrar las centrales térmicas de carbón". El país liderado por el escéptico del clima Sott Morrison ha cuestionado también las meciones al "lobby" de las industrias fósiles en los informes, así como la ayuda financiera a los países vulnerables.

India, el segundo consumidor mundial de carbón, eleva también sus reservas al informe del IPCC. A través de un científico del Instituto Central de Investigación de Minería y Combustibles, el Gobierno indio vaticina que el carbón seguirá siendo "la fuente principal de energía durante décadas" ante los "tremendos retos" de facilitar electricidad a un precio asequible a la población.

Arabia Saudita, la "oveja negra" de la cumbre del clima de París en el 2015, cuestionó por su parte varias referencias en el capítulo de energías fósiles y pidió directamente la eliminación en los informes de frases como "la necesidad urgente de acelerar las acciones de mitigación a todas la escalas", en un comentario presentado por un consejero del ministerio de Petróleo.

El mayor exportador mundial de "oro negro" pide también a los científicos de la ONU que supriman conclusiones como "el foco de los efuerzos de descarbonización debería girar rápidamente hacia fuentes de emisiones cero y hacia la eliminación activa de los combustibles fósiles".

Arabia Saudita, China, Japón y de nuevo Australia figuran entre los países que hacen "lobby" a favor de las tecnologías de Captura y Almacenamiento de Caborno (CCS, por sus siglas en inglés). A la petición se suma curiosamente la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC).

El borrador del IPCC concluía sin embargo que las tecnologías CCS podrían desmpeñar un papel en el futuro, pero advertía que existe "incertidumbres sobre su viabilidad" y dudas sobre "su compatibilidad con el objetivo de manterner los objetivos de mantener aumento de las temperaturas por debajo de 1,5 o 2 grados".

Las menciones a la energía nuclear ponen en guardia sobre todo a países de Europa del Este como Polonia, la República Checa o Eslovaquia, que critican al unísono el hecho de que los informes del panel de la ONU destaquen su escasa contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. India se suma a las críticas denunciando el "sesgo" antinuclear del infome y destacando que estamos "ante un fuente de energía bien establecida y con respaldo político en todos menos unos pocos países".

Suiza encabeza la lista de comentarios en el capítulo de financiación a los países  vulnerables y en desarrollo. En la fallida cumbre de Copenahague en el 2009 se llegó al menos al compromiso de crear un fondo de 100.000 millones de dólares al año de ayuda a los países en desarrollo en el año 2020. Esa realidad no se ha concretado aún y es uno de los grandes retos de la COP26. 

Brasil y Argentina, dos de los mayores consumidores mundiales de carne, ponen entre tanto peros a las recomendaciones del IPCC de disminuir el consumo de productos origen animal. Argentina pide que se "eviten las generalizaciones sobre la relación del consumo de carne y las emisiones" y Brasil alega incluso que "las dietas vegetarianas no son una garantía de reducción o control de las emisiones".

A raíz de las revelaciones, un portavoz del IPCC aseguró a la BBC que los informes han sido objeto de "revisión" entre los científicos, pero que han estado al mismo tiempo protegidos contra "presiones" por parte de gobiernos u organizaciones. Christiana Figueres, responsable del clima en la ONU durante la cumbre de París, defendió también el derecho de los países a expresar su opiniones sobre los informes para asegurar que "todas las voces son oídas".