Más de 100 países apoyan la protección del 30% de la naturaleza en el 2030
El objetivo es cuestionado por los criterios económicos y su impacto en las comunidades indígenas
Guterres advierte que la humanidad se ha convertido "en un arma de extinción masiva" en el arranque de la COP15 en Montreal
Más de cien países apoyan la protección del 30% de la superficie terrestre y marina en el 2030, considerado como el principal objetivo de la COP15 de la Biodiversidad en Montreal. "Esa deber ser nuestra meta, el equivalente al acuerdo de París sobre el aumento máximo de las temperatueras de 1,5 grados", recalcó el ministro canadiense de medio ambiente Steven Guilbeault, en la conferencia inaugural de la cumbre que se prolongará hasta el 19 de diciembre.
"El 30% no es una cifra elegida al azar, sino una meta factible", declaró por su parte el primer ministro canadiense Justin Trudeau. "Se trata del punto crítico marcado por los grandes científicos para evitar el riesgo de una extinción masiva y asegurar al mismo tiempo el alimento y la prosperidad económica".
El objetivo de "30x30" es la propuesta impulsada por una coalición encabezada por Reino Unido, Francia y Costa Rica y a la que se han adherido más de un centenar de países. Se trata sin embargo de una meta cuestionada por parte de la clase científica y por las comunidades indígenas, que temen que la "protección" de los espacios naturales suponga el desplazamiento de poblaciones locales.
El 80% de la biodiversidad del planeta se encuentra precisamente en territorios indígenas, según Survival International, que ha alertado contra las acciones que podrían "legitimar la expropiación de tierras y la violencia contra las comunidades que mejor han preservado la naturaleza". La oganización cuestiona también los criterios económicos y de "compensación" de emisiones que están detrás del objetivo 30x30.
"Somos un país grande, con grandes ambiciones, y estamos comprometidos a proteger el 30% de nuestras tierras y nuestras aguas en el 2030", se defendió de las ciriticas Steven Guilbeault, activista y fundador de Équiterre en Quebec antes de dar el salto a la política con el Partido Liberal. Guilbeault aseguró que Canadá, el segundo país más extenso del planeta (9,9 millones de kilómetros cuadrados), puede convertirse en el modelo de "sociedad y trabajo conjunto con los pueblos indígenas y con las provincias y territorios para lograr ese objetivo".
El papel de China será también fundamente en la Cop15 de la Biodiversidad, que se iba a celebrar incialmente en Kunming, pero que fue sucesivamente aplazada y trasladada a Canadá por la política de "cero covid". El ministro chino de Ecología y Medio Ambiente Huang Runquiu es de hecho el presidente de la cumbre, la primera vez que Pekín asume el liderazgo de un acuerdo ambiental de Naciones Unidas.
El secretario general de la ONU Antònio Guterres abrió la cumbre alertando contra "la orgía de destrucción de la naturaleza" y advirtiendo que "no hay un planeta B, pese a los sueños ilusorios de los multimillonarios". En un tono muy severo, Guterres dijo que los ecosistemas" se han considerado como campos de juego para lograr benefios" y aseguro que la humanidad se ha convertido en "un arma de extinción masiva".
Inger Andersen, directora del Programa Ambiental de la ONU, instó a los 196 países congregados en la COP15 a dar el paso adelante y marcar en Montreal un punto de inflexión similar al de París ante el cambio climáticol: "Por lo que respecta a la biodiversidad, estamos en guerra con la naturaleza. Necesitamos firmar la paz, porque la naturaleza es la que sostiene todo sobre la Tierra. La ciencia es inequívoca".