Las plantas tienen su propia forma de inteligencia
Los seres humanos tendemos a creernos que somos los únicos seres inteligentes. No es así y estamos empezando a entreve cómo es la inteligencia de las plantas.
Las plantas son también seres vivos inteligentes. Una nueva investigación muestra que plantas como las varas de oro son "lo suficientemente inteligentes" como para detectar otras plantas cercanas sin siquiera hacer contacto. También son lo suficientemente inteligentes como para adaptarse a situaciones amenazantes, como la cercanía de animales herbívoros.
Hay varias formas de medir la inteligencia. Es posible que las plantas no resuelvan problemas matemáticos complejos, pero investigadores de la Universidad de Cornell descubrieron que algunas especies tienen la capacidad de generar respuestas adaptativas flexibles y en tiempo real. Sus hallazgos se han publicado en la revista Plant Signaling and Behavior.
"Hay más de 70 definiciones publicadas para inteligencia y no hay acuerdo sobre qué es, ni siquiera dentro de un campo determinado", dice Andre Kessler, profesor de Cornell, en un comunicado de la universidad.
Algunas personas intentan definir la inteligencia como el fruto de un sistema nervioso central, donde las señales eléctricas transmiten mensajes a otros nervios para procesar información. Sin embargo, las plantas no tienen cerebro como los humanos, pero poseen sistemas vasculares que, según algunos biólogos, son similares a nuestro sistema nervioso central. El sistema vascular de la planta también trabaja para procesar información.
Los autores del estudio proponen una definición diferente de inteligencia. En lugar de centrarse en las señales eléctricas, el equipo se centró en cómo las plantas procesan las señales ambientales y resuelven problemas, lo que es un signo de inteligencia.
Las varas de oro fueron las plantas que los investigadores eligieron para este estudio. El equipo observó previamente cómo respondían las plantas cuando eran atacadas por plagas, como las larvas del escarabajo de las hojas. Para protegerse de ser comidas, las varas de oro liberan una sustancia química que engaña al insecto haciéndole creer que la planta está dañada y no sería una buena comida. Los compuestos químicos también son absorbidos por las plantas de vara de oro cercanas, lo que les permite organizar sus defensas contra el herbívoro.
Si bien algunas varas de oro pueden sufrir algún daño, este "pensamiento" rápido reduce el riesgo de ser devoradas por completo. En cambio, las varas de oro distribuyen el daño engañando a las larvas del escarabajo para que pasen a otra planta.
"Esto encajaría con nuestra definición de inteligencia", explica Kessler. "Dependiendo de la información que recibe del medio ambiente, la planta cambia su comportamiento habitual".
Investigaciones anteriores sobre varas de oro han demostrado que estas plantas perciben proporciones de luz roja lejana de otras plantas cercanas. Las plantas vecinas que detectan varas de oro consumidas por herbívoros se adaptan a la situación creciendo más rápido y produciendo más compuestos defensivos para combatir las plagas de insectos.
Cuando no hay vecinos cerca que les adviertan de una amenaza potencial, las plantas no crecen aceleradamente y la respuesta química que envían es diferente. Además, las varas de oro detectan las sustancias químicas liberadas por la plaga y las utilizan como señales de una amenaza que podría atacarlas.
“Pueden 'oler' su entorno con mucha precisión. Hasta donde sabemos, cada célula puede hacerlo”, concluye Kessler. "Lo que eso significa es que el cerebro de la planta es toda la planta sin necesidad de coordinación central".