Los riesgos de las piscinitas infantiles
A pesar de todos los estudios científicos que denuncian los riesgos que representa el PVC (policloruro de vinilo) para los niños, y de todas las denuncias de las organizaciones ecologistas, este plástico continúa utilizándose en productos pensados para entrar en estrecho contacto con los pequeños.
Las piscinitas infantiles hinchables de PVC no son productos aptos para bebés y niños pequeños sino que deberían ir a parar directamente a un contenedor de reciclaje. Casi todas las marcas están repletas de sustancias nocivas.
El chapuzón en la terraza o el jardín forma parte de los mejores momentos de los veranos infantiles. Sol, agua y alegría… el panorama idílico se rompe cuando se analizan detenidamente las piscinitas.
En los modelos de PVC ya no se encuentran el di(2-etilhexil) ftalato (DEHP) y el di-n-butil ftalato (DBP), dos agentes que la industria del plástico utiliza para fabricar objetos blandos y que el Parlamento Europeo prohibió en los artículos destinados a niños y bebés porque pueden alterar su sistema hormonal. Ahora emplean los nuevos ablandadores di 2 ethil hexil tereftalato (DEHT) y di(isononil) ciclohexano-1,2-dicarboxilato (DINCH). Son fabricados respectivamente por las grandes empresas químicas Eastman y Basf, que han financiado los estudios que supuestamente demuestran su inocuidad.
El problema es que a algunos expertos les preocupa que estas sustancias tienden a liberarse del plástico y a contaminar el contenido del envase (en el caso que nos ocupa, el agua de la piscina). La autoridad europea de seguridad alimentaria, la EFSA, los ha catalogado como “relativamente inocuos”, lo que quizá no deje del todo tranquilos a los padres.
No está claro qué cantidad puede ser absorbida por los cuerpos de los niños ni cuáles pueden ser los efectos. Por eso los expertos recomiendan plásticos como el polipropileno o el polietileno, que suelen estar libres de ablandadores. Sin embargo, la industria continúa prefiriendo el PVC porque es más barato.
Agentes cancerígenos
Los agentes ablandadores no son las únicas sustancias sospechosas que se encuentran en las piscinitas. También contienen el tóxico dibutiltin (DBT) e hidrocarburos aromáticos policíclicos, que son cancerígenos y pueden ser absorbidos por las vías respiratorias y la piel. En muchos modelos hay compuestos fosforodas que tambien se emplean como ablandadores en los plásticos. Algunas sustancias de este grupo son tóxicas para las neuronas y posiblemente, cancerígenas.
Los análisis también han descubierto fenol, una sustancia antibiótica que se absorbe a través de la piel y que puede provocar alteraciones nerviosas o perjudicar al sistema hormonal. Si pese a las malas noticias se considera que bañarse en este tipo de piscinitas no representa un riesgo demasiado elevado, vale la pena tener en cuenta las siguientes medidas sencillas: no hincharlas con la boca, pedir a los niños que no se metan agua en la boca y que no se queden demasiado tiempo dentro.
Medidas para un chapuzón más sano
• Los consumidores tienen derecho a llamar a los teléfonos de atención al cliente y recibir información de los fabricantes a cerca de las sustancias nocivas que estén presentes en más de un 0,1% en los productos.
• Si el producto no nos convence podemos devolverlo en la tienda. Quizá no nos devuelvan el dinero, pero las quejas acabarán llegando a los fabricantes.
• Son preferibles las piscinas de polietileno o polipropileno. Las piscinas duras, tipo concha, son la alternativa a las hinchables. No contienen ablandadores sospechosos.
• No conviene que la piscina sea la única oportunidad de remojarse para el niño. El contacto con los elementos naturales en playas, ríos y lagos posee múltiples beneficios.