Los juguetes todavía no están a la altura

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Los análisis revelan la presencia de agentes tóxicos en muñecos de plástico.

SXC

Demasiado a menudo aparecen noticias sobre agentes tóxicos hallados en juguetes y retirados del mercado. Por fortuna, existen maneras de detectar los peligros y una cantidad suficiente de juguetes recomendables desde todos los puntos de vista.

Una juguetería suele ser lo más parecido al cuerno de la abundancia, pero toda la diversidad puede clasificarse en unas pocas categorías, pues los padres y los niños piden cada año lo mismo. En concreto, los juguetes más regalados son trenes y coches, todo tipo de figuritas y muñecas, juguetes musicales, juegos de mesa educativos y camisetas de los equipos de fútbol favoritos. Casi ninguna clase está libre de malos representantes cargados de sustancias tóxicas, aunque los análisis independientes realizados por la revista alemana Öko-Test revelan una mejoría año a año.

Las sustancias tóxicas

Los más seguros son los juguetes de madera, en especial aquellos elaborados con materia prima con el sello del Forest Stewardship Council (FSC). En cambio, los más preocupantes son los muñecos. Algunos suman a su aspecto agresivo un cóctel venenoso de agentes químicos. La mayoría están fabricados con el denostado policloruro de vinilo (PVC), que puede liberar sustancias que alteran el sistema hormonal y dioxinas cancerígenas al ser incinerado tras su vida útil.

Al PVC se suman una larga lista de compuestos que otorgan flexibilidad, evitan que se destiñan con la luz del sol o que se incendien al entrar en contacto con una llama. Algunos protectores frente al fuego utilizados en los juguetes están prohibidos en los electrodomésticos desde 2008. Casi todas las figuras de plástico contienen compuestos orgánicos de zinc, cuyo efecto sobre el sistema hormonal está probado, e hidrocarburos policíclicos aromáticos, reconocidos cancerígenos. La conclusión es que no se debieran regalar muñecos de plástico, sea cual sea su origen.

Deporte insano

En el caso de las camisetas de fútbol, cada vez más sofisticadas tecnológicamente, contienen plásticos con ftalatos  (disruptores hormonales) y compuestos orgánicos de zinc y fósforo en las estampaciones de los números, patrocinadores y nombres en la espalda. Algunas están impregnadas de triclosán, un agente antimicrobiano que puede causar alergias y, al dispersarse en el medio ambiente, favorecer la resistencia a los antibióticos. Muchos contienen también antimonio, que puede irritar la piel y las mucosas, y blanqueadores ópticos que sobrecargan el entorno. En lugar de camisetas oficiales, conviene adquirir alternativas con los colores del club amado, pero confeccionadas en algodón, si es posible ecológico.

Como los de toda la vida

La fabricación artesanal continúa siendo la mejor garantía de calidad y seguridad en un juguete. Los jugueteros artesanos trabajan principalmente con madera. Los resultados son productos sencillos, pero que ofrecen las mejores cualidades pedagógicas, pues permiten que los niños los utilicen de muchas maneras gracias a su imaginación. Algunos fabricantes tradicionales que facturan millones de euros continúan ofreciendo juguetes de calidad artesanal a buen precio. ¿Por qué perderse en un mar de plástico?