La luz de abril
Un atardecer de abril a orillas del río Fluvià, capturado por la cámara de Andoni Canela. Para José Luis Gallego esa luz de abril es un bálsamo.
Estamos viviendo una primavera excepcional. Las abundantes precipitaciones del invierno, bien repartidas y mejor decantadas, han dado lugar a un fragor de la tierra fuera de lo común.
El estrépito vegetal es tal que se hace difícil alzar la mirada al campo sin que se tiña de verde. Y luego está la luz.
Neruda debió de vivir una primavera parecida a ésta cuando anotó aquello de que “Todo a esta luz de abril se transparenta”. Porque eso es exactamente lo que hace la luz de abril cuando viene así: transparentar el aire, clarear las sombras, multiplicar los reflejos. Como en la foto de Andoni.
Pero no solo eso. La luz de abril puede ayudarnos también a transparentar las incertidumbres y los recelos que nos acechan en estos tiempos de penumbra. Porque si la belleza es el mejor bálsamo contra el miedo, la luz es el remedio de la tiniebla. Y el campo está ahora más bello y luminoso que nunca: ¡sal a comprobarlo y déjate curar!