La exposición a pesticidas en los alimentos se relaciona con el cáncer de mama

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La sede del Parlamento Europeo en Madrid acogió ayer un encuentro en el que expertos de diferentes ámbitos pusieron sobre la mesa el impacto de los pesticidas en la salud de las mujeres.  

Existen más de 30.000 estudios sobre las sustancias que alteran el sistema hormonal, que tienen como una de las consecuencias más graves el incremento del riesgo de cáncer de mama. Entre otras cuestiones se explicó que un tumor de este tipo que se manifiesta hoy pudo tener su origen hace 40 años,  favorecido por exposiciones químicas en el útero materno.

La sede del Parlamento Europeo en Madrid acogió ayer un encuentro en el que expertos de diferentes ámbitos pusieron sobre la mesa el impacto de los pesticidas en la salud de las mujeres. La Fundación Alborada, la Fundación Vivo Sano, Pesticide Action Network y la Cátedra Extraordinaria Patología y Medio Ambiente de la Universidad Complutense de Madrid se adhirieron con este acto a la campaña Semana sin pesticidas que se celebra cada año en varios países europeos. Según se recordó, hay más de 30.000 estudios sobre las sustancias que alteran el sistema hormonal, que tienen como una de las consecuencias más graves el incremento del riesgo de cáncer de mama. Entre otras cuestiones se explicó que un tumor de este tipo que se manifiesta hoy pudo tener su origen hace 40 años,  favorecido por exposiciones químicas en el útero materno.

 

Este año el tema central fueron las mujeres porque, en palabras de Pilar Galindo, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, “nosotras somos más vulnerables a los pesticidas que los hombres tanto si trabajamos expuestas a ellos como si los respiramos o los ingerimos en el agua y los alimentos. La mayor vulnerabilidad procede de tener más células grasas que los hombres,  y de ser las cuidadoras y, por tanto, ocuparnos de la alimentación y la salud de niños, mayores y personas dependientes.

 

La investigadora de la Universidad de Granada, Marieta Fernández, centró su intervención en el cáncer de mama, por ser una patología que aumenta cada año en prevalencia y que cada vez se presenta en mujeres más jóvenes y con tumores más agresivos. “Hace años el cáncer de mama era propio de mujeres menopáusicas, mayores de 50 años, pero ahora cada vez vemos más chicas de 25-30 años y en ellas, además, los tumores son más agresivos”, aseguró. Marieta Fernández explicó que se ha comprobado, al analizar tejido mamario de mujeres enfermas, que todas tienen un nivel de pesticidas superior al de las mujeres sanas.

 

Niños contaminados

Según esta experta, es muy probable que el origen de este tumor sea muy antiguo, y que la exposición de riesgo pudo producirse incluso en el útero materno. En ese sentido puso sobre la mesa una investigación que se hizo en California con mujeres que tenían unos niveles más altos de DDT cuando estaban embarazadas en la que se vio que sus hijas, décadas después, tenían más prevalencia de cáncer de mama.

 

La doctora y presidenta de la Fundación Alborada y codirectora de la Cátedra Extraordinaria Patología y Medio Ambiente de la UCM, Pilar Muñoz-Calero  mostró su preocupación por la contaminación química por pesticidas que se da en etapas muy sensibles del desarrollo, ya desde antes de nacer y posteriormente, en la infancia. Niños de cinco, siete u ocho años pueden tener niveles preocupantes de químicos.

 

El nivel de evidencia científica existente debería justificar, en opinión de los participantes, que se aplicase el Principio de Precaución y que se adopten medidas para proteger a la población. El periodista Carlos de Prada y portavoz de la campaña Hogar sin tóxicos de la Fundación Vivo Sano, recomendó la alimentación ecológica como la mejor forma de reducir tal exposición, algo que puede ser especialmente positivo en el caso de los residuos de pesticidas disruptores endocrinos ya que es muy difícil poder establecer un umbral seguro para estas sustancias por baja que sea la concentración. En ese sentido mostró su preocupación por el hecho de que al evaluar el riesgo de los pesticidas se haga examinando cada sustancia individualmente pero no  el "efecto cóctel" que pueden generar los 14 pesticidas presentes al mismo tiempo en una mazana o una fresa.

 

Doble juego

Se denunció además la presión que los lobbies ejercen en Bruselas dificultando que se adopten medidas serias para proteger la salud de los ciudadanos. El eurodiputado Florent Marcellesi, representante de Equo en el Grupo Los Verdes, comentó las implicaciones de la reciente fusión entre Monsanto y Bayer, un matrimonio de gigantes mediante el que “con una mano Monsanto vende el veneno (glifosato, uno de los plaguicidas más utilizados) y con la otra Bayer vende la medicina”. Para este eurodiputado, ahora estamos recogiendo los frutos del uso extensivo y masivo de estos químicos, que se generalizaron después de la Segunda Guerra Mundial.

 

Las evidencias no dejan lugar a muchas dudas. Según expuso Carlos de Prada, en Argentina, en algunas zonas donde se utilizan los pesticidas de manera masiva, se ha visto un incremento de riesgo de cánceres infantiles de un 300%; de malformaciones de un 400% y de abortos espontáneos de entre un 600-700% respecto a la media nacional.

 

Durante el acto se leyó el testimonio de una mujer cuyo marido murió víctima de una exposición a pesticidas. Fran era ingeniero agrónomo y un día, al abrir un bidón con productos que tenía que verter en el terreno, inhaló los gases que emanaba el líquido. Al poco tiempo se le diagnosticó un glaucoma; después, Parkinson –con 46 años-, y más tarde, un cáncer de hígado que acabó con su vida.

 

Efectos desconocidos

Sin embargo, los efectos de estas sustancias pueden no ser tan evidentes y agresivos. La doctora Muñoz-Calero explicó que pueden ser sutiles, como sentir mareos o tener una ligera borrachera, señal de que el cuerpo no está siendo capaz de eliminar los tóxicos en el organismo. “Se conoce muy poco de los efectos que provocan estas sustancias; algunas pierden fuerza dentro del cuerpo humano y son degradadas pero otras lamentablemente se activan”, lamentó.

 

La solución, tomar conciencia y apostar por la agricultura ecológica, con menos pesticidas y que además tiene más propiedades alimenticias. Interpelados por el elevado precio de esta alimentación Muñoz Calero fue rotunda: “Lo que realmente nos debería preocupar es lo que nos estamos llevando a la boca cuando compramos comida barata”.

“Si cuando conducimos usamos el cinturón de seguridad o frenamos cuando hay un stop por precaución, ¿por qué no hacemos lo mismo con los productos que pueden ser nocivos para nuestra salud?  No tenemos que esperar a que se manifiesten los daños irreversibles que ocasionan muchos pesticidas; la prevención es la clave. Para evitar la enfermedad en nosotros y en nuestra descendencia lo

mejor es no exponerse a las sustancias que están bajo sospecha aunque no estén prohibidas por la normativa".

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