E102, tartracina, amarillo con riesgo
La tartrazina pertenece al grupo de aditivos que desencadenan con relativa frecuencia alergias con síntomas como urticaria, especialmente si coincide con la ingesta de analgésicos tipo aspirina.
En pequeñas dosis, la tartracina puede dañar el ADN en cultivos celulares y en varios tests ha mostrado efectos inmunosupresores. Debido a su grado de estabilidad, se emplea en muchos alimentos como postres, como sustituto del azafrán en las paellas, repostería, productos de pescado, surimi, carne de soja, aperitivos, productos dietéticos y suplementos nutricionales.
También se usa para dar color a productos cosméticos, productos de limpieza y textiles. Desde el año 2010, los alimentos que llevan este colorante deben indicar obligatoriamente en la etiqueta que “puede afectar la actividad y la atención en niños”.
Los medicamentos que se colorean con E102 tienen que llevar una alerta por su potencial alergénico, sin embargo, se permite incomprensiblemente su utilización para colorear golosinas que pueden ser consumidas por niños en cantidades incontroladas.
LOS COLORANTES
Los colorantes funcionan como cosméticos de los alimentos. Productos de aspecto dudoso adquieren gracias a ellos un colorido y una imagen apetitosa que los hacen más atractivos para los consumidores. Sobre todo ayudan a convencer de que el producto tiene mayor calidad. Por ejemplo, en las chucherías infantiles los colores hacen creer que hay contenido alto en frutas.
Se emplean mucho en golosinas, limonadas, postres, helados y otros productos con frutas, así como en margarinas, quesos y productos a base de pescado. A menudo los fabricantes utilizan como colorantes con fines cosméticos ciertas sustancias que pueden declararse como aromas o bajo el nombre de especias. En realidad buscan su color, más que su sabor u otras propiedades beneficiosas que pudieran poseer.