Ángeles Parra, directora de BioCultura y presidenta de Vida Sana: "Aspiramos a ser un manual vivo para el cambio"

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Vuelve el BioCultura "presencial" al Palau San Jordi de  Barcelona, del 8 al 11 de julio, con 250 expositores, 400 actividades y una asistencia prevista de 24.000 personas.

"Nos reinventamos y nos renovamos como ciudadanos conscientes: hay que cambiar de radicalmente de rumbo".

Vuelve BioCultura al mundo "real". Por primera vez en año y medio (la última ocasión fue en A Coruña, a primeros del 2020), la feria del consumo responsable y los productos ecológicos se hará "presencial" después de  haberse reinveintado como certamen virtual. Será del 8 al 11 de julio en el Palau San Jordi de Barcelona, y se espera que unos 24.000 visitantes acudan a la cita con aires renovados. "Aspiramos a ser un manual vivo para el cambio", advierte Angeles Parra, directora y cofundadora de BioCultura (hace la friolera de 36 años) junto a la gran familia de Vida Sana. Lo que arrancó como un muestrario de alternativas más o menos utópicas, ha terminado cuajando en una masa crítica que permitió el despegue de la alimentación ecológica en toda nuestra geografía. Y que ha seguido su crecimiento imparable a pesar de la pandemia...

¿Cómo ha afectado al sector bio este año y medio vivido "peligrosamente"?
Hemos demostrado que el universo “bio” no es una moda y que va a seguir creciendo, y mucho, en los próximos años. Lo ha seguido haciendo durante la pandemia, y estamos ya en 68,91 euros de consumo per cápita de productos ecológicos al año. Cataluña sigue liderando el consumo y el 60% de los catalanes ha consumido alguna vez productos ecológicos certificados, el 33%  de ellos con una frecuencia semanal... La pandemia ha multiplicado la demanda. La gente se está preocupando, y mucho, de tener un sistema inmunitario sólido y resistente... En el momento del confinamiento muchos pequeños productores lo pasaron muy mal. Aunque los que han sobrevivido se están recuperando bien y han creado estrategias “anti-Covid19” para ampliar sus expectativas... Los grandes distribuidores han visto que aumenta la demanda, y los productos ecológicos ya están en todas partes. Pero al mismo tiempo, por la crisis tan profunda, mucha gente tiene menos poder adquisitivo y se lo piensa mucho a la hora de gastar.

¿Por qué los productos "verdes" sigue siendo más caros?
No son más caros desde un punto de vista de salud, ambiental y social, sino en el fondo mucho más económicos. Pero ahora mismo la producción convencional está "superbonificada" por las legislaciones nacionales e internacionales, los falsos mitos de los medios de comunicación, la distorsionada ley de la oferta y la demanda... Debería haber leyes que penalizaran los productos nocivos para la naturaleza y para la humanidad, se debería de obligar a las industrias a internalizar el coste de lo que contaminan…. Uf ¡Si todo esto se hiciera los productos convencionales, serían carísimos! Por otra parte, yo compruebo cada semana que la alimentación ecológica ovolacteovegetariana es más barata que la alimentación convencional. Cambias de chip, compras más de temporada y mirando las ofertas, produces más en casa (háztelo tú mismo), compras directamente al productor, etc. Y, al final, el resultado es más que positivo.

El informe McKinsey sobre las pautas de consumo revela de hecho cómo se ha disparado le demanda en nuestros países vecinos en el último año ¿Nos estamos haciendo más europeos?
Los procutos “bio” están ya en muchos supermercados convencionales, y eso ha disparado el consumo. Te recuerdo una cita de Sebastián Giménez, socio en McKinsey & Company: “Los retailers de alimentación que tomen medidas eficaces para hacer frente a los grandes cambios, como el crecimiento del canal online o el interés de los consumidores por productos saludables, tienen una oportunidad única de ganar cuota de mercado”... Ha empezado ya la lucha o el posicionamiento de los grandes en un nuevo campo de batalla: lo bio. Por ejemplo,  Lidl ha logrado durante el último lustro una penetración en los hogares españoles del 40% y ocupa ya el segundo puesto en la cuota de mercado bio. Sin embargo, el puesto más alto del podio es para Carrefour. Llevan 30 años apostando por el producto bio en Francia; tiene en sus lineales más de 2.000 productos. Cuentan incluso con varios establecimientos dedicados en exclusiva a productos ecológicos en Madrid y Barcelona.

Paradójicamente, en el último año se ha disparado simultáneamente el consumo de productos online y la compra en tiendas de proximidad. ¿Quién saldrá ganando en ese pulso?
Está por ver. Es que vivimos en un mundo muy complejo… Crece el consumo de alimentos ecológicos y también hay mucha gente que sigue alimentándose con productos cada vez más procesados. Aumenta el consumo local mientras Amazon sigue avasallando. Todo ocurre al mismo tiempo. Tanto grandes como pequeños están ya en venta online. Por otra parte la gran distribución ha puesto en marcha campañas muy creativas, rozando incluso el insulto. Esto que a primera vista podría parecer negativo tiene un aspecto positivo: el sector especializado tiene que seguir re-inventándose.

Tambien existe ese pulso entre la ansiada vuelta a la "normalidad" y "lo de antes ya no nos vale"... ¿Quién ganará esta vez?
Nosotros, desde luego, no nos quedamos ni con lo de antes, que es lo que nos ha conducido a este desastre,  ni con lo de ahora. Habrá que buscar nuevos caminos. Para poder enfrentarnos a los grandes desafíos que tenemos es necesario relocalizar la eco-nomía, descarbonizarla, ecologizarla y dotarla de sentido común. Evitar la usura y la especulación y los monopolios transnacionales es crucial. Más importante todavía es crear herramientas de control para las actividades científicas y tecnológicas que pueden poner en peligro la vida. Sin un "principio de precaución", sea cual sea el ámbito, toda innovación debería estar prohibida: especialmente en campos como la modificación genética o la industria química.

¿Y cuál ha sido el impacto del 2020 en Biocultura, con esa transición precipitada hacia lo virtual por el Covid?
A nosotros, a Vida Sana/BioCultura, este año de 2020 nos ha limitado mucho, como a tantas personas en todo el planeta. No sabemos, eso sí, si va a ser para bien o para mal. Ante la imposibilidad de hacer ferias físicas, pero ante la necesidad de seguir hablando de todo aquello que nos interesa, hemos dado un giro hacia lo virtual, a la espera de que volvamos a la vieja “a-normalidad”. BioCultura On ha significado un intento de luchar contra viento y marea para no detener la promoción de lo ecológico. Pero estamos contentos, han participado en esta primera feria virtual unos sesenta expositores y se han celebrado más de 170 actividades con expertos en todos los temas relacionados con la alimentación ecológica, la cosmética ecológica, las finanzas éticas, la moda sostenible.  Para muchos la primera edición de BioCultura en el año 1985 fue el germen de una revolución imparable... Podría ocurrir algo similar con BioCultura ON que se celebró del 21 al 23 de enero.

¿Y qué cabe esperar de la vuelta a la feria presencial en Barcelona?
Va a ser una ocasión para renovarnos y reinventarnos como ciudadanos conscientes. Vamos a tener 250 expositores, 400 acitividades físicas y virtuales, esperamos una asistencia de 24.000 personas. Tendremos muestras, talleres, cocina en directo, y recuperaremos el el MamaTerra para los más pequeños, para convertirlo en ese acontecimiento lúdico, informativo y respetuoso con el medio ambiente que siempre ha sido.

¿Qué recuerdas de la primera edición de Biocultura?
Estuve en Madrid, con mis 25 añitos, loca por cambiar las cosas y de crear un mundo más bonito. Fue la primera semilla que se plantó en España para un cambio de paradigma que a día de hoy todavía seguimos fraguando. Nuestra idea era estar allí donde se nos llamara para hacer un trabajo honesto y para el bien común. Y tuvimos un encuentro con el Viejo profesor, Don Enrique Tierno Galván, donde le expresamos nuestra preocupación por la alimentación contaminada y el medio ambiente. Se ofreció a ayudarnos en una propuesta de futuro, y de ahí surgió la idea de BioCultura.

¿Y cuál fue el secreto para llegar a una masa crítica y convertirlo en un fenómeno popular, con más de 100.000 visitantes en cuatro días?
El éxito radica en que BioCultura es algo extraordinariamente activista y rebelde, pero lo hacemos con alegría, con buen humor, con ganas de vivir. BioCultura es un manual vivo para el cambio, al mismo tiempo es una verdadera lanzadera de empresas y proyectos, un hervidero de ideas, de soluciones, … Está organizada por una ONG sin ánimo de lucro que es la asociación Vida Sana, y eso nos da toda la credibilidad. No buscamos beneficio económico, somos libres de decir y de convocar a quien nos parezca para que denuncie lo que se esté haciendo mal. No nos casamos con nadie... Bueno, sí, con la belleza del mundo que tenemos y que no queremos destruir. Y lo que descubrimos es que no somos pocos, que cada vez somos más los "biocultureros"…

La edición online os ha acercado sin embargo a Suramérica y a la gente joven. ¿Se están abriendo nuevas puertas?
El perfil del consumidor medio de alimentos ecológicos ha cambiado mucho, y estos cambios se están acelerando a pasos agigantados. Antes, era una mujer madura, madre y/o abuela, la que tiraba del carro, nunca mejor dicho, del sector ecológico. Ahora, son mayoría los "millennials". El público es cada vez más joven. Todo ello se manifiesta también en la feria, claro. Y sí, con la feria virtual hemos llegado a más público de Latinaomérica, pero todavía falta mucho para hacer en ese terreno.

¿La próxima cita volverá a ser presencial?
Ya estamos en ella. Se va a celebrar, si Dios quiere, en julio en Barcelona, como siempre en el Palau Sant Jordi. Adoptaremos todas las medidas necesarias para poder llevarla a cabo con garantías de éxito en todos los sentidos.

¿Crees que el 2020 puede ser al final un punto de reflexión y de inflexión? ¿Se hará finalmente la conexión entre salud y medio ambiente?
No hay ninguna duda de que nos encontramos en un momento muy especial en la historia de la humanidad. Cada vez más personas están descubriendo por qué hemos llegado hasta aquí, qué hay detrás de la pandemia y cuáles son los mayores peligros que acechan a nuestra especie y a todas las demás. Los grandes retos a los que nos enfrentamos tienen su origen en la acción del ser humano. Hay que cambiar radicalmente de rumbo. Si no lo hacemos, un gran desastre, que ya estamos viendo, está garantizado. Si el sistema no cambia de rumbo, nosotros,  al menos, podemos cambiar el nuestro optando por una forma de vida respetuosa y sencilla. La crisis climática ya es reconocida por todos. Sin embargo me pone enferma escuchar a los políticos cuando hablan de que hay que crear soluciones para adaptarse al cambio climático ¿Adaptarse? ¿Hasta cuándo vamos a seguir equivocándonos? ¿Cuándo vamos a despertar para cambiar las cosas de raíz? Me desespera, pero sigo pensando que todavía estamos a tiempo de salvarnos en nuestro mundo.  

La gran familia de Vida Sana

"Somos muchas personas trabajando desde hace muchos años. Algunos ya no están, otros continuamos, y también se ha incorporado gente que ha aportado mucho. En la actualidad somos 14 personas. Cada uno tiene su propia perspectiva pero prevalecen, de lejos, las cosas que nos unen, todo aquello en lo que convergemos. Montse Escutia trabaja, y muy fuerte, en todo lo que es el ámbito educativo, de la formación, de nuevos proyectos. Juan Carlos Moreno, Mónica Ramos, Nuria Olivella, Xavier Elías... están en todo lo que es administrativo y comercial. Marc Font se ocupa de las nuevas tecnologías. Pedro Burruezo y Javier Bolufer se encargan de nuestros medios de información, como The Ecologist o El Ecomensajero Digital. Cristina Diago lleva nuestra comunicación, gran tarea, sin la cual no se nos conocería tanto: “si no comunicas, no existes”. Elena Sordo, nuestra nutricionistas y coordinadora del festival infantil MamaTerra, Montse Sánchez, Cristina Valldosera… Ah! Y yo misma, Ángeles Parra, coordinando toda la actividad y dirigiendo este fantástico equipo."

 

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