Regala tiempo, no cosas
Los regalos que proporcionan más felicidad no son materiales, sino aquellos que realmente cambian y enriquecen la vida.
Los instantes compartidos son lo más valioso y personal que se puede regalar a otra persona. Ragalar tiempo y atención enriquece tanto a quien da como a quien recibe. Un tiempo para encontrarse, experimentar la vida intensamente y compartir felicidad. Eso vale su peso en oro.
Momentos
Una gran idea es regalar una colección de cartitas en sus sobres. En cada tarjeta hay un vale en el que ofreces tu tiempo y compañía a la otra persona. Pueden ser por todo lo que se te ocurra: hacerle un masaje en los pies, invitarle a cenar, dar un paseo por el rincón preferido de la ciudad...
Recuerdos
Una bonita libreta para guardar recuerdos de un viaje (fotos, entradas a museos, billetes de avión) o de todo un año de vida.
Aquel que reciba este regalo podrá hojearlo siempre que quiera y recordar buenos instantes, sobre todo aquellos días en que las cosas no son de color de rosa.
Pensamientos
Casi cada día uno lee u oye frases de grandes pesonas que nos regalan valor, alegría, confianza… ¿Por qué no las escribes todas en un librito y las regalas a alguien especial?
Palabras
En lugar de un libro, ¿porvqué no regalas lectura? Muchas veces nos falta el tiempo para leer ese libro que lleva una eternidad en la mesita de noche. Regálale a un ser querido tu voz mientras se acurruca en el sofá con su manta preferida y disfruta de unas infusión calentita.
Placer gastronómico
No es necesario una salida a un restaurante caro. Regala a tu ser querido una velada gastronómica: pelad juntos las verduras y cocinad mientras disfrutáis de una copa de vino o un zumo y una agradable conversación. Luego cenáis juntos lo que habéis preparado.
Estar en compañía
Convoca a tus amigos para hacer algo inusual juntos: una fiesta de disfraces, contaros cuentos, cantar… lo que se te ocurra. Será un recuerdo inolvidable que os unirá todavía más.
Hecho por ti mismo
Un pastel o una mermelada hechos por ti mismo son más personales que un ramo de flores o un objeto. Con un detalle así se puede alegrar a esos vecinos que te cogen los recados o te riegan las plantas cuando no estás.
Hacer magia
Si quieres hacer feliz a niños y grandes prepárate unos trucos de magia, con cartas o monedas. Para finalizar la actuación haz unos "fuegos artificiales" caseros y de mesa: coloca un vela de té sobre una superficie resistente al calor y por turnos echad algo de sal sobre la llama...los niños se lo pasarán pipa con la llama y el chisporroteo.