Viajes solidarios de ONG: ¿turismo, sensibilización o cooperación?
Visitar un país empobrecido de la mano de una ONG, ya sea para colaborar o para conocer su realidad, es una práctica cada vez más extendida, especialmente en verano. Muchas entidades ya han abierto plazos de inscripción.
Numerosas ONG organizan viajes de solidaridad, conocimiento o cooperación a países empobrecidos. Algunas tienen una oferta permanente durante el año, pero la mayoría centran sus propuestas, sobre todo en lo referente a las estancias de corta duración, en los meses de verano.
El fenómeno parece estar en un momento de expansión y los nombres que se da a este tipo de actividades son cada vez más variados: campos de trabajo, estancias, turismo solidario o brigadas de solidaridad son algunos de los términos que utilizan las organizaciones para definir este tipo de programas.
Suelen ser viajes para pequeños grupos de personas a un país empobrecido donde la entidad impulsa además proyectos de cooperación. La finalidad es casi siempre brindar a quienes viajan la oportunidad de conocer nuevas realidades y alternativas de desarrollo para esas sociedades, desde la relación estrecha con organizaciones locales. A la vez, se busca apoyar nuevos modelos de desarrollo local a través del turismo responsable o colaborar de forma activa en algún otro proyecto de desarrollo en la zona.
Lo cierto es que la concepción de unos viajes dirigidos a ayudar, mediante estancias cortas, a quienes lo necesitan parece estar cada vez en más desuso. Por el contrario, los viajes cortos, realizados principalmente en verano, se entienden como viajes de conocimiento y sensibilización, de manera que suelen comportar una formación previa y unas tareas posteriores de difusión y concienciación.
Sobre este debate y la denominación a dar a este tipo de experiencias, hemos recogido algunas ideas de las diferentes entidades que trabajan en ello.
¿Es turismo o no es turismo?
En la Xarxa de Consum Solidari, que programa viajes a Ecuador, Brasil y República Dominicana, lo tienen claro: “Nosotros le llamamos turismo porque, lo llames como lo llames, al final se va siempre a hacer turismo. Y eso no tiene por qué ser malo. Entendemos que, igual que hay un comercio perjudicial y un comercio justo, también puede haber un turismo devastador y un turismo responsable y beneficioso para los países receptores y para quien lo realiza”, explica Cristina Poll, coordinadora del programa de turismo solidario de esta entidad, centrado en el contacto directo con organizaciones de base locales.
Otras organizaciones, como Sodepau, con más de diez años de experiencia en este campo, tienen una concepción similar aunque emplean el término estancias solidarias. En su caso existe una finalidad añadida a estos proyectos: la de promover y utilizar los proyectos de desarrollo turístico locales impulsados por organizaciones de la zona junto con Sodepau. En ese sentido, se utiliza para el alojamiento la red de albergues de una organización local.
ACSUD Valencia – Las Segovias, por su parte, también usa el término turismo para los viajes de conocimiento de sus proyectos de cooperación en Misiones (Argentina). Además, esta ONG ha promovido el portal Turismo responsable.
Por otro lado, organizaciones como la Fundación Vicente Ferrer ofrecen un programa de turismo pero prefieren no llamarle solidario. “Nosotros lo decimos claro: es turismo para conocer la India. La palabra solidario se presta a confusión. A veces se nos acerca gente que quiere viajar para ayudar, pero le decimos que para eso hace falta irse más tiempo y tener un perfil muy específico y cualificado. Allí hay muchas personas de la zona trabajando con nosotros”, explica Diana Álvarez, que coordina este proyecto de la Fundación. Su programa turístico para conocer la India incluye una visita, los últimos días, de los proyectos de la Fundación en Anantapur y está dirgido tanto a las personas que realizan apadrinamientos con la Fundación como a socios y público general.
Campos de solidaridad y brigadas
La acepción campos de solidaridad es también muy difundida. Es la utilizada por la organización Servicio Civil Internacional, que forma parte de una red global que oferta numerosos campos de trabajo durante todo el año de corta y de larga duración. Los participantes son grupos de voluntarios de diversos países del mundo y ése es uno de sus valores, además del trabajo de cooperación o de intercambio cultural que se realice en la zona con las organizaciones locales.
Setem también habla de campos de solidaridad para designar su oferta de estadías de un mes con organizaciones locales. El objetivo es conocer pero también colaborar en el trabajo que desarrollan. Setem Catalunya ofrece, además de los campos, rutas solidarias, en clave turística. Esta doble oferta de viajes es también puesta en marcha por otras ONG, como Cives Mundi, que ofrece un programa para voluntarios cooperantes, dirigido a jóvenes castelloleoneses, y otro para personas que quieran visitar Perú y conocer el proyecto que la organización desarrolla en la región de Cochabamba.
Otras organizaciones, generalmente más politizadas, usan la expresión brigada de solidaridad. Esther Díez de la Associació Catalana per la Pau, que organiza brigadas a América Latina junto con la Fundació Pau i Solidaritat, comenta: “Lo de menos es el nombre, lo importante es lo que se va a hacer allá. Nosotros hemos cambiado el nombre bastantes veces, pero al final hemos vuelto a utilizar el de brigadas de solidaridad, que mucha gente no usa por el componente político, pero que a nosotros nos parece que tiene una fuerte carga de compromiso muy importante y un referente histórico valioso como el de las brigadas internacionales”.
Fuente: Mar Vallecillos / CanalSolidario (06/03/2006)
Numerosas ONG organizan viajes de solidaridad, conocimiento o cooperación a países empobrecidos. Algunas tienen una oferta permanente durante el año, pero la mayoría centran sus propuestas, sobre todo en lo referente a las estancias de corta duración, en los meses de verano.
El fenómeno parece estar en un momento de expansión y los nombres que se da a este tipo de actividades son cada vez más variados: campos de trabajo, estancias, turismo solidario o brigadas de solidaridad son algunos de los términos que utilizan las organizaciones para definir este tipo de programas.
Suelen ser viajes para pequeños grupos de personas a un país empobrecido donde la entidad impulsa además proyectos de cooperación. La finalidad es casi siempre brindar a quienes viajan la oportunidad de conocer nuevas realidades y alternativas de desarrollo para esas sociedades, desde la relación estrecha con organizaciones locales. A la vez, se busca apoyar nuevos modelos de desarrollo local a través del turismo responsable o colaborar de forma activa en algún otro proyecto de desarrollo en la zona.
Lo cierto es que la concepción de unos viajes dirigidos a ayudar, mediante estancias cortas, a quienes lo necesitan parece estar cada vez en más desuso. Por el contrario, los viajes cortos, realizados principalmente en verano, se entienden como viajes de conocimiento y sensibilización, de manera que suelen comportar una formación previa y unas tareas posteriores de difusión y concienciación.
Sobre este debate y la denominación a dar a este tipo de experiencias, hemos recogido algunas ideas de las diferentes entidades que trabajan en ello.
¿Es turismo o no es turismo?
En la Xarxa de Consum Solidari, que programa viajes a Ecuador, Brasil y República Dominicana, lo tienen claro: “Nosotros le llamamos turismo porque, lo llames como lo llames, al final se va siempre a hacer turismo. Y eso no tiene por qué ser malo. Entendemos que, igual que hay un comercio perjudicial y un comercio justo, también puede haber un turismo devastador y un turismo responsable y beneficioso para los países receptores y para quien lo realiza”, explica Cristina Poll, coordinadora del programa de turismo solidario de esta entidad, centrado en el contacto directo con organizaciones de base locales.
Otras organizaciones, como Sodepau, con más de diez años de experiencia en este campo, tienen una concepción similar aunque emplean el término estancias solidarias. En su caso existe una finalidad añadida a estos proyectos: la de promover y utilizar los proyectos de desarrollo turístico locales impulsados por organizaciones de la zona junto con Sodepau. En ese sentido, se utiliza para el alojamiento la red de albergues de una organización local.
ACSUD Valencia – Las Segovias, por su parte, también usa el término turismo para los viajes de conocimiento de sus proyectos de cooperación en Misiones (Argentina). Además, esta ONG ha promovido el portal Turismo responsable.
Por otro lado, organizaciones como la Fundación Vicente Ferrer ofrecen un programa de turismo pero prefieren no llamarle solidario. “Nosotros lo decimos claro: es turismo para conocer la India. La palabra solidario se presta a confusión. A veces se nos acerca gente que quiere viajar para ayudar, pero le decimos que para eso hace falta irse más tiempo y tener un perfil muy específico y cualificado. Allí hay muchas personas de la zona trabajando con nosotros”, explica Diana Álvarez, que coordina este proyecto de la Fundación. Su programa turístico para conocer la India incluye una visita, los últimos días, de los proyectos de la Fundación en Anantapur y está dirgido tanto a las personas que realizan apadrinamientos con la Fundación como a socios y público general.
Campos de solidaridad y brigadas
La acepción campos de solidaridad es también muy difundida. Es la utilizada por la organización Servicio Civil Internacional, que forma parte de una red global que oferta numerosos campos de trabajo durante todo el año de corta y de larga duración. Los participantes son grupos de voluntarios de diversos países del mundo y ése es uno de sus valores, además del trabajo de cooperación o de intercambio cultural que se realice en la zona con las organizaciones locales.
Setem también habla de campos de solidaridad para designar su oferta de estadías de un mes con organizaciones locales. El objetivo es conocer pero también colaborar en el trabajo que desarrollan. Setem Catalunya ofrece, además de los campos, rutas solidarias, en clave turística. Esta doble oferta de viajes es también puesta en marcha por otras ONG, como Cives Mundi, que ofrece un programa para voluntarios cooperantes, dirigido a jóvenes castelloleoneses, y otro para personas que quieran visitar Perú y conocer el proyecto que la organización desarrolla en la región de Cochabamba.
Otras organizaciones, generalmente más politizadas, usan la expresión brigada de solidaridad. Esther Díez de la Associació Catalana per la Pau, que organiza brigadas a América Latina junto con la Fundació Pau i Solidaritat, comenta: “Lo de menos es el nombre, lo importante es lo que se va a hacer allá. Nosotros hemos cambiado el nombre bastantes veces, pero al final hemos vuelto a utilizar el de brigadas de solidaridad, que mucha gente no usa por el componente político, pero que a nosotros nos parece que tiene una fuerte carga de compromiso muy importante y un referente histórico valioso como el de las brigadas internacionales”.
Fuente: Mar Vallecillos / CanalSolidario (06/03/2006)
Añadir nuevo comentario