CINCO PASOS PARA ELEGIR TERAPIA
1. Buscar información sobre el problema de salud.
Se puede recurrir a asociaciones de enfermos y grupos de apoyo, amigos, libros y revistas, internet y organizaciones profesionales de terapeutas.
2. Obtener buenas referencias de la terapia.
Las referencias deben proceder de varias fuentes. Una sola persona, un solo libro o documento de internet no es suficiente para dar credibilidad a una terapia.
3. Elegir la terapia que se adapta a nuestra personalidad.
4. Examinar al terapeuta.
Antes de ir a la consulta, si aún tenemos dudas, podemos recoger información sobre el terapeuta en la organización profesional o el centro de salud que lo acoge. Nos interesa saber su formación y experiencia, su capacidad para comunicar y su éxito con problemas de salud similares a los nuestros.
5. Buscar la alianza con el terapeuta.
Una vez elegido el terapeuta, éste debe ser capaz de ponerse a nuestra altura, como un amigo o compañero, más que como una persona que ocupa una jerarquía superior en la relación. La alianza es necesaria para mantener la sensación de control, para recibir el necesario apoyo emocional, para que haya una comunicación honesta y un reparto justo de responsabilidades.
Se puede recurrir a asociaciones de enfermos y grupos de apoyo, amigos, libros y revistas, internet y organizaciones profesionales de terapeutas.
2. Obtener buenas referencias de la terapia.
Las referencias deben proceder de varias fuentes. Una sola persona, un solo libro o documento de internet no es suficiente para dar credibilidad a una terapia.
3. Elegir la terapia que se adapta a nuestra personalidad.
Conviene pensar en tres cuestiones:
1. ¿Prefiero una terapia que trate principalmente el cuerpo u otra que dé mayor importancia a la mente?
2. ¿Me siento cómodo con el contacto físico o no?
3. ¿Deseo dirigir y controlar la terapia o quiero que me oriente todo lo posible un profesional?
4. Examinar al terapeuta.
Antes de ir a la consulta, si aún tenemos dudas, podemos recoger información sobre el terapeuta en la organización profesional o el centro de salud que lo acoge. Nos interesa saber su formación y experiencia, su capacidad para comunicar y su éxito con problemas de salud similares a los nuestros.
5. Buscar la alianza con el terapeuta.
Una vez elegido el terapeuta, éste debe ser capaz de ponerse a nuestra altura, como un amigo o compañero, más que como una persona que ocupa una jerarquía superior en la relación. La alianza es necesaria para mantener la sensación de control, para recibir el necesario apoyo emocional, para que haya una comunicación honesta y un reparto justo de responsabilidades.
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