Los síntomas de trastornos autoinmunes varían mucho en función de la enfermedad. A menudo pasan muchos años ante de que el trastorno se manifieste, algo que en la mayoría de los casoso ocurre a partir de la adolescencia. El primer síntoma suele ser inflamación o dolor en uno o varios puntos del cuerpo. También pueden aparecer fatiga, mareo y febrícula.

Los trastornos autoinmunes más freceuntes son los siguientes:Esclerosis múltiple. Se caracteriza por múltiples lesiones en la sustancia blanca que recubre las células del sistema nervioso central. No aparecen todas al mismo tiempo, sino que lo hacen en brotes, desencadenando el cuadro clínico según la localización de las placas. La alteración progresiva produce múltiples signos neurológicos, incluyendo ceguera y parálisis. Generalmente comienza entre los 20 y los 40 años de edad.

Artritis reumatoide. Es una enfermedad inflamatoria, progresiva, que afecta predominantemente al tejido conectivo en las articulaciones, sobre todo de las manos y de los pies. Afecta aproximadamente al 1% de la población general, y la mayor incidencia se observa entre los 40 y los 60 años. Con el tiempo puede causar discapacidad.

Lupus eritematoso sistémico. Produce cansancio, dolor en las articulaciones, febrícula y sarpullidos. El avance de la enfermedad puede dañar gravemente los riñones y el corazón. Las mujeres en torno a los 30 años son las más susceptibles de sufrir la enfermedad.

Diabetes tipo I. Los anticuerpos destruyen las células beta de los islotes de Langerhans en el páncreas, encargados de fabricar la insulina. Afecta en especial a niños y jóvenes, que están obligados a inyectarse la hormona.

Enfermedad de Crohn. Junto con la colitis ulcerosa es una de las dos enfermedades inflamatorias intestinales más comunes. Causa desde irritación de la mucosa a úlceras intestinales, pasando por diarrea y deficiencias nutricionales.

Otras. De las más de 80 enfermedades autoinmunes, aparte de las mencionadas, las más frecuentes son la tiroiditis de Hashimoto y la enfermedad de Addison, que afectan a la glándula tiroides y las suprarrenales respectivamente; la anemia perniciosa, que daña los glóbulos rojos; y la miastenia grave, que debilita e impide el control de los músculos.