Los flavonoides protegen el cerebro
Las personas que consumen gran cantidad de flavonoides se estarían protegiendo de la pérdida de función cerebral que se produce durante el envejecimiento, sugirió un nuevo estudio efectuado en Francia.
Los flavonoides son poderosos antioxidantes presentes en alimentos derivados de plantas, como el vino tinto y el té, o las zanahorias.
Entre 1.640 hombres y mujeres sanos de 65 años o más, el equipo dirigido por el doctor Luc Letenneur, de INSERM en Bordeaux, halló que aquellos con el mayor consumo de flavonoides registraron una reducción más lenta de la función cerebral, durante un período de 10 años, que los participantes con el consumo más bajo de esos antioxidantes.
Esos participantes también mostraron un mejor rendimiento en las pruebas de función mental al inicio del estudio.
Según el equipo, es posible que el alto consumo de flavonoides sea indicador de un patrón alimentario protector del cerebro, ya que las personas que ingieren gran cantidad de flavonoides también comen más frutas y verduras. Independientemente, "para mantenerse sanos es mejor comer alimentos variados, aumentar el consumo de frutas y verduras (aportan muchos nutrientes importantes, como vitaminas, fibras y antioxidantes), que consumir suplementos vitamínicos", dijo Letenneur a Reuters Health a través de un correo electrónico.
Llevar ese estilo de alimentación reduce el riesgo de tener enfermedad cardíaca y cáncer, como así también disminuye el deterioro de la capacidad mental, agregó.
"Estamos lejos de conocer cuáles son las moléculas protectoras, pero ya sabemos que las personas que consumen frutas y verduras tienen menos riesgo de desarrollar esas enfermedades", dijo Letenneur.
El daño oxidativo está presente en el Alzheimer y el deterioro cognitivo, aunque estudios sobre el consumo de vitaminas antioxidantes y el riesgo de demencia obtuvieron resultados mixtos, señaló el equipo en American Journal of Epidemiology.
Para conocer si los flavonoides influyen en la función cognitiva, los investigadores estudiaron a 1.640 adultos mayores sin demencia durante 10 años, quienes al inicio del estudio aportaron datos sobre su alimentación.
Los hombres y las mujeres que ingerían la mayor cantidad de flavonoides tuvieron un rendimiento significativamente superior al inicio del estudio, aún después de que los autores tuvieran en cuenta la influencia del sexo, el nivel educativo y la edad.
Aquellos en la mitad superior del ranking de consumo de flavonoides mostraron una mayor evolución cognitiva en el tiempo.
Por ejemplo, después de 10 años, los participantes ubicados en el cuarto inferior del ranking de consumo de flavonoides perdieron 2,1 puntos en la prueba de función cognitiva (Mini Examen del Estado Mental) contra 1,2 puntos entre los integrantes del cuarto superior del ranking.
Esa asociación permaneció tras considerar otros factores, como el consumo de frutas y verduras, la cantidad de calorías ingeridas y el tabaquismo. No obstante, destacaron los autores, estos resultados no demuestran una relación causal entre los flavonoides y la función cognitiva.
"Se necesitan más estudios para investigar mejor la relación entre el consumo de flavonoides y la evolución cognitiva, incluidas otras moléculas antioxidantes", concluyeron los expertos.
Los flavonoides son poderosos antioxidantes presentes en alimentos derivados de plantas, como el vino tinto y el té, o las zanahorias.
Entre 1.640 hombres y mujeres sanos de 65 años o más, el equipo dirigido por el doctor Luc Letenneur, de INSERM en Bordeaux, halló que aquellos con el mayor consumo de flavonoides registraron una reducción más lenta de la función cerebral, durante un período de 10 años, que los participantes con el consumo más bajo de esos antioxidantes.
Esos participantes también mostraron un mejor rendimiento en las pruebas de función mental al inicio del estudio.
Según el equipo, es posible que el alto consumo de flavonoides sea indicador de un patrón alimentario protector del cerebro, ya que las personas que ingieren gran cantidad de flavonoides también comen más frutas y verduras. Independientemente, "para mantenerse sanos es mejor comer alimentos variados, aumentar el consumo de frutas y verduras (aportan muchos nutrientes importantes, como vitaminas, fibras y antioxidantes), que consumir suplementos vitamínicos", dijo Letenneur a Reuters Health a través de un correo electrónico.
Llevar ese estilo de alimentación reduce el riesgo de tener enfermedad cardíaca y cáncer, como así también disminuye el deterioro de la capacidad mental, agregó.
"Estamos lejos de conocer cuáles son las moléculas protectoras, pero ya sabemos que las personas que consumen frutas y verduras tienen menos riesgo de desarrollar esas enfermedades", dijo Letenneur.
El daño oxidativo está presente en el Alzheimer y el deterioro cognitivo, aunque estudios sobre el consumo de vitaminas antioxidantes y el riesgo de demencia obtuvieron resultados mixtos, señaló el equipo en American Journal of Epidemiology.
Para conocer si los flavonoides influyen en la función cognitiva, los investigadores estudiaron a 1.640 adultos mayores sin demencia durante 10 años, quienes al inicio del estudio aportaron datos sobre su alimentación.
Los hombres y las mujeres que ingerían la mayor cantidad de flavonoides tuvieron un rendimiento significativamente superior al inicio del estudio, aún después de que los autores tuvieran en cuenta la influencia del sexo, el nivel educativo y la edad.
Aquellos en la mitad superior del ranking de consumo de flavonoides mostraron una mayor evolución cognitiva en el tiempo.
Por ejemplo, después de 10 años, los participantes ubicados en el cuarto inferior del ranking de consumo de flavonoides perdieron 2,1 puntos en la prueba de función cognitiva (Mini Examen del Estado Mental) contra 1,2 puntos entre los integrantes del cuarto superior del ranking.
Esa asociación permaneció tras considerar otros factores, como el consumo de frutas y verduras, la cantidad de calorías ingeridas y el tabaquismo. No obstante, destacaron los autores, estos resultados no demuestran una relación causal entre los flavonoides y la función cognitiva.
"Se necesitan más estudios para investigar mejor la relación entre el consumo de flavonoides y la evolución cognitiva, incluidas otras moléculas antioxidantes", concluyeron los expertos.
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