Los secretos de la visita de Al Gore a Barcelona
El líder de la batalla global contra el cambio climático pasó fugazmente el sábado por Barcelona. Al Gore aterrizó a mediodía en El Prat procedente de Niza y tras finalizar su conferencia en el Palau de Congressos de Catalunya se subió al avión para volar a Las Palmas. Gore descansó en su hotel y almorzó con políticos, activistas medioambientales y con el promotor de su visita a Barcelona, Juan Valero, impulsor de una iniciativa contra el calentamiento consistente en plantar cien millones de árboles en la península Ibérica. A continuación, el relato de la visita de Gore a Barcelona.
Al Gore bajó de su avión particular en El Prat con dos latas de Coca-Cola diet en la mano a las 12.35 horas procedente de Niza. Había pedido tener Coca-Cola, light,según la versión local, en el hotel, en el camerino y en el escenario. A las seis de la tarde, evidenció que el clásico sueño americano estaba, efectivamente, un poco rebajado.
En una conferencia que pronunció en la oscuridad, bajo el brillo de una gran pantalla, con botas camperas y corbata azul celeste, rescató las imágenes del Apocalipsis recorriendo el escenario de un lado a otro: superpoblación, grandes migraciones, decenas de millones de desheredados, huracanes, tornados y tifones, inundaciones, extinción de especies, cataclismos…
"¿Qué hogar les vamos a dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos?", se preguntó. "En mi país la máxima preocupación es el terrorismo, ¿y el cambio climático?", tronaba su voz poderosa, y la pantalla mostraba una simulación de las aguas del mar tomando las calles de Manhattan y engullendo la zona cero de las Torres Gemelas.
Los datos que muestra son demoledores. No son especulaciones ni previsiones, el desastre se produce ya: desaparecen todos los glaciares de la tierra, se funden los polos y el hielo de Groenlandia, ello revierte en la corteza terrestre, sobrevienen terremotos, se secan los lagos y los ríos, ello causa guerras... "Dicen que si destruimos la Tierra podemos colonizar otros planetas, pero si fuimos incapaces de evacuar Nueva Orleans, ¿cómo vamos a evacuar el planeta entero?".
Al Gore ironiza con su propio país. Lo critica severamente por no firmar los compromisos de Kioto, dice que el presupuesto de la guerra de Iraq debería haber sido destinado al medio ambiente y ataca abiertamente a las petroleras. Se permite incluso ridiculizar la voz de falsete germánica del gobernador Arnold Schwarzenegger Sí, sí, muy bien, pero durante la comida la activista india Vandana Shiva le recordó de una forma clara y hasta cruda la responsabilidad de EE. UU. como principal país contaminador del mundo. Al no se esperaba el derechazo y se sonrojó hasta las orejas.
Le queda todavía capacidad de sonrojo, lo cual no es poco para un máster del universo. Juan Valero, el hombre que lo trajo a Barcelona, asegura que es un tipo muy humano y es cierto que le duele el planeta. "Con su edad, con su condición, con su fortuna…, ¿qué necesidad tiene de pegarse estas palizas por los seis continentes? Está convencido de lo que hace y se siente con el deber de divulgarlo".
Gore ha acreditado su talante con su visita a Barcelona. Juan Valero es de Riópar, provincia de Albacete. Era matricero hasta que su amor a los árboles le llevó a fundar en el año 2000 una empresa, Maderas Nobles de la Sierra de Segura, para plantarlos en el lugar que la marca indica. Vende plantones que cuando se talen al cabo de 20 años habrán multiplicado su valor.
Una inversión a largo plazo y muy sostenible. Su ambición, sin embargo, es cosmogónica y ahora ha impulsado la Fundación Más Árboles, que se ha propuesto plantar cien millones de ejemplares en la península Ibérica. Para divulgar la idea se propuso captar al número uno. El trabajo recayó en su responsable de comunicación en Barcelona, Marga Capella. "Si me traes a Al Gore, te doy lo que quieras", le dijo.
Marga se puso en contacto con el Partido Demócrata en Barcelona, escribió a la embajada y al consulado de EE. UU. Todo fue infructuoso y una amiga le sugirió contactar con una empresa de gestión de actos que había traído a Bill Clinton, que también se puso en movimiento, pero los resultados no llegaban. En octubre pasado vio por internet que Al Gore daba su conferencia Una verdad incómoda en Málaga, al día siguiente. Tenían que darse prisa: "Llamé a Juan, que redactó una carta muy sincera explicando que nos ganamos la vida plantando nogales y que con ello contribuimos a revitalizar el pequeño pueblo donde estamos. Ahora, además, impulsamos una campaña para sembrar de árboles el territorio desde Lisboa hasta Barcelona".
Tomó un avión para Málaga, se plantó en el lugar de la conferencia e hizo llegar la carta a Gore. Hubo suerte, camino del aeropuerto, Gore leyó la carta e hizo marcar al momento el número que figuraba en ella: "De parte del señor Gore, que acepta su invitación", escuchó Valero atónito al otro lado del hilo. Pero, ¿cuándo, cómo, dónde? "Pasaron los meses y nosotros ya casi nos habíamos olvidado del tema, hasta que el 24 de marzo nos llamaron de la agencia de Nueva York que organiza las conferencias de muchos de los pesos pesados de la política norteamericana: ´Mister Al Gore puede estar con ustedes a finales de junio´."
Vandana Shiva era la persona ideal para compartir cartel con Al Gore. Una activista comprometida con los pobres de India, con el medio ambiente y con las mujeres, que ha recibido muchos premios internacionales. Pero luego había que invitar a los principales cargos españoles y catalanes, y a todas las organizaciones relacionadas con el medio ambiente. Sería el I Encuentro Internacional Amigos de los Árboles. La ministra Cristina Narbona en seguida aceptó la invitación.
Valero cree que uno de los puntos clave de su carta fue comprometerse con la permacultura. Al Gore es un experto mundial en el desarrollo de este concepto, que busca aplicar todos los campos del conocimiento a la agricultura. Ello produce resultados espectaculares: en algunos lugares de Brasil, la producción se ha multiplicado por 18 en cinco años. Valero se reunió con Gore durante 45 minutos antes de la conferencia y el político le citó este concepto en distintas ocasiones. No sólo es importante plantar árboles, sino la manera cómo se hace y las especies que se escogen.
Gore preguntó de todo, en especial sobre el sistema de plantación y el uso de la agricultura ecológica, e insistió en que cada lugar requería el árbol adecuado. El político se interesó también por el tipo de personas que asistían al acto. El contrato draconiano que sus representantes mandaron ponía ya mucho énfasis en este aspecto, y pedía currículos y detalles de todos los participantes. Tenía muy en cuenta que todos los nombres de la lista fueran "sostenibles".
Durante la comida, Gore abundó en la necesidad de racionalizar la agricultura y puso como ejemplo las cerezas y los tomates, "en especial en España, un país con un clima que propicia todo tipo de cultivos". "Es una locura consumir verduras sin vitaminas y luego tomar compuestos en forma de pastilla". "Es irracional traer cerezas de Chile en diciembre. Además de la calidad de la fruta, hay que tener en cuenta la cantidad de CO 2 que los aviones vierten a la atmósfera para transportarla. Es una locura", recalcaba Gore, que demostró estar al corriente de temas muy diversos, como los beneficios diuréticos del agua marina, un aspecto que debatió con Enric Casi, director general de Mango.
Gore prestó atención a un cactus vivo que Gabriel Ferraté llevaba prendido de su teléfono móvil. "Un invento de los japoneses que tengo que preocuparme de regar de vez en cuando", explicó Ferraté que acudió en calidad de presidente del Consell Assessor per al Desenvolupament Sostenible. Pasqual Maragall, que estaba sentado frente a Gore en la mesa, aprovechó para cambiar de silla cuando Cristina Narbona abandonó su lugar a la derecha del Padre a media comida. Ferraté, muy aficionado a la fotografía, aprovechó para tomar unas instantáneas. "Un tipo campechano este Gore, muy natural y relajado", explicó el ex rector de la UOC y la UPC.
Gore sorprendió a sus interlocutores por su conocimiento de Barcelona, que dijo haber visitado muchas veces, y en su conferencia abordó temas españoles en diferentes ocasiones. Exhibió el audiovisual en catalán, contrariamente a lo que hizo, por ejemplo, Imma Mayol en su intervención. Gore demostró ser también "ecológico" en materia lingüística.
Con Vandana Shiva debatió sobre los idiomas que utilizar en sus intervenciones en India. "Había pensado usar cinco lenguas, ¿qué le parece a usted". El político no puede multiplicarse. Desestima una cincuentena de peticiones diarias para impartir su conferencia y está preparando a un equipo de personas para que lo hagan por él.
Además de Coca-Cola diet,Al Gore solicitó en el hotel y en el camerino agua con gas y frutos secos variados. Mientras su marido hacía el bolo,su discreta esposa, Tipper, pidió que la llevaran a la Rambla. A las ocho de la tarde, después de una ducha rápida, dos Mercedes 220 clase E llevaron al matrimonio y a su asistente de vuelta a El Prat. Dormirían en Las Palmas de Gran Canaria, donde el político ejerce hoy de nuevo su oficio de activista global. Por la tarde, repetirá en Santa Cruz de Tenerife. No puede parar, su hercúlea misión consiste en salvar el mundo y debe darse mucha prisa.
Fuente: La Vanguardia
Al Gore bajó de su avión particular en El Prat con dos latas de Coca-Cola diet en la mano a las 12.35 horas procedente de Niza. Había pedido tener Coca-Cola, light,según la versión local, en el hotel, en el camerino y en el escenario. A las seis de la tarde, evidenció que el clásico sueño americano estaba, efectivamente, un poco rebajado.
En una conferencia que pronunció en la oscuridad, bajo el brillo de una gran pantalla, con botas camperas y corbata azul celeste, rescató las imágenes del Apocalipsis recorriendo el escenario de un lado a otro: superpoblación, grandes migraciones, decenas de millones de desheredados, huracanes, tornados y tifones, inundaciones, extinción de especies, cataclismos…
"¿Qué hogar les vamos a dejar a nuestros hijos y a nuestros nietos?", se preguntó. "En mi país la máxima preocupación es el terrorismo, ¿y el cambio climático?", tronaba su voz poderosa, y la pantalla mostraba una simulación de las aguas del mar tomando las calles de Manhattan y engullendo la zona cero de las Torres Gemelas.
Los datos que muestra son demoledores. No son especulaciones ni previsiones, el desastre se produce ya: desaparecen todos los glaciares de la tierra, se funden los polos y el hielo de Groenlandia, ello revierte en la corteza terrestre, sobrevienen terremotos, se secan los lagos y los ríos, ello causa guerras... "Dicen que si destruimos la Tierra podemos colonizar otros planetas, pero si fuimos incapaces de evacuar Nueva Orleans, ¿cómo vamos a evacuar el planeta entero?".
Al Gore ironiza con su propio país. Lo critica severamente por no firmar los compromisos de Kioto, dice que el presupuesto de la guerra de Iraq debería haber sido destinado al medio ambiente y ataca abiertamente a las petroleras. Se permite incluso ridiculizar la voz de falsete germánica del gobernador Arnold Schwarzenegger Sí, sí, muy bien, pero durante la comida la activista india Vandana Shiva le recordó de una forma clara y hasta cruda la responsabilidad de EE. UU. como principal país contaminador del mundo. Al no se esperaba el derechazo y se sonrojó hasta las orejas.
Le queda todavía capacidad de sonrojo, lo cual no es poco para un máster del universo. Juan Valero, el hombre que lo trajo a Barcelona, asegura que es un tipo muy humano y es cierto que le duele el planeta. "Con su edad, con su condición, con su fortuna…, ¿qué necesidad tiene de pegarse estas palizas por los seis continentes? Está convencido de lo que hace y se siente con el deber de divulgarlo".
Gore ha acreditado su talante con su visita a Barcelona. Juan Valero es de Riópar, provincia de Albacete. Era matricero hasta que su amor a los árboles le llevó a fundar en el año 2000 una empresa, Maderas Nobles de la Sierra de Segura, para plantarlos en el lugar que la marca indica. Vende plantones que cuando se talen al cabo de 20 años habrán multiplicado su valor.
Una inversión a largo plazo y muy sostenible. Su ambición, sin embargo, es cosmogónica y ahora ha impulsado la Fundación Más Árboles, que se ha propuesto plantar cien millones de ejemplares en la península Ibérica. Para divulgar la idea se propuso captar al número uno. El trabajo recayó en su responsable de comunicación en Barcelona, Marga Capella. "Si me traes a Al Gore, te doy lo que quieras", le dijo.
Marga se puso en contacto con el Partido Demócrata en Barcelona, escribió a la embajada y al consulado de EE. UU. Todo fue infructuoso y una amiga le sugirió contactar con una empresa de gestión de actos que había traído a Bill Clinton, que también se puso en movimiento, pero los resultados no llegaban. En octubre pasado vio por internet que Al Gore daba su conferencia Una verdad incómoda en Málaga, al día siguiente. Tenían que darse prisa: "Llamé a Juan, que redactó una carta muy sincera explicando que nos ganamos la vida plantando nogales y que con ello contribuimos a revitalizar el pequeño pueblo donde estamos. Ahora, además, impulsamos una campaña para sembrar de árboles el territorio desde Lisboa hasta Barcelona".
Tomó un avión para Málaga, se plantó en el lugar de la conferencia e hizo llegar la carta a Gore. Hubo suerte, camino del aeropuerto, Gore leyó la carta e hizo marcar al momento el número que figuraba en ella: "De parte del señor Gore, que acepta su invitación", escuchó Valero atónito al otro lado del hilo. Pero, ¿cuándo, cómo, dónde? "Pasaron los meses y nosotros ya casi nos habíamos olvidado del tema, hasta que el 24 de marzo nos llamaron de la agencia de Nueva York que organiza las conferencias de muchos de los pesos pesados de la política norteamericana: ´Mister Al Gore puede estar con ustedes a finales de junio´."
Vandana Shiva era la persona ideal para compartir cartel con Al Gore. Una activista comprometida con los pobres de India, con el medio ambiente y con las mujeres, que ha recibido muchos premios internacionales. Pero luego había que invitar a los principales cargos españoles y catalanes, y a todas las organizaciones relacionadas con el medio ambiente. Sería el I Encuentro Internacional Amigos de los Árboles. La ministra Cristina Narbona en seguida aceptó la invitación.
Valero cree que uno de los puntos clave de su carta fue comprometerse con la permacultura. Al Gore es un experto mundial en el desarrollo de este concepto, que busca aplicar todos los campos del conocimiento a la agricultura. Ello produce resultados espectaculares: en algunos lugares de Brasil, la producción se ha multiplicado por 18 en cinco años. Valero se reunió con Gore durante 45 minutos antes de la conferencia y el político le citó este concepto en distintas ocasiones. No sólo es importante plantar árboles, sino la manera cómo se hace y las especies que se escogen.
Gore preguntó de todo, en especial sobre el sistema de plantación y el uso de la agricultura ecológica, e insistió en que cada lugar requería el árbol adecuado. El político se interesó también por el tipo de personas que asistían al acto. El contrato draconiano que sus representantes mandaron ponía ya mucho énfasis en este aspecto, y pedía currículos y detalles de todos los participantes. Tenía muy en cuenta que todos los nombres de la lista fueran "sostenibles".
Durante la comida, Gore abundó en la necesidad de racionalizar la agricultura y puso como ejemplo las cerezas y los tomates, "en especial en España, un país con un clima que propicia todo tipo de cultivos". "Es una locura consumir verduras sin vitaminas y luego tomar compuestos en forma de pastilla". "Es irracional traer cerezas de Chile en diciembre. Además de la calidad de la fruta, hay que tener en cuenta la cantidad de CO 2 que los aviones vierten a la atmósfera para transportarla. Es una locura", recalcaba Gore, que demostró estar al corriente de temas muy diversos, como los beneficios diuréticos del agua marina, un aspecto que debatió con Enric Casi, director general de Mango.
Gore prestó atención a un cactus vivo que Gabriel Ferraté llevaba prendido de su teléfono móvil. "Un invento de los japoneses que tengo que preocuparme de regar de vez en cuando", explicó Ferraté que acudió en calidad de presidente del Consell Assessor per al Desenvolupament Sostenible. Pasqual Maragall, que estaba sentado frente a Gore en la mesa, aprovechó para cambiar de silla cuando Cristina Narbona abandonó su lugar a la derecha del Padre a media comida. Ferraté, muy aficionado a la fotografía, aprovechó para tomar unas instantáneas. "Un tipo campechano este Gore, muy natural y relajado", explicó el ex rector de la UOC y la UPC.
Gore sorprendió a sus interlocutores por su conocimiento de Barcelona, que dijo haber visitado muchas veces, y en su conferencia abordó temas españoles en diferentes ocasiones. Exhibió el audiovisual en catalán, contrariamente a lo que hizo, por ejemplo, Imma Mayol en su intervención. Gore demostró ser también "ecológico" en materia lingüística.
Con Vandana Shiva debatió sobre los idiomas que utilizar en sus intervenciones en India. "Había pensado usar cinco lenguas, ¿qué le parece a usted". El político no puede multiplicarse. Desestima una cincuentena de peticiones diarias para impartir su conferencia y está preparando a un equipo de personas para que lo hagan por él.
Además de Coca-Cola diet,Al Gore solicitó en el hotel y en el camerino agua con gas y frutos secos variados. Mientras su marido hacía el bolo,su discreta esposa, Tipper, pidió que la llevaran a la Rambla. A las ocho de la tarde, después de una ducha rápida, dos Mercedes 220 clase E llevaron al matrimonio y a su asistente de vuelta a El Prat. Dormirían en Las Palmas de Gran Canaria, donde el político ejerce hoy de nuevo su oficio de activista global. Por la tarde, repetirá en Santa Cruz de Tenerife. No puede parar, su hercúlea misión consiste en salvar el mundo y debe darse mucha prisa.
Fuente: La Vanguardia
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