EL 71% de la población española respira un aire que perjudica su salud
El 89% de las ciudades de más de 100.000 habitantes superan los niveles permitidos de contaminación. El 71% de la población española respira niveles de partículas superiores a los permitidos, que generan alergias, asma, enfermedades respiratorias y cardiovasculares y aumento de la mortalidad infantil. Son datos obtenidos por el Observatorio de la Sostenibilidad de la Universidad de Alcalá de Henares para el Ministerio de Medio Ambiente y a los que ha tenido acceso el diario El País.
El observatorio prepara desde hace un año un macroestudio sobre la situación en España. El responsable de las estimaciones es Roberto San José, prestigioso catedrático de la Politécnica de Madrid. El macroestudio sobre contaminación será presentado en septiembre por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y oficialmente sigue secreto.
Sólo Palma de Mallorca, San Sebastián, Badajoz y Cartagena cumplen los niveles aceptables de calidad del aire de todos los contaminantes. Otras 50 ciudades, desde Madrid a Badalona, vulneran esos niveles y colocan a la población por encima de los umbrales aceptables para la salud, según el mapa de la contaminación con datos del Ministerio de Medio Ambiente. Algunas localidades como Cádiz y Tarragona, aparecen en el listado con datos incompletos, pero si se observan los niveles de contaminación en 2006, también exceden los máximos permitidos.
En resumen: 50 grandes ciudades incumplen los niveles considerados seguros; cuatro cumplen y en Vigo y A Coruña no hay datos suficientes para evaluarlas. Capitales como León, Segovia y Toledo, también exceden los límites, según un estudio de Ecologistas en Acción basado en datos oficiales.
El ministerio reconoce que la cifra de afectados por la contaminación ronda los 17 millones, pero si se tiene en cuenta que la polución afecta a todas las grandes áreas metropolitanas y a grandes núcleos industriales, como Torrelavega, Bailén, Algeciras o Ponferrada, esa cifra es mucho mayor.
En España hay 1,3 coches por cada hogar y un 55% de ellos tienen motores diésel, que contaminan más que los de gasolina. Eso, unido a la concentración de la población en grandes aglomeraciones, da un resultado fácilmente predecible: aire sucio.
El secretario general para la Prevención de la Contaminación, Arturo Gonzalo Aizpiri, afirma que "la contaminación del aire es uno de los principales problemas que tiene el medio ambiente en España. Casi todas las ciudades incumplen alguno de los niveles de calidad del aire".
El problema es que no hay un único índice para medir la polución ni un único contaminante. Un ejemplo: los automóviles, las canteras, el polvo o las calderas de carbón producen partículas microscópicas que llegan a los pulmones y afectan al aparato circulatorio y respiratorio. La concentración media anual no puede superar los 40 microgramos por metro cúbico y la normativa permite rebasar los 50 durante 35 días al año (ya que a veces las condiciones meteorológicas impiden que se limpie el aire). Así, aunque muchas ciudades cumplen el límite anual, la inmensa mayoría incumple el de los 35 días.
En 2006, Madrid superó ese umbral durante 182 días (uno de cada dos), según un estudio de Ecologistas en Acción con datos oficiales. Barcelona lo superó 100 días y Zaragoza, 167.
La foto de la contaminación no es sencilla. Cada ayuntamiento y cada comunidad tienen sus estaciones de medición y son las encargadas de remitirle los datos al ministerio (a veces con retraso y otras de forma parcial). Éste los agrega y los publica por bloques: ciudades de más de 500.000 habitantes, de más de 250.000....
El estudio que cada año difunde Ecologistas en Acción a partir de las webs de todos los ayuntamientos quizá sea la forma más fiable, junto con el listado realizado a partir de los informes que cada año el ministerio envía a la Comisión Europea sobre contaminación en España.
Para paliar la falta de información, el Observatorio de la Sostenibilidad de la Universidad de Alcalá de Henares y Medio Ambiente preparan desde hace un año un macroestudio sobre la situación en España. Además de agrupar las mediciones existentes, los responsables del estudio pidieron a la Universidad Politécnica de Madrid una estimación de la situación basada en un modelo informático.
El resultado, para alarma de los que lo encargaron, es que el 71,9% de la población vive en ciudades con más de 35 días al año con concentraciones excesivas de partículas; el 31,89% a una media anual de partículas mayor de lo legalmente establecido, y el 38,08% a valores anuales de dióxido de nitrógeno (NO2, producto del tráfico y que irrita las vías respiratorias) por encima del límite.
Según José María Baldasano, del Laboratorio de Modelización Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña, "el tráfico es el principal responsable: tenemos que echar al coche de las ciudades para que mejore nuestra calidad de vida, no sólo en contaminación sino también en ruido y en comodidad". Aipziri coincide en que la mejor medida contra la contaminación es "limitar el tráfico, fomentar el transporte público y el no motorizado y restringir las calderas de carbón".
Aunque los coches contaminan menos que hace 10 años, el aumento del parque de automóviles compensa esa mejora y la polución se mantiene. En las zonas industriales el problema lo generan las fábricas.
Incumplir las normas tiene altos costes en la salud. Un estudio de la Comisión Europea atribuye 16.000 muertes al año en España a la contaminación. Y sin embargo, no supone un coste para ningún político. Ecologistas en Acción denuncia cada año en el juzgado al Ayuntamiento de Madrid por la polución y el caso se archiva de forma casi automática.
El ministerio intentará con la nueva Ley de Calidad del Aire mejorar los resultados y evitar que España se siga alejando de los límites marcados por Bruselas que, además, se harán más estrictos a partir de 2010. La ley, que en septiembre estará aprobada, obliga a las ciudades de más de 100.000 habitantes a elaborar planes de movilidad si se superan los niveles de contaminación, a hacer públicos los datos de forma comprensible y a limitar la urbanización en zonas ya contaminadas. La norma cambia el impuesto de matriculación de los coches para que los más contaminantes paguen más impuestos y los ecológicos, menos.
Muchos responsables municipales se escudan en que la meteorología en España impide cumplir la legislación europea. La falta de lluvia y la llegada de polvo del Sáhara, dicen, dispara necesariamente los umbrales de polución. Aizpiri lo niega: "España no necesita otro clima, necesita decisión para combatir la contaminación. Es cierto que en otras partes de Europa llueve más pero también tienen ciudades más dispersas que obligan a usar más el coche". Además, las superaciones de óxidos de nitrógeno no tienen origen natural. Y ahí también suspende España.
La paradoja del ozono
La mayoría de las ciudades de más de 100.000 habitantes cumplen los niveles de contaminación por ozono y, sin embargo, España es el país europeo que más incumple los niveles de seguridad para el ozono. La paradoja se debe a que los precursores del ozono se forman en las grandes ciudades por el tráfico principalmente. Los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos que salen de los tubos de escape, cuando hace sol y calor, reaccionan fuera de la ciudad, a kilómetros de distancia, y forman el ozono troposférico (de baja altura), que irrita las vías respiratorias.
El 99% de la población está expuesta en algún momento del verano a más de 180 microgramos, el umbral que obliga a "informar a la población". El 4 de julio pasado, Teruel registró 250 microgramos por metro cúbico, récord europeo del año, sólo detrás de una estación griega, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
A partir de 240 microgramos durante una hora hay que "alertar" a la población para que no haga deporte, pero muchas veces se incumple. En el sur de Francia, en verano, es frecuente que las autopistas limiten la velocidad por debajo de los 120 kilómetros por hora para reducir la contaminación por ozono.
El observatorio prepara desde hace un año un macroestudio sobre la situación en España. El responsable de las estimaciones es Roberto San José, prestigioso catedrático de la Politécnica de Madrid. El macroestudio sobre contaminación será presentado en septiembre por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y oficialmente sigue secreto.
Sólo Palma de Mallorca, San Sebastián, Badajoz y Cartagena cumplen los niveles aceptables de calidad del aire de todos los contaminantes. Otras 50 ciudades, desde Madrid a Badalona, vulneran esos niveles y colocan a la población por encima de los umbrales aceptables para la salud, según el mapa de la contaminación con datos del Ministerio de Medio Ambiente. Algunas localidades como Cádiz y Tarragona, aparecen en el listado con datos incompletos, pero si se observan los niveles de contaminación en 2006, también exceden los máximos permitidos.
En resumen: 50 grandes ciudades incumplen los niveles considerados seguros; cuatro cumplen y en Vigo y A Coruña no hay datos suficientes para evaluarlas. Capitales como León, Segovia y Toledo, también exceden los límites, según un estudio de Ecologistas en Acción basado en datos oficiales.
El ministerio reconoce que la cifra de afectados por la contaminación ronda los 17 millones, pero si se tiene en cuenta que la polución afecta a todas las grandes áreas metropolitanas y a grandes núcleos industriales, como Torrelavega, Bailén, Algeciras o Ponferrada, esa cifra es mucho mayor.
En España hay 1,3 coches por cada hogar y un 55% de ellos tienen motores diésel, que contaminan más que los de gasolina. Eso, unido a la concentración de la población en grandes aglomeraciones, da un resultado fácilmente predecible: aire sucio.
El secretario general para la Prevención de la Contaminación, Arturo Gonzalo Aizpiri, afirma que "la contaminación del aire es uno de los principales problemas que tiene el medio ambiente en España. Casi todas las ciudades incumplen alguno de los niveles de calidad del aire".
El problema es que no hay un único índice para medir la polución ni un único contaminante. Un ejemplo: los automóviles, las canteras, el polvo o las calderas de carbón producen partículas microscópicas que llegan a los pulmones y afectan al aparato circulatorio y respiratorio. La concentración media anual no puede superar los 40 microgramos por metro cúbico y la normativa permite rebasar los 50 durante 35 días al año (ya que a veces las condiciones meteorológicas impiden que se limpie el aire). Así, aunque muchas ciudades cumplen el límite anual, la inmensa mayoría incumple el de los 35 días.
En 2006, Madrid superó ese umbral durante 182 días (uno de cada dos), según un estudio de Ecologistas en Acción con datos oficiales. Barcelona lo superó 100 días y Zaragoza, 167.
La foto de la contaminación no es sencilla. Cada ayuntamiento y cada comunidad tienen sus estaciones de medición y son las encargadas de remitirle los datos al ministerio (a veces con retraso y otras de forma parcial). Éste los agrega y los publica por bloques: ciudades de más de 500.000 habitantes, de más de 250.000....
El estudio que cada año difunde Ecologistas en Acción a partir de las webs de todos los ayuntamientos quizá sea la forma más fiable, junto con el listado realizado a partir de los informes que cada año el ministerio envía a la Comisión Europea sobre contaminación en España.
Para paliar la falta de información, el Observatorio de la Sostenibilidad de la Universidad de Alcalá de Henares y Medio Ambiente preparan desde hace un año un macroestudio sobre la situación en España. Además de agrupar las mediciones existentes, los responsables del estudio pidieron a la Universidad Politécnica de Madrid una estimación de la situación basada en un modelo informático.
El resultado, para alarma de los que lo encargaron, es que el 71,9% de la población vive en ciudades con más de 35 días al año con concentraciones excesivas de partículas; el 31,89% a una media anual de partículas mayor de lo legalmente establecido, y el 38,08% a valores anuales de dióxido de nitrógeno (NO2, producto del tráfico y que irrita las vías respiratorias) por encima del límite.
Según José María Baldasano, del Laboratorio de Modelización Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña, "el tráfico es el principal responsable: tenemos que echar al coche de las ciudades para que mejore nuestra calidad de vida, no sólo en contaminación sino también en ruido y en comodidad". Aipziri coincide en que la mejor medida contra la contaminación es "limitar el tráfico, fomentar el transporte público y el no motorizado y restringir las calderas de carbón".
Aunque los coches contaminan menos que hace 10 años, el aumento del parque de automóviles compensa esa mejora y la polución se mantiene. En las zonas industriales el problema lo generan las fábricas.
Incumplir las normas tiene altos costes en la salud. Un estudio de la Comisión Europea atribuye 16.000 muertes al año en España a la contaminación. Y sin embargo, no supone un coste para ningún político. Ecologistas en Acción denuncia cada año en el juzgado al Ayuntamiento de Madrid por la polución y el caso se archiva de forma casi automática.
El ministerio intentará con la nueva Ley de Calidad del Aire mejorar los resultados y evitar que España se siga alejando de los límites marcados por Bruselas que, además, se harán más estrictos a partir de 2010. La ley, que en septiembre estará aprobada, obliga a las ciudades de más de 100.000 habitantes a elaborar planes de movilidad si se superan los niveles de contaminación, a hacer públicos los datos de forma comprensible y a limitar la urbanización en zonas ya contaminadas. La norma cambia el impuesto de matriculación de los coches para que los más contaminantes paguen más impuestos y los ecológicos, menos.
Muchos responsables municipales se escudan en que la meteorología en España impide cumplir la legislación europea. La falta de lluvia y la llegada de polvo del Sáhara, dicen, dispara necesariamente los umbrales de polución. Aizpiri lo niega: "España no necesita otro clima, necesita decisión para combatir la contaminación. Es cierto que en otras partes de Europa llueve más pero también tienen ciudades más dispersas que obligan a usar más el coche". Además, las superaciones de óxidos de nitrógeno no tienen origen natural. Y ahí también suspende España.
La paradoja del ozono
La mayoría de las ciudades de más de 100.000 habitantes cumplen los niveles de contaminación por ozono y, sin embargo, España es el país europeo que más incumple los niveles de seguridad para el ozono. La paradoja se debe a que los precursores del ozono se forman en las grandes ciudades por el tráfico principalmente. Los óxidos de nitrógeno y los compuestos orgánicos que salen de los tubos de escape, cuando hace sol y calor, reaccionan fuera de la ciudad, a kilómetros de distancia, y forman el ozono troposférico (de baja altura), que irrita las vías respiratorias.
El 99% de la población está expuesta en algún momento del verano a más de 180 microgramos, el umbral que obliga a "informar a la población". El 4 de julio pasado, Teruel registró 250 microgramos por metro cúbico, récord europeo del año, sólo detrás de una estación griega, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
A partir de 240 microgramos durante una hora hay que "alertar" a la población para que no haga deporte, pero muchas veces se incumple. En el sur de Francia, en verano, es frecuente que las autopistas limiten la velocidad por debajo de los 120 kilómetros por hora para reducir la contaminación por ozono.
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