Pescado y fruta para combatir el asma
Según un estudio reciente, la vitamina C de la fruta y los ácidos grasos omega 3 del pescado podrían ayudar a aliviar los síntomas del asma de los adolescentes.
"Los adolescentes que ingerían la menor cantidad de frutas, vitamina C y ácidos grasos omega 3 tendían a tener una menor función pulmonar y a informar sobre más síntomas respiratorios que los que tenían una ingesta mayor", aseguró Jane Burns, autora del estudio y becaria de investigación de la Facultad de salud pública de la Harvard en Boston.
"Este es un momento en sus vidas en el que deberían tener una buena función pulmonar y quizá no sea así. Esto podría afectar la función pulmonar posteriormente en la vida", agregó Burns.
Los resultados del estudio aparecen en la edición de julio de Chest.
Según el U.S. National Heart, Lung, and Blood Institute, cerca de 20 millones de estadounidenses, de los cuales 9 millones son niños, tienen asma. Aunque la causa exacta de la enfermedad sigue siendo desconocida, los médicos sí saben que la inflamación subyacente de las vías aéreas es un factor clave de la enfermedad. Los tratamientos preventivos para el asma están dirigidos a reducir esa inflamación.
Burns y su colega incluyeron a más de 2,000 estudiantes de decimosegundo grado de 12 áreas de los EE.UU. y Canadá para el estudio actual. Durante el curso de un año, le preguntaron a los adolescentes sobre sus dietas, sus problemas generales de salud y respiratorios y también examinaron la función pulmonar de los adolescentes.
La mayoría de los adolescentes eran de raza blanca, cerca de la tercera parte tenía exceso de peso y cerca de las tres cuartas partes no tomaba un multivitamínico a diario. Cerca de la cuarta parte de los adolescentes estudiados fumaba.
Muchos de los adolescentes, cerca de la cuarta parte, tenían deficiencias en la dieta en cuanto al consumo de frutas, verduras, vitaminas A y E, betacaroteno y ácidos grasos omega 3. Un sorprendente 86 por ciento no consumía las cinco o nueve porciones de frutas y verduras recomendadas para cada día.
Los investigadores también encontraron que el consumo de menos de la cuarta parte de una porción de fruta a diario causaba un promedio más bajo de puntajes de función pulmonar. Una ingesta baja de vitamina E, menos de 5.2 mg diarios, se relacionó con un aumento en el riesgo del asma reportada.
Finalmente, una ingesta baja de ácidos grasos omega 3, menos de 22 miligramos diarios, se relacionó con un aumento en las probabilidades de bronquitis crónica, respiración sibilante y asma. De hecho, los que tuvieron la menor ingesta de ácidos grasos omega 3 tuvieron al menos 70 por ciento más probabilidades de informar sobre síntomas de asma.
Hubo un ligero aumento en las probabilidades ajustadas (cerca de 6 por ciento) de desarrollar bronquitis crónica o aguda en los fumadores adolescentes cuyo promedio era inferior a 85 mg diarios de vitamina C, en comparación con los fumadores que ingerían la mayor cantidad de vitamina C.
Burns aseguró que considera que las dietas saludables ayudan a las vías aéreas de varias maneras. Una es reducir la inflamación y la otra surge de los efectos útiles de los antioxidantes.
"El asma es un estado físico en el que hay mucho estrés oxidativo, por lo que una ingesta elevada de antioxidantes podría ayudar a las células pulmonares a ser menos sensibles al estrés oxidativo", aseguró Burns.
"Uno sí es lo que come", agregó la Dr. Jane Krasnick, jefa de alergia e inmunología del Hospital St. John Macomb-Oakland de Warren, Michigan. "Lo que uno come puede hacer la diferencia. Pasamos mucho tiempo preocupándonos por lo que inhalamos y por las exposiciones ambientales. Quizá deberíamos pensar más en lo que le echamos a nuestro organismo [como alimento] también", señaló.
Tanto Burns como Krasnick recomendaron que los adolescentes aumenten su ingesta de frutas frescas y pescado siempre que sea posible. Burns agregó que los adolescentes deben tomar un multivitamínico a diario. Aunque un multivitamínico no es tan bueno como una comida saludable, "las vitaminas son muy útiles y fáciles de tomar", dijo.
"Los adolescentes que ingerían la menor cantidad de frutas, vitamina C y ácidos grasos omega 3 tendían a tener una menor función pulmonar y a informar sobre más síntomas respiratorios que los que tenían una ingesta mayor", aseguró Jane Burns, autora del estudio y becaria de investigación de la Facultad de salud pública de la Harvard en Boston.
"Este es un momento en sus vidas en el que deberían tener una buena función pulmonar y quizá no sea así. Esto podría afectar la función pulmonar posteriormente en la vida", agregó Burns.
Los resultados del estudio aparecen en la edición de julio de Chest.
Según el U.S. National Heart, Lung, and Blood Institute, cerca de 20 millones de estadounidenses, de los cuales 9 millones son niños, tienen asma. Aunque la causa exacta de la enfermedad sigue siendo desconocida, los médicos sí saben que la inflamación subyacente de las vías aéreas es un factor clave de la enfermedad. Los tratamientos preventivos para el asma están dirigidos a reducir esa inflamación.
Burns y su colega incluyeron a más de 2,000 estudiantes de decimosegundo grado de 12 áreas de los EE.UU. y Canadá para el estudio actual. Durante el curso de un año, le preguntaron a los adolescentes sobre sus dietas, sus problemas generales de salud y respiratorios y también examinaron la función pulmonar de los adolescentes.
La mayoría de los adolescentes eran de raza blanca, cerca de la tercera parte tenía exceso de peso y cerca de las tres cuartas partes no tomaba un multivitamínico a diario. Cerca de la cuarta parte de los adolescentes estudiados fumaba.
Muchos de los adolescentes, cerca de la cuarta parte, tenían deficiencias en la dieta en cuanto al consumo de frutas, verduras, vitaminas A y E, betacaroteno y ácidos grasos omega 3. Un sorprendente 86 por ciento no consumía las cinco o nueve porciones de frutas y verduras recomendadas para cada día.
Los investigadores también encontraron que el consumo de menos de la cuarta parte de una porción de fruta a diario causaba un promedio más bajo de puntajes de función pulmonar. Una ingesta baja de vitamina E, menos de 5.2 mg diarios, se relacionó con un aumento en el riesgo del asma reportada.
Finalmente, una ingesta baja de ácidos grasos omega 3, menos de 22 miligramos diarios, se relacionó con un aumento en las probabilidades de bronquitis crónica, respiración sibilante y asma. De hecho, los que tuvieron la menor ingesta de ácidos grasos omega 3 tuvieron al menos 70 por ciento más probabilidades de informar sobre síntomas de asma.
Hubo un ligero aumento en las probabilidades ajustadas (cerca de 6 por ciento) de desarrollar bronquitis crónica o aguda en los fumadores adolescentes cuyo promedio era inferior a 85 mg diarios de vitamina C, en comparación con los fumadores que ingerían la mayor cantidad de vitamina C.
Burns aseguró que considera que las dietas saludables ayudan a las vías aéreas de varias maneras. Una es reducir la inflamación y la otra surge de los efectos útiles de los antioxidantes.
"El asma es un estado físico en el que hay mucho estrés oxidativo, por lo que una ingesta elevada de antioxidantes podría ayudar a las células pulmonares a ser menos sensibles al estrés oxidativo", aseguró Burns.
"Uno sí es lo que come", agregó la Dr. Jane Krasnick, jefa de alergia e inmunología del Hospital St. John Macomb-Oakland de Warren, Michigan. "Lo que uno come puede hacer la diferencia. Pasamos mucho tiempo preocupándonos por lo que inhalamos y por las exposiciones ambientales. Quizá deberíamos pensar más en lo que le echamos a nuestro organismo [como alimento] también", señaló.
Tanto Burns como Krasnick recomendaron que los adolescentes aumenten su ingesta de frutas frescas y pescado siempre que sea posible. Burns agregó que los adolescentes deben tomar un multivitamínico a diario. Aunque un multivitamínico no es tan bueno como una comida saludable, "las vitaminas son muy útiles y fáciles de tomar", dijo.
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