Enfados y estrés enferman el corazón
En los hombres que suelen tener su presión arterial en el límite superior, la disposición al enojo empeoraría el problema y elevaría el riesgo de enfermedad cardíaca, sugirió un nuevo estudio.
Además, los investigadores hallaron que el estrés a largo plazo generaría ese mismo efecto tanto en los varones como en las mujeres.
Anteriormente se había relacionado el estrés crónico y la facilidad para enojarse con el riesgo de enfermedad cardíaca.
Los nuevos resultados apuntan a los efectos particulares que tendrían estos factores en las personas con "prehipertensión", dijo a Reuters Health el autor del estudio, el doctor Marty S. Player.
"Esto nos da una mejor comprensión sobre los riesgos relacionados con esta categoría de la presión sanguínea relativamente nueva", explicó Player, de la Medical University of South Carolina en Charleston.
La prehipertensión es un factor de riesgo para desarrollar presión arterial elevada. La presión normal se ubica en algún punto por debajo de 120/80, según las lecturas superior (sistólica) e inferior (diastólica).
En tanto, la prehipertensión se define por una presión sistólica de 120 a 139 o una presión diastólica de entre 80 y 89, señaló el equipo de Player en Annals of Family Medicine.
Para investigar los efectos de los factores psicológicos sobre el avance de la prehipertensión, el equipo empleó datos de un estudio a largo plazo sobre los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca entre estadounidenses de 45 a 64 años.
Al comienzo de ese estudio, los participantes completaron cuestionarios estándar sobre el estrés psicológico crónico y la tendencia a tener generalmente perspectivas negativas y reacciones hostiles.
El equipo de Player se focalizó en 2.334 participantes que inicialmente carecían de problemas del corazón pero que tenían prehipertensión.
Los investigadores hallaron que, entre los hombres, los que tenían calificaciones más altas respecto de las actitudes relacionadas con la ira eran un 71 por ciento más propensos que sus pares más tranquilos a desarrollar hipertensión en los siguientes cuatro a ocho años.
Del mismo modo, su riesgo de padecer enfermedad cardíaca fue casi dos veces superior.
Tanto en los hombres como en las mujeres, el estrés crónico pareció elevar el riesgo de avance de la enfermedad cardíaca. Las personas con alto nivel de estrés eran un 68 por ciento más proclives a desarrollar enfermedad coronaria que los hombres y mujeres que registraban menos estrés.
Los científicos consideraron que el enojo y el estrés crónicos contribuirían a la enfermedad cardíaca al provocar una activación sostenida del sistema nervioso. Asimismo, las personas con temperamentos hostiles serían reticentes a cambiar sus hábitos de vida o a seguir el consejo médico.
Además, los investigadores hallaron que el estrés a largo plazo generaría ese mismo efecto tanto en los varones como en las mujeres.
Anteriormente se había relacionado el estrés crónico y la facilidad para enojarse con el riesgo de enfermedad cardíaca.
Los nuevos resultados apuntan a los efectos particulares que tendrían estos factores en las personas con "prehipertensión", dijo a Reuters Health el autor del estudio, el doctor Marty S. Player.
"Esto nos da una mejor comprensión sobre los riesgos relacionados con esta categoría de la presión sanguínea relativamente nueva", explicó Player, de la Medical University of South Carolina en Charleston.
La prehipertensión es un factor de riesgo para desarrollar presión arterial elevada. La presión normal se ubica en algún punto por debajo de 120/80, según las lecturas superior (sistólica) e inferior (diastólica).
En tanto, la prehipertensión se define por una presión sistólica de 120 a 139 o una presión diastólica de entre 80 y 89, señaló el equipo de Player en Annals of Family Medicine.
Para investigar los efectos de los factores psicológicos sobre el avance de la prehipertensión, el equipo empleó datos de un estudio a largo plazo sobre los factores de riesgo de la enfermedad cardíaca entre estadounidenses de 45 a 64 años.
Al comienzo de ese estudio, los participantes completaron cuestionarios estándar sobre el estrés psicológico crónico y la tendencia a tener generalmente perspectivas negativas y reacciones hostiles.
El equipo de Player se focalizó en 2.334 participantes que inicialmente carecían de problemas del corazón pero que tenían prehipertensión.
Los investigadores hallaron que, entre los hombres, los que tenían calificaciones más altas respecto de las actitudes relacionadas con la ira eran un 71 por ciento más propensos que sus pares más tranquilos a desarrollar hipertensión en los siguientes cuatro a ocho años.
Del mismo modo, su riesgo de padecer enfermedad cardíaca fue casi dos veces superior.
Tanto en los hombres como en las mujeres, el estrés crónico pareció elevar el riesgo de avance de la enfermedad cardíaca. Las personas con alto nivel de estrés eran un 68 por ciento más proclives a desarrollar enfermedad coronaria que los hombres y mujeres que registraban menos estrés.
Los científicos consideraron que el enojo y el estrés crónicos contribuirían a la enfermedad cardíaca al provocar una activación sostenida del sistema nervioso. Asimismo, las personas con temperamentos hostiles serían reticentes a cambiar sus hábitos de vida o a seguir el consejo médico.
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