Los desastres son ya inevitables

Los desastres son ya inevitables

23 Octubre 2007
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Aunque se tomen medidas eficaces frente al cambio climático, el daño está ya hecho. Los científicos han identificado impactos del calentamiento del planeta que son inevitables este siglo, se haga lo que se haga: será mayor el riesgo de padecer escasez de agua y sequías en algunas regiones tropicales y subtropicales; se inundarán costas debido a la subida del nivel del mar; se perderán colonias de corales y muchas especies sufrirán graves alteraciones, o incluso extinción. Los expertos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), organismo científico de Naciones Unidas que recibe este año el Premio Nobel de la Paz -junto con Albert Gore- apenas dejan un resquicio de duda sobre estos efectos en su cuarto informe de evaluación (AR4), cuyo borrador ya listo para su debate y aprobación el mes que viene en Valencia.

La concentración de CO2 en el aire sube más rápido de lo esperado
Los conocimientos científicos del clima han experimentado un crecimiento y profundidad espectaculares desde que, hace 17 años, se hizo el primer informe del IPCC, y ahora los expertos están seguros de que el cambio climático es una realidad. Además, saben que el fenómeno está provocado por al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la especie humana (sobre todo el uso de combustibles fósiles y la intensificación del uso de la tierra), desde hace 250 años. El informe del IPCC concluye que las variaciones de la radiación solar y el efecto de las erupciones volcánicas habrían producido en los últimos 50 años enfriamiento.

Sin embargo, los datos registrados demuestran que la temperatura media de la superficie de la Tierra ha subido 0,74 grados centígrados en los últimos cien años; que los hielos árticos han retrocedido entre un 2,7% y un 3,3% por década desde 1978 (7,4% al final del verano) y que el nivel del mar sube 1,8 milímetros al año desde 1961 hasta ahora (3,1 milímetros anuales desde 1993).

El IPCC proporciona la información básica para la toma de decisiones políticas, y en este cuarto informe se hace hincapié en que tan importante como contener las emisiones para hacer frente al cambio climático es poner en marcha medidas de adaptación a sus efectos. Ninguna tecnología existente o en perspectiva será una panacea por sí misma, y habrá que combinar diferentes opciones. Los estudios económicos indican que entre un 60% y un 80% de la reducción de emisiones necesaria para ralentizar el calentamiento se puede lograr en el sector del suministro y uso energético, así como en la industria.

El borrador del informe final es la síntesis de los tres documentos parciales de los tres grandes grupos de trabajo, ya presentados en la primera mitad del año, y en él los científicos constatan que las emisiones de gases de efecto invernadero han crecido un 70% desde 1970 a 2004.

Los resultados más recientes que la ciencia del clima está obteniendo -y que se incluirán ya en el próximo informe, AR5- corroboran las conclusiones actuales del IPCC e incluso son más preocupantes.

El último estudio, que se presenta hoy, muestra que la concentración de CO2 en la atmósfera está subiendo más rápido de lo que se esperaba. El crecimiento de la economía mundial es responsable del 65% de esa aceleración registrada entre 2000 y 2006, dicen los científicos. Pero el 35% restante se debe a dos factores: un 18% a la menor eficiencia de absorción de CO2 del sistema terrestre y de los océanos (sumideros); un 17% al aumento de la intensidad (energía invertida por unidad producida). La variación de la concentración de CO2 en la atmósfera y su ritmo de crecimiento es el balance del volumen de emisiones, por un lado, y la capacidad de los sumideros. "La evolución a largo plazo de este equilibrio determinará en gran medida la velocidad y la magnitud del cambio climático inducido por el hombre y las medidas de mitigación necesarias para estabilizar las concentraciones de CO2 en la atmósfera en un nivel determinado", afirman Josep G. Canadell y sus colegas en la revista Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias (EE UU).

El volumen de CO2 en el aire fue en 2006 de 231 partes por millón, "la más alta de los últimos 650.000 años y probablemente de los últimos 20 millones de años", afirman estos científicos del Global Carbon Proyect (Universidad de East Anglia y Servicio Antártico Británico).