El éxito y la calidad de la agricultura biodinámica

El éxito y la calidad de la agricultura biodinámica

28 Noviembre 2007
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Los alimentos biodinámicos tienen cada vez más adeptos. Han transcurrido 80 años desde que el filósofo austríaco Rudolph Steiner pronunció las ocho conferencias que crearon la base de la agricultura biodinámica. Actualmente, el movimiento se ha extendido a todo el mundo. En Alemania hay 1.331 fincas biodinámicas; en Canadá, alrededor de 30; en Nueva Zelanda, 42; en Suiza, 215; en Italia, 250, y en Gran Bretaña, 122.

Aunque lentamente, la alimentación biodinámica ha empezado a introducirse en el mercado normal y adquirir fama por su excepcional calidad. Por ejemplo, en Gran Bretaña tienen el cerdo Heritage Prime, el té y el café Hampstead, las manzanas Tablehurst, el queso y el yogur Old Plaw Hatch y una larga lista de vinos biodinámicos, todos ganadores de premios y menciones por la intensidad y vitalidad de su sabor.

Aylie Cooke, una de las jefas de compras de la cadena de tiendas de alimentos sanos y comida orgánica británica Fresh and Wild, dice que actualmente se dispone de muchos más productos biodinámicos que hace cinco años, y que ha notado que los consumidores están más concienciados y tienen más interés. Fresh and Wild tiene intención de organizar un cursillo sobre biodinámica para asegurarse de que su plantilla puede explicar realmente el significado de estos productos.

Una finca biodinámica es un organismo vivo en el contexto del planeta y del cosmos, que no usa productos químicos en la tierra ni con los animales, que sólo utiliza la medicina homeopática y los 'preparados' (siete recetas creadas por Steiner), y que emplea como abono los desechos vegetales y animales de la propia granja.

Además, una finca biodinámica debe ser tan autosuficiente como sea posible; debe combinar, preferiblemente, la agricultura y la ganadería, y debe realizar la siembra y la cosecha tomando en consideración la órbita de la Luna y las constelaciones. La tierra, las lombrices de arena y la actividad microbiana bajo la superficie son los aspectos más importantes, porque una tierra saludable produce comida saludable, y la comida saludable, a su vez, mentes saludables.

Steiner dedicó su vida a la ciencia y la espiritualidad. Estaba convencido de que la mala calidad de las prácticas agrícolas iba a producir un descenso de los niveles de nutrientes y de la fuerza vital de animales y plantas, lo que conduciría a nuestro declive espiritual. "La nutrición actual no proporciona la fuerza necesaria para que se manifieste el espíritu en la vida física", decía a sus seguidores.

El doctor Carlo Leifert, que dirige la investigación más importante sobre producción natural llevada a cabo por la Unión Europea, además de haberse criado entre agricultores biodinámicos, dice: "Para la comunidad académica, la idea de tener en cuenta los ciclos lunares en la siembra resulta estrambótica, así que nadie consigue dinero de los organismos de financiación para investigarla. Personalmente, creo que la posible influencia de la luna sería marginal en comparación con otros factores, pero ¿quién sabe?".

El más conocido de los preparados bidinámicos es el 'Preparado 500': se introduce estiércol en un cuerno de vaca y se mantiene enterrado durante el invierno; después se mezcla en proporciones homeopáticas con litros y litros de agua, y se remueve primero en el sentido de las agujas del reloj, y después en sentido contrario, exactamente durante una hora, antes de rociar con él la tierra. Los otros preparados incluyen la sílice molida para las plantas y la adición de hierbas, como milenrama, manzanilla y diente de león al siempre importante montón de abono.

En 1993, en una investigación publicada en la revista 'Science' y realizada en Nueva Zelanda por el profesor John Reganold, de la Universidad del Estado de Washington, se llegó a la conclusión de que el abono biodinámico es realmente de mejor calidad que el utilizado en las explotaciones convencionales. En al año 2002, en un estudio suizo realizado por FiBL ("tal vez la institución europea centrada en la investigación de productos puramente naturales que goza de mayor consideración", afirma Leifert) y publicado por Science, se concluyó que los suelos biodinámicos muestran mayor biodiversidad y mayores niveles de actividad microbiana que los suelos convencionales o de agricultura orgánica.

La concentración microbiana elevada es un factor positivo: cuanto más alta sea, mejor calidad tiene el suelo. Pero todavía no se sabe por qué tienen condiciones tan maravillosas los suelos biodinámicos, así que FiBL ha iniciado otra investigación para descubrirlo, mientras el Michael Fields Centre, de Estados Unidos, ha conseguido el respaldo del Ministerio de Agricultura de EEUU en parte de su investigación sobre los reguladores biodinámicos del crecimiento.

"Para entender la producción biodinámica hay que cambiar las ideas preconcebidas", explica Ton Baars, recientemente nombrado catedrático de Biodinámica en la Universidad de Kassel (Alemania). "Intento explicar a mis alumnos que hay fuerzas como la gravedad y el magnetismo, aceptadas por la ciencia convencional, a las que nos referimos como 'fuerzas duras'. En cambio, la biodinámica trabaja con fuerzas blandas, las fuerzas vitales, y el problema estriba en convencer a la ciencia convencional para que acepte también esas fuerzas. La biodinámica es una visión holística del mundo, y nuestra ciencia también adopta ese enfoque".

Uno de los enfoques biodinámicos más controvertidos a los que se refiere Baars es una prueba conocida en general como "cristalización", que consiste en mezclar sangre o fluidos de plantas con cloruro de calcio y cristalizarlos después en un papel. David Yournie, especialista en producción orgánica del Scottish Agricultural College, dice: "Miles y miles de pruebas realizadas han demostrado que existe una diferencia entre las cristalizaciones formadas por las zanahorias, por ejemplo, cultivadas de forma convencional, y las zanahorias biodinámicas. La comunidad biodinámica afirma que los cristales de zanahoria biodinámica son estructuras mucho más complejas que las convencionales o las orgánicas, porque las zanahorias tienen más fuerza vital, más fuerzas vitales. Pero el problema de esa técnica es que no dice nada salvo que, efectivamente, existe una diferencia. Nadie ha encontrado la manera de interpretar esos cristales de un modo verdaderamente objetivo y científico".

En consecuencia, la prueba de la cristalización es concluyente para los creyentes de la biodinámica, con su enfoque holístico de la ciencia, mientras que para el resto de nosotros puede no significar nada en absoluto. Leifert dice que «hasta que alguien extraiga conclusiones de esas pruebas con métodos bioquímicos estándar, sólo se puede creer o no creer». Pero las pruebas bioquímicas convencionales de diferencias de aminoácidos, minerales y vitaminas siguen sin ser concluyentes.

Sin embargo, hay un aspecto de la producción biodinámica que, en opinión de algunos científicos, podría explicar la calidad de la comida biodinámica. No tiene nada que ver con las radiaciones cósmicas ni con los cuernos de vaca; se trata, simplemente, de la pasión que los productores biodinámicos ponen en su trabajo. Las fincas biodinámicas suelen ser sitios excepcionalmente agradables, con árboles y flores silvestres, perros y cochinillos sueltos, y un olor totalmente distinto del de una granja convencional, ya que el abono biodinámico tiene un aroma dulce y suave que no se parece en absoluto al hedor acre del estiércol producido por el ganado de cría intensiva.

"Soy especialista en suelos, pero cuando visito fincas convencionales, los agricultores nunca me hablan de la calidad del suelo", dice John Reganold. "Sin embargo, cuando voy a granjas biodinámicas, sólo me hablan de eso y nunca se cansan. Como dice un propietario, hay un viejo dicho que reza: 'El mejor fertilizante es la huella del pie del agricultor'".