Manos Inquietas, Abejas Felices

Manos Inquietas, Abejas Felices

05 Agosto 2016
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Seguro que os seguís preguntando por la muerte actual  de abejas en grupo. Hay una respuesta fácil para ello y es razonable: las abejas han llegado al límite. Se lo dijo Gilbert Veuille, un gran maestro apicultor, a Bernard Bertrand quien,  como gran comunicador,  decidió explicarlo en un libro. El resultado es "Apicultura respetuosa con las abejas. Colmenas de Biodiversidad", Bernard Bertrand y Gilbert Veuille (edit. La Fertilidad de la Tierra)

Todo parece comenzar con la forma que hemos decidido dar a las colmenas industriales, cuadradas, cuando deberían ser redondas, de plástico cuando el mejor material para la abeja para envolver su hábitat es el propóleo. Nos cuentan cómo al instalarse en un nuevo asentamiento lo primero que las abejas  hacen es recolectar abundante propolis y envolver con él las paredes de su colmena. En las tradicionales (en un tronco, en las de cesta redondas o en barro cocido) hay más cantidad de él, en las colmenas de cuadros hay menos porque su tamaño es desproporcionado. Después de un siglo de apicultura movilista, con colmenas con cuadros móviles extraíbles, los nuevos apicultores apuestan por las colmenas de biodiversidad y las colmenas silvestres. Así lo relata Bernard en el libro, recogiendo la sabiduría de Gilbert que murió hace un par de años. Este es un libro destinado a resonar, a que pase de mano en mano, de voz en voz, para recuperar, como nos cuenta su editora Rosa Barasoain, una gran cantidad de colmenas tradicionales abandonadas en el paisaje de la Península

En el libro el mismo Gilbert Veuille nos explica cómo crear esas colmenas de biodiversidad y nos advierte: la primera colmena de biodiversidad y la mejor de todas es en la que se ha instalado espontáneamente una colonia, en el lugar que le conviene. Puede darse en plena naturaleza pero también en el muro de una casa, en una vieja granja o un viejo manzano de un rincón del huerto. Así que antes de llamar a los bomberos o de invitar a un apicultor a que venga a recuperarlo, aseguraos de que realmente va a suponer una molestia. Si no es así, acogedlo y protegedlo, es una riqueza inestimable para el entorno en el que vivís. 

Hacer cestería silvestre para acoger a las abejas es propio de unas manos inquietas. Las mismas que seguirán con interés cada uno de los números de la Revista Veo Veo!. Mónica Rodríguez es su creadora, una de esas personas con un plus de sensibilidad y arte muy alto, con ideas inagotables y un gran amor por el entorno y la ecología. En una de sus editoriales Mónica recuerda un día de verano con su padre, albañil en un refugio de montaña, y la improvisada plancha con una pizarra plana que les ayudó a cocer sobre el fuego los alimentos del día. Una piedra es capaz de darnos cobijo, comida y juego y pasar totalmente inadvertida, concluye.

 

Si claro, se trata del ya superconocido handmade yourself pero con el respeto por la naturaleza como aliado. Paso las páginas y ante mi aparecen manos inquietas que han convertido unos palets en recibidor de la entrada de casa, otras que han teñido la lana con colores extraídos de flores y plantas, algunas se han hecho unos calcetines nuevos, o una bicicleta, un macetero, una nueva mesita y todas han rebosado imaginación. Mónica decidió cambiar de trabajo y dejar la estabilidad a un lado para entrar en el mundo natural y silvestre, como las abejas felices. Ya lo dice la gente de Itaca Band en su nuevo disco Temerario "La temeridad de un segundo durará toda la vida".  Pensad en este tiempo cuál debe ser la vuestra y adelante con ello!

Si quieres escuchar las experiencias de Bernard y Gilbert o de Mónica conectate con el audio del programa Vida Verde aqui http://www.rtve.es/alacarta/audios/vida-verde/vida-verde-veo-veo-30-06-16/3649774/