Del Aeropuerto al Bosque Urbano

Del Aeropuerto al Bosque Urbano

18 Enero 2016
0 comentarios

No habría nada tan emocionante como ver convertir un antiguo aeropuerto en un bosque urbano. Esto no va a pasar de momento, pero bien podría ser el futuro que le esperara al Aeropuerto alemán de Tempelhof. Dejó de funcionar en el año 2008 y desde entonces la ciudadanía de Berlin lo ocupó para patinar por sus pistas o para crear huertos urbanos en sus amplias zonas.

Desde hace unos años y gracias a la unión en el proyecto Almende Kontor, unos 300 jardineros urbanos cultivan un pequeño espacio de los 5.000 metros cuadrados disponibles en el antiguo aeropuerto. El proyecto se basa en la colaboración ciudadana y lleva el nombre de una antigua forma de economía colaborativa que ya se desarrollaba en la Edad Media. Así pues lo que nació  como propuesta vecinal a falta de un proyecto real se ha convertido en una fórmula social con implicación de sus habitantes para reurbanizar los espacios en desuso.

sí nos lo cuenta Kerstin, geógrafa social y una de las personas que ha participado en la evolución del proyecto ambiental para el antiguo Aeropuerto de Tempelhof, en Berlín. A través de ella conocemos cómo los habitantes de la capital alemana participaron hace poco en un Referéndum para decidir qué querían hacer con la gran extensión. El resultado abre las puertas a un gran parque urbano en el que los horticultores de ciudad tendrán un espacio protagonista. Algunos ya comentan que estará listo en 2017, justo para acoger la Exposición Internacional de Horticultura.

Lo mejor de la experiencia, como comenta Kerstin, es la acción social que el proyecto para sus nuevos usos ha propiciado. Así el contacto entre experiencias de huertos urbanos en Berlín ha hecho posible la creación de un original juego de cartas de familias, con el que aficionarse a descubrir muchos espacios verdes inusuales que crecen en la ciudad.

Junto al juego de cartas está el proyecto de Jon Marin, bridepalla, unas bombas de semillas de colores, inspiradas en las Nendo Dango que aprendimos del maestro Fukuoka, y que facilitan sembrar lanzando las bolitas en espacios difíciles pero fértiles. Con Jon Marin conversamos en el pequeño bosquecito de ciudad en que se ha convertido el jardín de Can Framis, un lugar para sentir el paso de las estaciones, también en un centro urbano. Ignacio Somovilla nos acompaña en este transito hacia la fuente cercana, a la que podríamos llegar descalzos, como bien nos indica la señal.

El espacio que ahora ocupa el bosquecito era anteriormente una fábrica, en la zona industrial de Barcelona. La experiencia realizada en el jardín de Can Framis es un claro ejemplo de cómo se podría reurbanizar una ciudad, a favor del medioambiente y de los espacios para respirar mejor.

Si quieres escuchar muchas más experiencias de las que nos hablan Kerstin, Jon e Ignacio escucha la emisión del programa Vida Verde aquí http://www.rtve.es/alacarta/audios/vida-verde/vida-verde-transformar-aeropuertos-fabricas-07-01-16/3435934/