Los hombres son a primera vista más sencillos que las mujeres. Ellos parecen gozar de un solo tipo orgasmo que va acompañado de la eyaculación. Su intensidad puede variar de uno a diez y normalmente ocurre cuando el hombre alcanza las tasas respiratoria y cardiaca más altas, que se corresponden con las contracciones más intensas de la musculatura pélvica. Es así en la mayoría de los casos, sin embargo, el orgasmo masculino tiene sus sorpresas.

Hay hombres que experimentan como un orgasmo las contracciones que tienen lugar antes de la eyaculación, la evitan, esperan y vuelven a buscar el placer cuantas veces lo desean. Otros hombres son capaces de eyacular varias veces y sentir los correspondientes orgasmos sin sufrir una pérdida de la erección. Son hombres multiorgásmicos. Hay un curioso debate teórico, que puede no ser ajeno a las envidias, sobre si estos hombres tienen varios orgasmos o más bien uno dividido en etapas.

El orgasmo de las mujeres es más complejo y desconocido, como demuestra la sucesión de teorías: se ha afirmado que las mujeres no tienen orgasmos, que los tienen de una clase sólo, de dos, de tres y de más. Actualmente la mayoría de sexólogos creen que cada uno de los tipos es una percepción de un único orgasmo básico y que uno u otro aparecen en función de las circunstancias.

Otros expertos creen que existen distintos orgasmos en función de las zonas estimuladas, ya sean el clítoris (punto A), la uretra (punto U), el punto G o el punto K.

La existencia del punto G fue descubierta en la década de los 40 del siglo pasado por el ginecólogo alemán Ernst Grafenberg. Se encuentra en el interior de la vagina, en la cara superior, a unos 3 cm de la entrada y presenta una superficie rugosa característica cuando la mujer está excitada.

Su estimulación mediante la penetración o las caricias lleva a un orgasmo que va precedido de la sensación de ganas de orinar y acompañado por la eyaculación de un fluido lechoso que contiene fosfatasa, como las secreciones prostáticas masculinas.

El punto K se encuentra en el fondo de la vagina. Allí, cuando la excitación es máxima, los músculos y los ligamentos que envuelven el útero ascienden un poco y permiten la penetración en un pequeño espacio extra que ha recibido los nombres de fórnix, cul-de sac vaginal. Los orgasmos producidos desde el punto K, especialmente intensos, están relacionados con contracciones uterinas y pueden durar hasta 30 segundos.

En lo que todos los expertos están de acuerdo es en que las mujeres tienen la capacidad de encadenar orgasmos –de un tipo u otro o mixtos– sin necesidad de hacer descansos. Es igualmente cierto que un único orgasmo resulta plenamente satisfactorio para muchas mujeres.

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