Consiste en la manipulación de los tejidos blandos del cuerpo aplicando una presión puntual o sobre un área, principalmente con las manos aunque también se utilizan los brazos, los codos o los pies.
Su objetivo es proporcionar beneficios específicos o una mejora generalizada de la salud. A menudo los masajistas utilizan aceites esenciales a los que se atribuyen diferentes propiedades (estimulantes, relajantes...).
• El masaje se utiliza para promover la relajación y tratar el dolor muscular. Se consiguen mejoras a corto plazo en desórdenes del sueño.
• El masaje aumenta la confianza del paciente. Por eso puede utilizarse siempre que un paciente necesite apoyo y consejo, como por ejemplo en caso de enfermedad mental o adicción (cuidados intensivos, enfermedades graves, centros de acogida, terapia ocupacional).
• En bebés es muy eficaz para reforzar la relación con la madre. Los prematuros ganan peso y crecen más deprisa.